Belgrano: realizarán una aminata para concientizar sobre el cáncer de mama

26.9.2023

El barrio de Belgrano será escenario este domingo de la 17° edición de una caminata en la que se espera que participen unas 12.500 personas, cuyo objetivo es concientizar sobre el cáncer de mama, un evento declarado por segundo año consecutivo de interés socio sanitario por la Legislatura porteña.

La caminata, que partirá en la intersección de Avenida Figueroa Alcorta y Monroe, es organizada por Avon y Fundación Avon, en el marco de la campaña “Para Ganarle al Cáncer de Mama”.

Con sus cupos agotados, partirá a las 7.30 horas del domingo y se espera que participen de la Caminata unas 12.500 personas, que se suman a las más de 150.000 que lo hicieron en sus 16 ediciones previas, informaron los organizadores.

Durante la jornada también se realizará la entrega simbólica de un cheque por 59 millones de pesos, que Avon donará a la Liga Argentina Contra El Cáncer (Lalcec). El dinero donado será para financiar las acciones de detección temprana que Avon lleva adelante junto a Lalcec durante todo el año, como la realización de más de 3.000 mamografías gratuitas en diversas localidades de las provincias de Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires.

Además, a partir de 2021 la Fundación Avon formó más de diez alianzas con centros de diagnóstico de alrededor de 12 provincias del país, a través de las cuales se realizaron más de 17.000 mamografías a la fecha para personas en edad de riesgo y sin cobertura médica.

“El cáncer de mama es la principal causa de muerte oncológica en las mujeres a nivel mundial, pero, detectado a tiempo, puede curarse en más de 90% de los casos. El tiempo es crucial y hay grandes barreras que atentan contra la detección temprana”, afirma Ana Inés Álvarez, directora ejecutiva de Fundación Avon. “La Caminata nos reúne en un compromiso colectivo de actuar sobre ellas, y avanzar a derribarlas, uniéndonos en el derecho a la salud mamaria para todas y todos”, agregó.

La Caminata Avon es una de las iniciativas de la “Promesa Avon para ganarle al Cáncer de Mama”, a través de la cual Fundación Avon recauda dinero para continuar desarrollando materiales y campañas de concientización sobre la detección temprana y ofreciendo mamografías gratuitas para personas en edad de riesgo, sin cobertura médica, de diversas partes del país, concluyeron los organizadores.

Ciudad de Buenos Aires: nuevas librerías en los barrios

25.9.2023

Varias librerías abrieron sus puertas en los últimos meses en la Ciudad de Buenos Aires y otras más están por hacer lo mismo, un fenómeno que se extiende en los barrios de Saavedra, Recoleta, Villa Crespo y Belgrano. Las y los flamantes libreros comparten el formato de librería de barrio que salvó la industria en plena pandemia, sumado a un profundo amor por el libro y el sueño de toda una vida que el confinamiento no hizo más que apresurar.

Las nuevas librerías Te llamaré viernes, ubicada en La Pampa 1569 en el barrio de Belgrano; Metonimia, Amenábar 3656 en Saavedra; Verne en Juan Ramírez de Velasco 1427 en Villa Crespo y una nueva sede de Céspedes dentro del Centro Cultural Recoleta (Junín 1930) se suman al mapa literario de una ciudad históricamente conocida por ser la de mayor cantidad de librerías en el mundo, mientras se prepara para abrir sus puertas el próximo año el centro cultural Naesqui, en Villa Ortúzar, con una tienda de libros.

En un contexto económico de incertidumbre en la Argentina, con los precios de los libros en aumento, el insumo de papel en escasez y al ubicarse el libro entre los primeros gastos que se recortan en épocas de crisis. “Para los que venimos del mundo de los libros, este es nuestro retiro a la playa. Abrir una librería es nuestra Ipanema”, dice a Télam Ignacio Iraola, ex editor de Grupo Planeta, quien abrirá en 2024 junto con su socio Pablo Slonimsqui, un centro cultural bautizado Naesqui, con tienda de libros, en la esquina de Charlone y 14 de Julio, frente a la Plaza 25 de Agosto, en el barrio de Villa Ortúzar.

