Recuerdos de los carnavales porteños

21.02.2023

POR PAULA VIAFORA

Es generalizada la idea de que lo más atractivo al llegar “el fin de semana de carnaval” son los dos días feriados a continuación del domingo, que transforman a este fin de semana de febrero en una oportunidad única para pensar en una escapada hacia algún destino veraniego. Una verdadera lástima considerando la larga historia que tienen estos festejos en la ciudad de Buenos Aires y como han ido transformándose en función de los cambios sociales y políticos que se fueron sucediendo desde sus comienzos en siglo XVII, cuando, según las crónicas, nace como una mezcla de celebración medieval española y el candombe de los esclavizados negros del Río de la Plata.

Como casi todas las tradiciones populares, el festejo de carnaval fue acompañando los diferentes momentos políticos y sociales del país. Es un muestrario para resaltar situaciones de racismo, inclusión y diversidad de clases sociales, entre otras.
La comunidad afroporteña, que no logró establecer su modelo de festejos frente a las tradiciones europeas sufriendo las diferencias de un país fuertemente racista, terminó replegándose en el ámbito privado para sus celebraciones, quedando fuera del festejo callejero.
Los barrios de Monserrat y Balvanera fueron los espacios geográficos elegidos para organizar los festejos del siglo XIX. Según el historiador Rodrigo Salinas “el carnaval era un evento de vital importancia en la urbe decimonónica, ya que era una oportunidad extraordinaria de divertirse, de bailar y de actuar con una libertad que pocas veces se vivía en el contexto social de la Ciudad de Buenos Aires. Los carnavales traían, además, la alegría y la fiesta al “corazón” de la ciudad masificada, pero, también, fue la ocasión predilecta de los sectores sociales hegemónicos de la Generación de 1880 de mostrarse como una comunidad encaminada con pie firme hacia ‘el progreso indefinido’ y la ‘civilización’”.
Ya en el siglo XX, cada barrio tenía su murga. Eran organizados por vecinos, comerciantes y agrupaciones de jóvenes artistas que, junto con los músicos y las mascaritas, eran la atracción del encuentro. Las plazas y las fachadas de los edificios se adornaban con guirnaldas, banderines y lamparitas de colores. La Avenida de Mayo se hizo aún más famosa por dar lugar al corso oficial de la ciudad que se extendía desde las calles Bolívar y Buen Orden (actual Bernardo de Irigoyen); hasta Luis Sáenz Peña. Para quienes preferían un ambiente más íntimo y selecto, se celebraban bailes en el Jockey Club y el Club del Progreso.

Los bailes de Carnaval fueron la base de lanzamiento del tango.

Los grandes clubes deportivos congregaban a famosas orquestas de tango, entre ellas, la de Francisco Canaro y Di Sarli. Entre las décadas del 40 y 50, algunas orquestas de tango animaron también los «8 Grandes Bailes 8»: Francisco Lomuto; Alfredo De Angelis; Juan D’Arienzo; Aníbal Troilo «Pichuco»; Carlos Di Sarli; Osvaldo Fresedo entre otros. Durante los años gobernados por el peronismo fue el auge de las celebraciones en los clubes de barrio. La dictadura en 1976, a través del decreto 21.329, firmado por Jorge Rafael Videla, derogó el artículo primero del decreto ley por el cual el lunes y martes de Carnaval eran feriados nacionales. Previamente en 1956, Pedro Eugenio Aramburu, había realizado la misma prohibición. El regreso a la democracia volvió a avivar la llama de reunir nuevamente a las murgas, desempolvar los trajes y retomar la preparación de festejos. Siempre habrá un próximo febrero.
Los recuerdos de los carnavales implican vivencias únicas: las estrategias elaboradas para ser exitosos en los juegos con agua, las fotos con disfraz hecho a mano en casa antes de ir al corso. Cuántos amores nacidos en esos “8 grandes 8”, cuántas señoritas habrán atesorado por el resto de su vida, la anécdota de haber sido la “reina del carnaval” en mil novecientos cincuenta y tantos….
Muchos escritores, pusieron en bellas palabras sentimientos colectivos. Félix Luna escribió en marzo del 2000: “¿A mí me van a hablar de los carnavales? Por favor…. Si ahora ya no existen… ya no hay corsos en los barrios, ni esos bailes formidables en los clubes, con dos o tres orquestas, de los que uno salía enamorado siempre de una colombina o una dama antigua… Pero por qué… Si ni siquiera se conoce ahora la delicia de andar por la calle, en esos veranos que partían el empedrado, y encontrarse de repente todo mojado con un balde de agua que algunas chirusas tiraban desde un balcón… O esas maravillosas peleas a bombazos, de vereda a vereda o de un coche a otro, tratando uno de acertar el líquido a la señorita fichada (…)”
Evaristo Carriego, escritor que vivió su niñez en el barrio de Palermo, construyó su mitología personal y porteña, donde confluían el barrio, los cafés y los guapos, escribió un extenso poema del que transcribimos un breve fragmento:

