Desde el Movimiento de Trabajadores Excluidos, se refirieron al conflicto entre la señora y los manteros de Once

2.1.2023

El conflicto entre vecinos y trabajadores que se ubican en la vía pública escala con denuncias por ataques. Una militante del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) planteó «Yo entiendo la incomodidad, pero es la manera de trabajar que tenemos».

En la ciudad de Buenos Aires, la vía pública está continuamente tomada por diversos eventos y circunstancias. En estos días de fiestas, una vecina de 67 años de la zona porteña de Once que el miércoles pasado enfrentó a un grupo de manteros por falta de espacio para poder salir de su edificio, denunció haber sido atacada este viernes por dos mujeres que venden en la vía pública.
A raíz de este hecho quedaron detenidos dos vendedores y el hijo de la mujer que «también fue atacado»
En defensa de la vecina un grupo de residentes de la zona de Once cortó esta tarde la calle Perón a la altura de Av. Pueyrredón pidiendo por «la recuperación del espacio público».
En tanto, los vendedores aseguraron que fueron ellos los agredidos y que la vecina «les pateó la mercadería».
La mujer discutió con los manteros por la falta de espacio para salir de su casa, situada en Perón al 2700, lo que generó que la vecina pateara los productos que comercializaba la vendedora en la vía pública, hecho que se viralizó en redes sociales.
«Tengo los videos donde se ve cómo una señora -vendedora- viene a atacarme, la hija atrás, mi hijo se dio vuelta y cuando la hija le pega por detrás, le pegó, y viene un tipo alto, grande, con una remera negra a pegarle una trompada, le rompió el tabique», contó la mujer, llamada Liliana.
«A mí me tiraron al piso los hombres, dos me dieron patadas, tengo golpes por todos lados», reconstruyó Liliana, en diálogo con Crónica TV y mostró moretones.
«Es complicado salir del edificio por la presencia de los manteros», dijo la mujer quien relató que hay gente de más de 80 años que habita el lugar, pero «no hay espacio para tomar un taxi».
Por otra parte, remarcó que la calle Perón «es la salida de ambulancias, que van a cinco hospitales y no pueden pasar porque los manteros están cargando y descargando mercadería.
La vecina dijo que había pedido de «buena manera» a la vendedora que se corriera, pero la otra mujer «empezó a los gritos» diciendo que «era una loca» y que «no los molestara», lo que según Liliana provocó su propio «enojo», que quedó reflejado en el video.
«No me gusta esto a mí, pero no puede ser cómo vivimos, ¿qué derecho hay a que yo no pueda salir de mi casa?», reclamó
Sol, quien se presentó como vendedora dijo hoy, en diálogo con A24, que «no es la primera vez que recibimos agresión de esta señora mayor, ella muchas veces nos tiró huevos, lavandina, agua caliente».
«Hace dos días ella nos pateó la mercadería», recordó la joven vendedora y contó que si bien ubican la manta frente al edificio donde vive Liliana «siempre le dan un lugar para que ella pase».
«Yo entiendo la incomodidad, pero es la manera de trabajar que tenemos, creo que nos estamos ganando la vida sin quitarle nada a nadie, le doy la razón a la señora de que tiene derecho de salir, pero ¿por eso nos va a venir a agredir?», reflexionó la joven que pertenece al Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE)
La vendedora contradijo el testimonio de Liliana y dijo que «nadie le pegó» a la vecina, y denunció «el golpe lo recibió la otra vendedora», su compañera.

¿Cómo construimos un discurso sobre Cromañón que no culpabilice ni a los músicos ni a los jóvenes?

30.12.2022

Por Rodrigo Lugones

“No es una cuestión de fracasar o ganar, la noche del 30 de diciembre del 2004 perdimos todos”
Patricio Santos Fontanet, Chateaux Carreras 2006.

¿Puede la envidia ser tu alimento?
¿Puede “El Gran Suplemento”
Masturbar al pop?
¿Puede el locutor más gordo
Ser tan forro y siniestro?
¿Puede criticar el que no sabe quién sos?
Puede – Callejeros