“El cimbronazo de la industria del libro fue con la pandemia y cuando las cadenas, al estar en shopping y avenidas, no podían abrir, el librero independiente -la librería de barrio, la de cercanía- salvó la industria. Tuvieron una épica. Hubo un cambio muy potente pospandemia. Y eso cambió muchísimo el escenario porque las librerías independientes empezaron a tener otro peso”, analiza Iraola y agrega sobre su proyecto personal: “Me interesa que la librería funcione bien pero mi meta no es enriquecerme. Nadie se hace millonario con una librería”.

“Mi sueño es luna de Avellaneda, convertirme en gestor cultural de mi barrio, una librería con un espacio gigante arriba para talleres y presentaciones del libro, con un pequeño café. Vamos a tomar la vereda, cortar la calle, hacer ciclo de escritores en la plaza, con la creencia de que los libros los tenés que sacar a la calle. Abrirá entre marzo y mayo de 2024”, confirma Iraola, con 30 años de experiencia en la industria editorial.

Para Paulina Cossi y Paola Lucantis, quienes también vienen del mundo editorial, la apertura de su librería Te llamaré viernes -nombre que le pidieron prestado a la escritora Almudena Grandes- tuvo que ver “con la necesidad de hacer un cambio laboral, profesional y de vida, que nació en el medio de la pandemia”, confirman.

“Al principio fue una idea que nos permitió trabajar, distraernos de todo lo que estaba pasando y focalizarnos en una idea de futuro. Ambas tenemos mucha experiencia en el mundo de los libros, de la comunicación, entonces por qué no tener un espacio propio. Arrancar con algo concreto y que eso fuera creciendo hacia donde tuviera que crecer”, dice Paulina Cossi.

Pero esta tienda en particular, en el bajo Belgrano, a pasos del barrio Chino, apuesta a un maridaje entre libros y vinos: “Quisimos armar un negocio que pudiera diversificarse. Desde el inicio lo pensamos con dos grupos de productos. Sabíamos que las actividades iban a ser una excusa. Durante décadas organizamos actividades gratuitas y rentadas, era cuestión de ponerse a pensar qué queríamos hacer en el espacio que teníamos y combinarlo de la mejor manera posible para que fuera una propuesta interesante para la gente. Hacemos actividades abiertas y gratuitas y otras pagas”, detalla Paola Lucantis.

El caso de Metonimia, la librería que Víctor Malumian abrió en Saavedra, tuvo que ver con una necesidad que observaron en el barrio: “No hay librerías de libros nuevos cerca del Parque. Saavedra es una república literaria, el descenso a los infiernos del Adán Buenosayres de Marechal sucede en Saavedra, el Sueño de los héroes de Bioy, algunos de los cuentos de Aurora Venturini y la lista sigue. Es un barrio con mucha historia y un imaginario literario rico en estilos”, desgrana el editor de Godot.

Gran parte del equipo que trabaja en la tienda de libros creció y se crió en Saavedra, mientras que la identidad visual de la misma se expresa con una mascota que comunica “el placer hedonista de leer, de comprar un libro y regalarte tiempo para vos”, detalla Malumian confirmando otra vez la idea de que hay que amar la literatura para apostar a una tienda de este tipo.

“La librería como punto de encuentro de su comunidad tiene larga vida por delante”, sentencia el impulsor de esta flamante librería de barrio, y asegura que “claramente, el hecho de que el libro sea un insumo que funciona por consignación, y por ende, las cargas están repartidas entre varios ante posibles pérdidas, hace que sea más viable la apertura de una librería en un contexto crítico o de incertidumbre”.

Sin embargo, para Malumian, “el trabajo de la librería es muy demandante y tiene costos operativos básicos bastante elevados, en general tiene que ser un local grande para ofrecer una cantidad de libros interesante, bien iluminado, abierto en una franja horaria cómoda, todo lo que implica un local a la calle. Hay un problema general motivado por el achicamiento de la torta de venta total del libro en un negocio que es en todos los casos por porcentajes. Podemos hablar de un piso de caída del 12% en ejemplares para lo que va del 2023 versus el 2022”, desgrana.