A Colombina en Carnaval

Colombina, ¿qué se hicieron
tus risas de cascabel?
¡Ah! Desde que se perdieron
-lo saben quienes te oyeron –
quedó inconcluso un rondel…
Surge de las viejas salas
y como antes, oportuna,
Vuelve a reinar,
hoy que exhalas
suspiros por las escalas
Con que asaltaste la luna…
Ada, una de las mujeres poetas más destacadas que ha tomado como paisaje la murga y el carnaval, compañera de ruta del prestigioso murguista Nito Chadrés, escribió recitados para entradas, retiradas y canciones:

La murguita

Cierro los ojos y veo
el patio de la vieja casa
invadida de malvones rojos
y la imagen se hace danza.
Arpillera remendada
cara sucia, chapuceros
una cantando una humorada
los menudos bochincheros.
Y así la banda orquestina
alegra el barrio dormido
y a la siesta vespertina
la despierta con sus ruidos.
Otro escritor que expresó su visión sobre los carnavales fue el polémico Ernesto Sábato: “Los carnavales de otros tiempos eran como un vómito colectivo, algo esencialmente sano, algo que nos dejaba de nuevo aptos para soportar la vida, para sobrellevar la existencia (…)”
Más cerca nuestro, Peteco Carabajal, en su tema “Viejas promesas” pronuncia: Cada febrero vuelve a renacer/ De la ceniza, de la soledad/ Tu apasionado amor/ Tu luz espiritual/ Tu enloquecido embrujo, carnaval”.
Privilegiados quienes, aún pueden captar esa magia que se produce cuando, en el silencio de una noche de verano, escuchan a lo lejos una murga y se sientan convocados al corso del barrio, para dejarse arrastrar hacia otros tiempos y ser, aunque sea por un rato, un poco más felices.
Información sobre corsos porteños en febrero 2023: https://vivamoscultura.buenosaires.gob.ar/contenido/29119-carnaval-porteno-2023

En CABA los alquileres subieron el 110% anual

17.02.2023

Así lo señala un relevamiento del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz. En el caso de los monoambientes subieron un 122,9% anual.

Alquilar es casi un lujo en la Ciudad de Buenos Aires. Un relevamiento del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO) indica que en el transcurso del último año los montos a pagar subieron un 110 %.
Las cifras son alarmantes. La media de los precios de los monoambientes en alquiler se encuentra en $ 78.000. El monto es superior al salario mínimo vital y móvil, que registra un valor de $67.743. En el caso de este tipo de departamentos, el aumento anual registrado alcanza el 122,9%.
En el caso de los departamentos de dos ambientes, el alquiler promedio se ubica en $85.000. En este caso, la suba anual registrada es del 105%.
Los departamentos de tres ambientes se alquilan, en primero, a $130.000. En este caso, hay variaciones en los precios en función de varias características del departamento y el edificio en el que se encuentra. En este caso, la suba anual fue del 102.3%.
Las subas se ubican claramente por encima de la inflación general que mide el Indec. A inicios de esta semana se conoció el dato correspondiente a la misma en relación a enero de 2023. Anualizado, el alza de precios alcanza el 98,8 %. Es decir, casi 12 puntos menos de lo que subió la media general de los departamentos y 24 puntos menos que la correspondiente a los monoambientes.

Policías de la Ciudad a los sillazos contra un hombre en situación de calle

17.02.2023

Ocurrió en Belgrano, cuando buscaban detener a una persona que molestaba a los vecinos y que intentó defenderse con un pedazo de palo de escoba.

El episodio parece salido de una película de acción, aunque ocurrió en la vida real esta semana: un grupo de oficiales de la Policía de la Ciudad atacó a sillazos a un hombre en situación de calle que, según la versión de los efectivos, molestaba a los vecinos del barrio porteño de Belgrano. Las imágenes del episodio se viralizaron en las últimas horas y volvió a poner el foco sobre la fuerza de seguridad porteña por sus llamativos métodos.
Según quedó registrado en un video, al menos seis oficiales de la Policía de la Ciudad golpearon con fuerza a un hombre de mediana edad, que apenas lograba defenderse con un pedazo de palo de escoba.

