17.11.2022
Por La Retaguardia
A partir de la lucha de familiares y sobrevivientes, el boliche República de Cromañón será expropiado para convertirlo en un espacio de memoria. Belkyss Contino, sobreviviente, pasó por el programa Estás Muteadx de La Retaguardia al día siguiente de que el Congreso aprobara la ley de expropiación. Por su parte, Silvia Bignami, mamá de Julián Rozengardt, pasó por el programa radial Hora Libre. Ambas hablaron del proceso que queda por recorrer y plantearon sus ideas acerca de cómo imaginan el espacio de memoria en Cromañón.
Belkyss Contino, sobreviviente de Cromañón, contó cómo fue la jornada de la aprobación de la ley de expropiación del exboliche en el Senado. “Fue una tarde noche de mucho disfrute. Fue tan largo el proceso, y uno a veces lo compara con los procesos de los excentros clandestinos de detención que fueron muchos más largos, pero fueron cuatro años de golpear puertas y de estar constantemente reclamando y pidiendo la expropiación de Cromañón. La expectativa al principio era baja y nos decían que lo que estábamos planteando no era posible, que era muy pretencioso. A veces había una mirada condescendiente que parecía una fantasía de las víctimas, como diciendo ‘pobrecitas todavía están afectadas y mirá lo que piden’. Fue muy importante lo que pasó”, dijo.
Por su parte, Silvia Bignami, madre de Julián Rozengardt, uno de los fallecidos la noche del 30 de diciembre de 2004, aportó que cada una de estas victorias son pequeños logros, porque la vida de los pibes y pibas nadie las devuelve. Y agregó que solo se avanzó en la promulgación, ya que ahora falta la reglamentación y la efectiva expropiación del lugar. “En mi opinión tienen que cambiar muchas cosas para que esto no vuelva a pasar. Pero cuando nosotros logramos la condena a los funcionarios responsables, por primera vez fueron responsables en cana, porque a ellos muchas veces se los declara culpables pero no van a la cárcel. Que fueran condenados por estrago seguido de muerte sienta y sentó precedente. Y este es un momentito de alegría y ese momentito de alegría tiene una onda expansiva. Como cuando tirás una piedrita al agua que a otros también los ayuda”, dijo.
Historia de esta larga lucha
Contino marcó tres grandes victorias del Universo Cromañón: en primer lugar, en 2005 fue la destitución de (Aníbal) Ibarra, que mediante juicio político la Legislatura porteña decidió destituirlo, en un mecanismo institucional inédito en la Ciudad de Buenos Aires y en el país. “Fue una victoria producto de la lucha de familiares y sobrevivientes caminando la Legislatura y mostrando qué fue lo que pasó, que investiguen lo político para que tomaran una decisión”, dijo. Ibarra el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires al momento de la Masacre de Cromañón.
En 2013, familiares y sobrevivientes lograron la Ley de Reparación Integral también en la Legislatura porteña, que institucionalizó un poco más lo que era el original subsidio a sobrevivientes y familias. “Insuficiente, porque en realidad somos 4.500 y solo alcanza a 1.800 personas, con un montón de déficit. Esta ley se fue renovando cada 4 o 5 años depende lo que se le cante a la Legislatura”, aportó Belkyss.
Y, por último, esta ley de expropiación en el Congreso nacional: “No hay antecedentes de una victoria así del universo Cromañón porque es la primera ley dirigida a familiares y sobrevivientes a todos y todas”, planteó.