Además de su ubicación sobre Álvarez Thomas, la librería Céspedes abrió en marzo pasado una segunda sede en el Centro Cultural Recoleta, luego de un llamado a licitación para concesionar por cinco años el espacio que está en el hall de entrada del centro cultural.

“Creo que en Céspedes hacemos algo muy rico, para y en una industria que se sostiene, se profesionaliza y crece a pesar de que los números y la realidad le sea adversa”, analiza Cecilia Fanti, al frente de ambas sedes de Céspedes, pero añade que hay algo fundamental: “No olvidar por qué hacemos lo que hacemos, nuestro rol como promotores de lectura y de cultura”.

En lo que coinciden la mayoría de los libreros es que se vuelve necesario desarrollar otras estrategias además de la estricta venta de libros: “La gran mayoría de las librerías medianas y pequeñas, con identidad y un proyecto detrás hacen mucho más que vender estrictamente libros; son centros culturales en los que se intercambian saberes de distinta forma: desde una recomendación, un taller, una presentación, una intervención directa en relación a un hecho puntual. Es decir, las librerías creamos sentido alrededor de estos productos que comercializamos; y creo que esa es la estrategia”, opina Fanti. La librera apunta además que “la ley del libro, que entre otras cosas fija un precio único, es fundamental en la convivencia y supervivencia de todos los modelos de librerías”.

“La apertura de una librería -o de cualquier negocio- en un contexto crítico tiene que ver con el arrojo de quien quiere llevarlo adelante ya sea para concretar un sueño o para desarrollarse profesionalmente en determinado ámbito; o la combinación de ambas”, esboza Fanti y refiere, al igual que sus colegas, a la idea de un anhelo de larga data, que la pandemia pareciera haber ayudado a concretar.

Villa Crespo: el Gobierno nacional pone en funcionamiento la estación del ferrocarril San Martín

22.9.2023

Luego de más de 5 años, la estación Villa Crespo de la línea del ferrocarril San Martín quedará habilitada el martes de la próxima semana, a las 20 horas, según confirmó Trenes Argentinos Operaciones (SOFSE). La parada es de gran importancia porque se ubica en el cruce con la avenida Corrientes y permite combinar con la línea B del Subte en la estación Dorrego.

La estación reabrirá con solo uno de sus dos andenes – se habilitará el andén isla que cuenta con refugios, que será utilizado por los trenes con sentido ascendente como descendente – y con solo una de sus salidas, la principal, que da hacia la Av. Corrientes.

Las obras para terminar el segundo andén y el acceso secundario – hacia la calle Fitz Roy -, así como diversas terminaciones, continuarán ejecutándose con la estación operativa y a cargo del contratista actual, la UTE Tecma-Riva. Se trata de una política similar a la adoptada con la estación La Paternal, que fue reabierta en julio del año pasado a pesar de que una serie de obras no esenciales habían quedado pendientes.

Los trabajos actualmente en ejecución fueron licitados en enero de 2022 y adjudicados en mayo de ese mismo año, iniciándose poco tiempo después. Las tareas a desarrollar abarcaban la terminación de los accesos y vestíbulos, escaleras, losas, andenes, refugios, la provisión de cartelería y mobiliario, instalaciones sanitarias, eléctricas, de audio y de videovigilancia, así como la finalización de boleterías y edificios operativos, entre otras instalaciones conexas.

A su vez, se contemplaba el reemplazo de todos los equipamientos que resultaron con daños irreparables durante los más de dos años en los que la obra quedó abandonada por desidia del Gobierno de la Ciudad, tal fue el caso de los motores de las escaleras mecánicas y ascensores, que se arruinaron por encontrarse bajo agua.

La estación Villa Crespo que estaba a nivel fue clausurada en mayo de 2018 para dar paso a las obras del viaducto de la línea San Martín entre Palermo y el puente de la Av. San Martín. El viaducto fue inaugurado por el entonces presidente Mauricio Macri, junto al jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta y la gobernadora en ese momento María Eugenia Vidal, en julio de 2019 previo a las elecciones, con las nuevas estaciones elevadas La Paternal y Villa Crespo sin funcionar, aunque con la promesa de que serían terminadas en breve.