Sillazo limpio para detener a un hombre

En este caso —rompiendo con todo tipo de protocolo y como si los elementos de seguridad habilitados para su uso en las fuerzas fueran un mero capricho— media docena de policías de la Ciudad redujeron a un hombre lanzándole sillas en una plaza de Barrancas de Belgrano.
El episodio ocurrió en intersección de las calles Sucre y 11 de Septiembre, cuando – según la versión de la Policía – el hombre, que se encontraría en situación de calle, comenzó a intimidar a transeúntes con un palo de madera que tenía una filosa punta.
Como el hombre no detenía su actitud, los policías lo rodearon y comenzaron a arrojarle sillas que se encontraban en un bar ubicado en la glorieta de la plaza de Barrancas de Belgrano.

Taser, pero de madera

El hecho tiene lugar luego de que esta semana el ministro de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, Marcelo D’Alessandro, – de licencia en medio del escándalo por los chats filtrados meses atrás – instalara nuevamente el debate por las pistolas Taser después de que una policía fue asesinada cuando le robaron su arma de fuego en la estación Retiro de la línea C de subtes.
A este hecho, además, se le suma la represión a los vecinos de la zona sur de la Ciudad que protestaban por los extendidos cortes de luz, que volvió a poner el foco sobre la violencia con la que actúan los oficiales porteños, y la información de otro uniformado al que le robaron su pistola y el chaleco antibalas.

El Gobierno multa a Edesur por la mala calidad del servicio

16.02.2023

El monto es de mil millones de pesos y la sanción se da en el marco de reiterados y prolongados cortes de luz que generaron descontento en los usuarios.
El Gobierno definió multar a la empresa Edesur por el deficiente servicio de energía eléctrica que presta. El monto es de mil millones de pesos y la sanción se da en el marco de reiterados y prolongados cortes de luz que generaron descontento en los usuarios.
Ayer por la tarde familias de Villa Lugano que llevaban varios días sin servicio salieron a la calle a protestar y fueron reprimidas por la Policía de la Ciudad. Incluso la violencia policial alcanzó a varios trabajadores de prensa.
La decisión fue anunciada anoche por Sergio Massa, ministro de Economía, quien instruyó a la Secretaría de Energía y al Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) para su aplicación. Fue tras reunirse con el presidente Alberto Fernández.
Edesur debe “devolver a los usuarios que hayan sido víctimas de cortes superiores al promedio establecido en el contrato de la totalidad de la factura del último mes y habilitar un ámbito de reclamo por daños a electrodomésticos domiciliarios” informó el titular de la cartera económica, a través de su cuenta de Twitter.
Asimismo, anunció que van a “poner en marcha una veeduría con auditoría, convocando a la Universidad de Buenos Aires para revisar el valor de activo regulatorio, cumplimiento del régimen de inversiones, el tiempo de respuesta a los usuarios y la calidad en el servicio de transmisión de Edesur”.
El control mayoritario de Edesur lo tiene el grupo italiano Enel, que controla además la represa de El Chocón, la ex Central Costanera y la Central Dock Sud, vende energía y combustible a grandes usuarios y participa del negocio del transporte de energía desde las centrales eléctricas.

A 38 años de la siembra de Alí Primera, el cantor del pueblo, fue recordado este jueves en Buenos Aires

16.02.2023

Alí Primera fue recordado por todo lo alto en una actividad organizada por la Embajada de la República Bolivariana de Venezuela en Argentina. La música y la poesía del gran trovador nacido en Falcón, surgió desde un video en el que su hijo Sandino Primera, habla de su padre y su compromiso permanente con las causas populares. Posteriormente, otro video ideado por la propia embajadora Stella Lugo, evoca paso a paso cada una de las intervenciones revolucionarias de Alí a través de su canto y de sus testimonios en la gran batalla cultural que acometió.

Así, el público que desbordó el salón principal de la Casa Patria Grande, pudo escuchar fragmentos de los homenajes del cantor al Che, a Allende, a Tania, a las Madres de Plaza de Mayo, a Ho Chi Minh y tantos otros y otras luchadores del Tercer Mundo.
La embajadora Lugo, recordó también las batallas culturales y de militancia política que libró el trovador en defensa de su pueblo, y luego incursionó en la necesidad -como predicaba el mismo Alí- de unir a los pueblos: «Si la lucha por la libertad se dispersa, no habrá victoria popular en el combate».
Stella Lugo recordó el avance del imperialismo yanqui en todo el continente, y el descaro de la jefa del Comando Sur, reivindicando como propias las grandes riquezas nuestramericanas.
Lugo expuso todos los daños que les ha ocasionado Estados Unidos y el imperialismo:
El final de sus encendidas palabras fue de esperanza revolucionaria. Con la convicción que «vamos a vencer», al imperialismo, al colonialismo y al racismo, como en su momento hicieron San Martín y Bolívar con los españoles. Desenvainando una espada, réplica de la de los Libertadores, la levantó en alto y ratificó su seguridad de la victoria de los pueblos del continente.
¡El emocionante acto culminó con la actuación de la Agrupación «Canto a la Vida» que entonaron varias canciones de Ali Primera que fueron acompañadas por todas las personas presentes, terminando con el histórico «Yanki go home!»,