En enero se van a cumplir diez años desde que comencé a escribir y militar en Agencia Paco Urondo. Este acontecimiento está indisolublemente asociado con el drama que entraña Cromañón. Es por esto, en parte, que la fecha de hoy es más que significativa para mí, ya que, además, tengo entre 40 amigos y conocidos que son sobrevivientes del incendio.
La noche del 30, y la mañana del 31 fui parte de quienes tuvimos que revisar listas de muertos, llamar a hospitales, comunicarnos con amigos con los que nos veíamos solo en shows de rock, para tratar de calmar la angustia y obtener algo de información.
Ocurría todo en una época en la que no había WhatsApp, y la comunicación no estaba tan vinculada con la inmediatez. Usábamos teléfonos de línea, y las recepciones de los nosocomios y las morgues estaban totalmente saturadas.
Era así como, entre nosotros, nos preguntábamos si alguien sabia algo de Nico de Platense, de Gonzalo de Padua, de la Negra Mariana, de los pibes del fondo no fisura o de la familia piojosa. De un amigo de un amigo, de una piba que veíamos siempre en tal o cual show y no estábamos seguros de si esa noche había ido, en fin, nos pasábamos imágenes de pibes y pibas por MSN o las difundíamos por Fotolog (las embrionarias redes sociales de la época), para rastrear alguna mínima información del paradero de amigos que, o habían muerto y no lo sabíamos, o estaban internados, o simplemente en shock y conmocionados por haber visto a la muerte en carne viva a tal punto que ni siquiera habían logrado retornar a sus hogares normalmente.
Que tal no aparece. Que tal otro parecía que había muerto. Que a Patricio lo habían visto impregnado de hollín. entrando en Cromañón a salvar gente, y resulta que ahora era un “asesino”. Tenía 24 ó 25 años.
Después de eso vimos como un entramado de jueces, fiscales, medios de comunicación, funcionarios y banqueros (¿les suena? ¿se acuerdan del lawfare?), construyeron toda una pared discursiva para generar una narrativa punitiva sobre el acontecimiento que puso el foco exclusivamente en músicos de rock y en un público de pibes y pibas mayormente del conurbano a los que les gustaba esa “música de grasa”. “El menjunje requemado”, del que hablaba soberbiamente, el periodista progresista Eduardo Fabregat.
También vimos a la rata de Omar Emir Chaban yéndose con la plata de la recaudación de esa noche a esconder a Cemento. Pero ningún periodista de los medios de rock lo juzgó por eso.
En el medio el sufrimiento singular de los ataques de ansiedad devenidos en ataques de pánico, las adicciones que buscaban tapar lo que no podía decirse ni representarse luego de la tragedia, los suicidios, los acting outs, las condenas disparatadas. El ascenso del PRO.
En suma, un drama subjetivo y social, acompañado de toda la maquinaria mediática, judicial y de derecha, absolutamente desbocada y unánime (donde coincidían en su línea, lastimosamente, desde Clarín y La Nación hasta medios como Página 12), que tuvo un dique de contención en medios alternativos como la Agencia Paco Urondo que dieron, con su alcance, su versión de los hechos y su perspectiva y mirada alrededor de lo que pasaba. Una mirada profundamente novedosa, porque estaba ausente de las tramas discursivas epocales.
El kirchnerismo aun no era rockero. No había actos con el Indio Solari de fondo. El propio Indio aún no se había pronunciado en favor de nuestro gobierno y todavía la clase política buscaba, aunque sea de refilón, defender a Aníbal Ibarra.
En ese contexto fue que construimos, entre muchos y muchas, un relato que interpeló incluso a músicos que acusaban a sus propios colegas de los peores y más aberrantes delitos (como de asesinar a su propio público, sin contar que sus propias familias habían fallecido allí esa noche gris).
Esto tuvo un freno cuando muchos de estos músicos se dieron cuenta de que si se sentaba jurisprudencia y los miembros de Callejeros iban presos, ese antecedente podía hacer que, de ahí en más, cualquier músico en Argentina vaya preso frente a cualquier accidente que pudiera ocurrir en un show.
Salvarse el culo fue lo que volvió “solidarios” a varios músicos egoístas. Lo importante, más allá de esto, es que se consiguieron muchas adhesiones para poder discernir quienes eran los verdaderos responsables.
Pudimos, sin embargo, revertir la maquinaria discursiva lanzada de forma voraz, a pesar de que se consumaron varias injusticias, y que al día de la fecha el cantante de la banda fue quien tuvo la condena más grande de toda la cadena de responsables de la tragedia no natural más grande de la historia de nuestro país. O que Daniel Cardell, escenógrafo de la banda, quien ni siquiera estuvo presente esa noche y sólo había pintado un telón, tuviera que ir preso. A pesar de todo eso, podemos decir que pudimos.
Gracias a La Paco, y a Cromañón, puedo decir que me transformé en periodista. Me di el ser, como diría Sartre.
Agradezco infinitamente al director de este dispositivo político-comunicacional (José Cornejo), por haberme permitido traducir la angustia en un discurso que encontró las vías de su enunciación y que, por intermedio de ello, hoy, diez años después, me encuentre militando activamente aquí, junto a un colectivo de compañeros y compañeras que, como ha dicho alguna vez Eva Perón: “No se dejaron arrancar el alma que trajeron de la calle”.
Gracias Agencia Paco Urondo.
Este artículo está dedicado a los miembros de esta Agencia, y a todos quienes colaboraron a construir una percepción social diferente a la que reinó en Argentina desde el 30 de diciembre de 2004 hasta el año 2013.

A 18 años de Cromañón: una larga lucha contra la impunidad

30.12.2022

El 30 de diciembre de 2004 quedó marcado para siempre en la memoria colectiva. El incendio del boliche Cromañón, durante un recital de Callejeros, dejó 194 personas muertas y más de 1400 heridas. Una larga cadena de corrupción que terminó en una masacre totalmente evitable.