Sin embargo, pocas semanas más tarde el Gobierno de la Ciudad debió rescindir por incumplimientos el contrato de la constructora a cargo de los trabajos, la UTE Green-Rottio, luego de que alrededor de 40 empresas subcontratadas denunciaran que habían sido estafadas y que se les adeudaban pagos por más de $ 400 millones por obras ya realizadas.

En diciembre de 2019 el Gobierno porteño relicitó los trabajos faltantes, pero demoró su adjudicación, primero con el argumento de la pandemia y luego asegurando que la obra no era prioritaria, para finalmente desentenderse del proyecto y negociar su traspaso a la Nación.

Lo cierto es que una vez ocurrido el cambio político de fines de 2019, y habiéndose cumplido el objetivo de eliminar los pasos a nivel para aportar fluidez al tráfico vehicular -que para la gestión de Larreta era prioritario- no hubo interés por parte del Gobierno porteño de culminar las obras de las estaciones.

Por otra parte, la decisión de delegar la ejecución del proyecto en la Ciudad – algo inusual tratándose de una obra ferroviaria que debería pertenecer al Gobierno nacional – nunca fue claramente explicada, de hecho, fue objetada por informes de la Auditoría General de la Nación.

La situación se destrabó recién en octubre de 2021, cuando se transfirieron las obras a la Nación. A partir de entonces se iniciaron los procesos de contratación para culminar los trabajos, lo que desembocó en la situación actual. Si bien La Paternal pudo ser reabierta al cabo de pocos meses – fue habilitada en julio del año pasado -, Villa Crespo, que tenía un porcentaje de avance menor, no corrió la misma suerte.

El ramal San Martín, que usan 140.000 pasajeros y pasajeras por día, une Retiro con Pilar y José C. Paz, en las zonas norte y oeste del Gran Buenos Aires, respectivamente.

Centro de Monitoreo:

El martes también quedará inaugurado el Centro de Monitoreo de la estación La Paternal. Del acto participarán el ministro de Transporte, Diego Giuliano; el senador Mariano Recalde; el diputado y candidato a jefe de Gobierno por Unión por la Patria, Leandro Santoro; y Martín Marinucci, presidente de Trenes Argentinos Infraestructura.

El Centro de Monitoreo está ubicado en Trelles y Warnes, a metros de la estación La Paternal. Como los que ya existen en Retiro, Once, Constitución y Laferrere, forma parte del plan Trenes Seguros. A través de cámaras, se visualizan las estaciones y se activan los protocolos de seguridad. Hay tótems y una app que permite poner en marcha también los protocolos. Según las estadísticas oficiales, la implementación de este sistema – que se inauguró en 2017 en Constitución – logró bajar un 40% los delitos.

Línea B de Subte: sumarán “Mártires Palotinos” a la estación Echeverría

21.9.2023

La estación de la línea B “Echeverría”, del barrio de Villa Urquiza pasará a llamarse también “Mártires Palotinos”, en recuerdo de los religiosos de la Parroquia de San Patricio que fueron asesinados en julio de 1976 por un grupo de tareas del terrorismo de Estado. En la denominada “Masacre de San Patricio” fueron acribillados a tiros en la casa parroquial los sacerdotes Alfredo Leaden, Alfredo Kelly y Pedro Duffau, y los seminaristas Salvador Barbeito y Emilio Barletti.

El sábado a las 17 horas se realizará un acto en el que se renombrará a la estación Echeverría de la Línea B de subte, la cual pasará a llamarse “Echeverría – Mártires Palotinos”. El proyecto fue impulsado por el diputado porteño Claudio Ferreño de Unión por la Patria y tuvo un amplio apoyo de la Mesa por la Memoria y los Derechos Humanos de la Comuna 12.