Alí Primera: Una trova revolucionaria, internacionalista y de amor por los humildes

Ely Rafael Primera Rosell, mejor conocido como Alí Primera, fue un cantautor, músico, poeta y activista político venezolano nacido el 31 de octubre de 1941 en Coro, estado Falcón. Gracias a su compromiso con las causas justas, fue bautizado como “El cantor del pueblo”.
En su entorno familiar se apodaba “Alí” porque sus abuelos eran árabes. Sus padres fueron Antonio Primera y Carmen Adela Rossell. Lamentablemente, a los tres años quedó huérfano debido a que su padre falleció accidentalmente en la ciudad de Coro.
En el año 1960, él y su familia se trasladaron a Caracas donde egresó como bachiller del “Liceo Caracas” y en 1964 ingresa a la Universidad Central de Venezuela (UCV) para cursar estudios de Química en la Facultad de Ciencias.
Alí Primera inicia su fase de compositor y cantante en la época universitaria, primero como pasatiempo y luego una actividad central de su vida. En ese momento, surgen sus primeros éxitos “Humanidad» y «No Basta rezar” con los que se dio a conocer a gran escala.
Entre 1969 y 1973, cursó estudios de Tecnología del Petróleo en Europa gracias a una beca que le otorgó en 1968 el Partido Comunista de Venezuela (PCV). Sin embargo, no ejerce su profesión al regresar a Venezuela en noviembre 1973, sino que se dedicó a la música y a la lucha política.
En su trayectoria artística, “El cantor del pueblo” realizó 12 producciones discográficas, las cuales lo convirtieron en un referente de la “canción necesaria” latinoamericana. Entre ellos destacan “Volumen 2”, “Lo primero de”, “La Patria es el hombre”, “Entre la rabia y la ternura”, “Cuando nombro la poesía”, “Con el sol a medio cielo” y “Abrebrecha”.
Además, participó en numerosos festivales musicales de Latinoamérica y se presentó en varias ocasiones en el Aula Magna de la UCV, así como en liceos, sindicatos, fábricas y sitios populares para llevar su ideal revolucionario a todos los rincones del país.
Su lucha por las causas justas nunca se detuvo. Después de militar en el Partido Comunista de Venezuela (PCV), colaboró en el partido Movimiento al Socialismo (MAS), durante la primera campaña electoral de José Vicente Rangel en el año 1973.
Entre las canciones más conocidas de Alí se encuentran «Paraguaná paraguanera», “Tin marín”, “No basta rezar”, “Los que mueren por la vida” “Techos de cartón” “Madre déjame luchar” y “América Latina Obrera”.
El 16 de febrero 1985, Alí Primera conmocionó a Venezuela con su fallecimiento en un trágico y muy dudoso accidente automovilístico ocurrido en la Autopista Valle-Coche, en Caracas, después de salir de una sesión de grabación. En varias oportunidades Alí había denunciado que lo estaban amenazando de muerte y temía -lo dijo explícitamente- algún accidente de tránsito.
Su legado musical quedó grabado en la memoria colectiva del pueblo venezolano y latinoamericano. Sus letras han calado de generación en generación, gracias a su vigencia y a que recogen el sentir de las mayorías.
Su música y poesía fueron el abrevadero y el ideario, que sirvieron de inspiración, de consignas, de arengas y de gritos de guerra en las batallas políticas de la Venezuela post-perezjimenista, así como cura de las heridas y consuelo en las derrotas; su canto se alzó como himno festivo en las victorias.
La izquierda venezolana le debe a Alí Primera una coherencia que difícilmente hubiese logrado sin un poeta. Por otra parte, más allá de los tintes ideológicos –de comunista, antiimperialista y de izquierda– Venezuela entera deberá reconocer al prolífico compositor que era Alí, a su amor profundo por Venezuela, por su música y por su gente; tanto en su canción necesaria como en los cantos costumbristas y sus canciones de amor.
Sin lugar a dudas, Alí Primera – El Cantor del Pueblo Venezolano – tiene un lugar especial reservado entre los hombres ilustres y héroes nacionales. “Los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos…”, como él mismo trovaba.

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