La noche del 30 de diciembre de 2004 todavía está grabada en la memoria de miles. En el barrio porteño de Once, el boliche Cromañón desbordaba de pibes y pibas que fueron a escuchar a Callejeros. La banda se encontraba en un ascenso vertiginoso y eso se notaba en la cantidad de público que asistía a los recitales. Pero lo que esa noche había empezado como una fiesta terminó en una masacre.
Cerca de las 22:50 alguien en el público encendió una bengala de las tantas que se prendieron durante el recital, pero las chispas llegaron hasta la media sombra de un material inflamable que cubría el techo del local y se desató un incendio voraz.
Una de las salidas de emergencia estaba cerrada con candado y alambres. Los gases tóxicos asfixiaron rápidamente a varias personas y la falta de luz desató la desesperación.
Las imágenes de esas horas se apoderaron de las pantallas de TV: amigos y familiares buscaban afuera a sus seres queridos, con la incertidumbre de no saber si habían logrado salir o todavía estaban adentro. Muchas personas ingresando al boliche a rescatar gente que había quedado inconsciente o que no podía salir por sus propios medios. Una larga cadena de solidaridad para enfrentar la larga cadena de corrupción que se conocería luego: un local que no contaba con las habilitaciones necesarias, con las salidas de emergencia obstruidas, con la capacidad sobrepasada y muchísimas irregularidades que involucraban a funcionarios porteños, policías y al dueño del boliche, Omar Chabán.
Chabán, precisamente, fue señalado como uno de los principales responsables. Estuvo detenido en el Penal de Marcos Paz durante dos años y recién en agosto de 2009 fue condenado a 20 años de prisión. Por un cáncer linfático murió en 2014, cuando gozaba de arresto domiciliario.
Con el paso de los años también fueron condenados varios funcionarios porteños e incluso los integrantes de la banda. Pero quien nunca fue procesado por el hecho fue Aníbal Ibarra, Jefe de Gobierno en aquellos años y principal responsable político. Sometido a juicio político, la Sala Juzgadora de la Legislatura lo destituyó de su cargo, pero no hubo consenso para inhabilitarlo por 10 años ni por menos.
A pesar de haber sido destituido de su cargo por “mal desempeño de sus funciones”, Ibarra ni siquiera fue llamado para prestar declaración en la causa y posteriormente volvió a presentarse en elecciones para volver a ocupar la Jefatura de Gobierno de la Ciudad. En 2007 volvería a ocupar un puesto público como legislador porteño, función que ejerció hasta 2015.
A 18 años de la masacre de Cromañón, el recuerdo de los pibes y las pibas que murieron sigue presente, así como la lucha por justicia y contra la impunidad.

Jornada de la Memoria por los 18 años de la Masacre de Cromañón

28.12.2022

Este viernes 30 se cumplirá otro aniversario de la Masacre de Cromañon y familiares, sobrevivientes y amigos de las 194 víctimas realizarán diversas actividades en una jornada por la memoria. «Como cada 30 de diciembre, recordamos a las pibas y a los pibes en el Santuario de Once y en Plaza de Mayo. Será una hermosa jornada de lucha, arte y memoria». Compartimos el cronograma de actividades que se desarrollarán.

Este viernes 30 se cumplirá otro aniversario y familiares, sobrevivientes y amigos de las 194 víctimas realizarán diversas actividades en una jornada por la memoria.
Las actividades comenzarán a partir de las 9:00 en el Santuario de Once donde funcionaba el local Cromañón. Habrá actividades culturales y artísticas que se trasladarán a Plaza de Mayo. A las 19:00 leerán el documento y realizarán una marcha desde allí al Santuario, donde culminará la jornada con un acto central a las 20:00.
Además, desde la organización «No Nos Cuenten Cromañón» realizará este viernes 30 de diciembre a partir de las 18:00 en el Obelisco un acto en homenaje a las víctimas y sobrevivientes, al cumplirse 18 años de la tragedia en la que murieron 194 personas. El encuentro se realizará bajo el lema «Las calles son nuestras» y contará con las actuaciones de bandas y solistas como:
• Peteco Carabajal
• Ojos Locos
• La Perra Que los Parió
• Peligrosos Inocentes.
El 29, la organización 30 de diciembre hará un festival en el Santuario de Once a partir de las 16:00.

Un barco se incendió a la altura de Costanera Norte

27.12.2022

En la mañana de este martes, en la zona del Aeroparque metropolitano, una embarcación se incendiaba. La Prefectura Naval Argentina desplegó un operativo para rescatar a la tripulación.

Se trataría de una embarcación deportiva que había partido de la localidad bonaerense de San Fernando con tres tripulantes a bordo, quienes fueron rescatados por otra embarcación que navegaba en cercanías, según trascendió.
Pasadas las 7.30 se visualizaba una columna de humo negro intenso sobre el Río de la Plata y, si bien todavía no se precisaron oficialmente las circunstancias del incendio, el operativo desplegado incluye en principio un helicóptero y dos guardacostas de la Prefectura.

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