Bignami dijo que este proceso es heredero de 18 años de lucha, donde familiares y sobrevivientes aprendieron y construyeron en las calles. Algunos y algunas, cuenta, no tuvieron la posibilidad de hacer un duelo o lo hicieron en compañía. “Venimos hace muchos años por la destitución de Ibarra, por la cárcel a Rafael Levy, el dueño del boliche. Pero cuando nos enteramos a fines del 2018, que la llamada justicia le devolvió el inmueble a Levy (quien fue condenado a cuatro años y medio por el delito de estrago seguido de muerte) como si no hubiera pasado nada, dijimos ‘vamos a tener que hacer algo’. Un dueño que tenía un taller clandestino abajo de Cromañón, además. Empezamos a pensar que este lugar tiene que ser para los pibes y las pibas, para los pibes de las escuelas, para el barrio. Y comenzamos presentando efectivamente un proyecto en la Legislatura”, recordó. A partir de que el proyecto de la Legislatura no avanzó, desde la Mesa de Unidad Cromañón, que contiene a nueve organizaciones de sobrevivientes y familiares, comenzaron a dialogar con la Secretaría de Derechos Humanos de Nación. “Les pedimos que presenten un proyecto que exprese que había sido una masacre y que los derechos humanos de hoy merecían tratamiento. Fue todo un debate, una discusión. Nosotros queríamos que la ley la presentara la Secretaría por lo que representa, pero ellos ofrecieron que la representara una diputada oficialista (Paula Penacca). Le pusimos la condición de que fuera pluripartidario. Así que empezamos a pasillear en la Cámara de Diputados. Entrevistamos uno por uno a los de la izquierda, a los del PRO, a los de Evolución, a todos y todas. Y fue caminando el proyecto”, contó.
Bignami se refirió a la coyuntura y consideró que también fue un factor que favoreció a la aprobación de la ley: “Tampoco soy ingenua, sé que es un momento preelectoral, donde a lo mejor alguna fuerza política cree que lo va a poder usar como plataforma. Pero nosotros no tenemos problema con eso, porque vamos a seguir denunciando lo que está mal, vamos a seguir contra Ibarra, que ahora está haciendo unas pintaditas a ver si gana una interna”.
Unidad en la diversidad como ejemplo
Cuando hablamos de Universo Cromañón nos referimos a todo lo que gira en torno a lo sucedido aquel 30 de diciembre, pero también hablamos de todas las personas que componen los espacios de organización alrededor de Cromañón. “Somos diversos, diversas. Tenemos ideas diferentes sobre un montón de cosas como el rol del Estado, responsabilidades sobre la masacre, sobre las prácticas políticas para llegar a grandes logros. Haber puesto el interés común por sobre todo esto y lograr consenso interno entre nueve organizaciones fue un esfuerzo enorme. Con muchas reuniones de debates e intercambios con las mejores formas, lo hemos logrado. En este caso todo el espectro político partidario estuvo de acuerdo, porque si bien el proyecto lo presentó el oficialismo hubo firmas de todos los jefes de bloques de diputados. Y después acompañaron los senadores. Se superó la grieta”, dijo Belkyss Contino.
Lo que viene
Bignami habló acerca de cómo imagina el proceso que deberán llevar a cabo ahora que se aprobó la ley en la Cámara de Diputados y Diputadas y en el Senado. “Para que la expropiación se concrete primero no la tiene que vetar nadie más. Tiene que decidirse cuál es la autoridad de aplicación para hacer esto. Por ejemplo, puede ser la autoridad de aplicación la Secretaría de Derechos Humanos, o puede ser en conjunto con Educación también pensando en el perfil de lo que ocurriría ahí adentro. Hay que decidir eso y después hay que decidir también el modelo de gestión, cómo va a dialogar, porque la gestión es conjunta entre el Estado y las familias. El Estado va a estar presente para garantizar, por ejemplo, el dinero para todo lo que hay que hacer ahí adentro. Y ahora viene todo este proceso de debate acerca de qué hacemos ahí adentro”, dijo.
Por su parte, Contino planteó algunos desafíos de cara a la construcción del espacio de memoria: “Tenemos muchas expectativas, hay ciertos acuerdos de que queremos que sea un espacio abierto a la comunidad, donde haya actividades culturales, talleres. Llenar un poco el lugar de movimiento. Queremos que los pibes que hoy tienen 18 años y no habían nacido cuando pasó Cromañón, puedan ver qué puerta estaba cerrada, o qué techo no tenía material ignífugo. Que tengan la posibilidad de ver y habitar el espacio. Consideramos que esto va a ser un proceso de consenso entre todas las organizaciones. Es un gran desafío el que tenemos por delante. Que el Estado se haya hecho cargo del lugar es una política reparatoria”.