La Mesa diseñó una cartografía de la memoria con circuito de lugares, colocación de las baldosas en homenaje a los Padres Palotinos en la vereda de la Parroquia San Patricio, donde quedan marcas del terrorismo de Estado. También promueven nuevos lugares emblemáticos y simbólicos. Actualmente decidieron ampliar la tarea que realizan, profundizando las distintas áreas de derechos humanos sumando demandas por salud, educación, ambiente y trabajo.

Entre los fundamentos para la nueva denominación de la estación Echeverría se sostiene que “la dictadura autodenominada ‘Proceso de Reorganización Nacional’ que tuvo lugar entre 1976 y 1983 pisoteó absolutamente todos los derechos humanos que nuestra legislación nacional y las distintas convenciones internacionales protegieron a lo largo de nuestra historia. En ese sentido, una de sus caras más aberrantes se pudo observar en lo que se conoció como la masacre de San Patricio. Llevada a cabo en la madrugada del día 4 de julio de 1976, durante esa oscura jornada el recientemente instalado gobierno de facto ejecutó nada menos que el asesinato de tres sacerdotes y dos seminaristas de la Congregación Palotina dentro de la Parroquia de San Patricio, en la actual comuna de Villa Urquiza, donde también se encuentra la estación aludida”.

“En cuanto a les que integramos la Mesa por la Memoria y los DDHH de la Comuna 12 supimos del proyecto impulsado por el legislador Ferreño de denominar a la Estación Echeverría como ‘Mártires Palotinos’, confeccionamos una carta avalando tal proyecto y nos pusimos en contacto con les legisladores del Frente de Todos. Obtuvimos inmediata respuesta siendo convocados por la legisladora Victoria Montenegro (presidenta la Comisión de DDHH de la Legislatura) a una reunión por zoom, en la que Claudio Ferreño recibió nuestra adhesión y aval con mucha satisfacción. Por supuesto que nos pusimos a disposición de les legisladores para acompañar con toda acción tendiente a levantar las banderas de la Memoria, Verdad y Justicia”, señaló Cecilia Vilaboa, integrante de la Mesa.

“Este nuevo hito, pasará a formar parte del Circuito de lugares con Memoria de la Comuna 12, que esta Mesa viene promoviendo desde 2009, entre los que se encuentran La Iglesia San Patricio, la Plaza Madres del Pañuelo Blanco, los murales con detenidos desaparecidos de la Grafa, la plaza Nunca Más, la plaza Marshall Meyer y las baldosas que homenajean a los 149 detenidos desaparecidos de la Comuna 12, junto a otras señales y marcas urbanas que el Terrorismo de Estado dejara en nuestro territorio”, concluyen los miembros de la Mesa.

Caballito: vecinos de piden la expropiación de un colegio privado abandonado para transformarlo en una escuela pública

20.9.2023

Representantes de las agrupaciones vecinales que desde hace más de diez años impulsan la expropiación del edificio del ex Colegio Santa Rosa, ubicado en Rosario al 600, en el barrio de Caballito, para destinarlo a una nueva escuela pública, plantean que la reconversión del edificio en desuso desde el año 2012 supondría al menos un poco de alivio para la problemática de falta de vacantes que atraviesa la Ciudad. En 2016, los vecinos y vecinas se organizaron para impedir la demolición del edificio y ya tienen presentados proyectos en la Legislatura porteña para avanzar con la expropiación.

“El lugar fue un colegio y se puede seguir usando para eso, lo importante es que el edificio sea declarado como patrimonio y que se destine a un uso educativo”, dijeron a los vecinos y vecinas.

Detrás del muro que ocupa media cuadra de la calle Rosario al 600, las paredes del edificio de dos plantas del ex Colegio Santa Rosa se ven gastadas. En el establecimiento, que se expande media manzana sobre la calle San Irineo hasta la esquina de Guayaquil, hasta el año 2012 asistieron alrededor de 500 chicos y chicas de jardín, de primaria y de secundaria. A fines de 2006, sin mediar mayores explicaciones, los dueños anunciaron que cerrarían las inscripciones de la escuela, que siguió funcionando con la matrícula del secundario ya inscripta, hasta que egresó la última camada. Desde 2012 no hay más actividad en el edificio.

Ese mismo año los vecinos y vecinas comenzaron a organizarse con el objetivo de salvar de la demolición al inmueble que forma parte de la identidad de ese sector del barrio, a sólo unas cuadras de Acoyte y Rivadavia. En 2016 se llegó a presentar oficialmente un proyecto que preveía tirar abajo la parte trasera del establecimiento, construir allí seis edificios de viviendas y comercios, y “reciclar” el sector antiguo del colegio para usos que no se precisaban. Desde entonces la idea quedó instalada, y las agrupaciones del barrio, con S.O.S Caballito a la cabeza, comenzaron una campaña con marchas incluidas para evitar el emprendimiento. Al rechazo se sumaron ex alumnos y alumnas del colegio y, por ahora, vienen consiguiendo el objetivo de impedir la demolición.

“Cuando nos enteramos de la existencia de este espacio los vecinos y vecinas estaban haciendo acciones para evitar el proyecto de construir torres. Descubrimos que ya había una lucha para recuperar el edificio, donde estimamos que se podrían garantizar miles de vacantes, tanto de nivel inicial como del primario y el medio”, dijo a Página 12 Patricia Pines, integrante de “Vacantes para todxs en la escuela pública”, el colectivo que se creó tras la apertura del sistema de inscripción online para las escuelas porteñas y frente a la problemática de la falta de vacantes en la Ciudad.

Según contó Pines, la búsqueda de edificios ociosos es una de las principales actividades que realiza el colectivo, con el objetivo de encontrar lugares que puedan servir para crear nuevas escuelas y así asegurar más vacantes. “Así como algunas luchas se perdieron, tuvimos la suerte de ganar otras, como la escuela Carlos Fuentealba de Parque Patricios que se creó en un espacio ocioso con un proyecto en la Legislatura o el caso de Venezuela al 3200, donde se fundó otra escuela en un edificio abandonado del Ministerio de Educación”, señaló Pines sobre las experiencias exitosas.

Los y las vecinas ya presentaron diversos proyectos en la Legislatura para expropiar el edificio del ex Santa Rosa, patrimoniarlo y convertirlo en escuela pública. El legislador Javier Andrade, de Unión por la Patria, también tiene proyectos en el mismo sentido. “Rescatar al Colegio Santa Rosa para un uso educativo resulta clave para Caballito. La protección patrimonial y de uso que solicitamos en este proyecto permitirá que el edificio albergue una institución educativa nueva, cercana, participativa, presencial y digital”, escribió el legislador en los fundamentos de la iniciativa.

“La prioridad sería que sea destinada a un jardín de infantes y a una escuela primaria para que libere un poco la problemática que hoy tiene el Normal 4, que está atestado de chicos de todos los niveles”, indicó a Página 12 Gustavo Torchinsky, integrante de S.O.S Caballito. “Desde hace muchos años los estudiantes del Normal 4 denuncian condiciones de hacinamiento y de deterioro en su edificio. Ni hablar de la cantidad de familias que todos los años se quedan sin vacantes y no tienen respuesta del GCBA”, agregó Pines.

Fuentes del Ministerio de Educación comandado por Soledad Acuña respondieron que “se está evaluando la propuesta que realizaron los vecinos de Caballito”, aunque remarcaron que “el inmueble está abandonado hace muchos años”. “Si bien el edificio en algún momento supo albergar una escuela, esto no quiere decir que actualmente esté en condiciones de seguir haciéndolo”, aseguraron y añadieron que “la infraestructura y los espacios no están pensados para la escuela de hoy”.

Las organizaciones, sin embargo, piensan lo contrario. Aunque está claro que tras diez años de inactividad el edificio necesitaría obras de reforma y de puesta en valor, consideran que tranquilamente podría ser recuperado para reabrir sus aulas. “El lugar fue un colegio y se puede seguir usando para eso, lo importante es que el edificio sea declarado como patrimonio y que se destine a un uso educativo. Hasta el momento el GCBA nunca nos atendió, presentamos nuestros proyectos pero nunca pasó nada”, concluyó Torchinsky.

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