29.6.2022
El martes 28 hubo sesión especial en la Legislatura porteña, en la que el jefe de Gabinete porteño, Felipe Miguel, debió responder preguntas de los bloques legislativos. La legisladora del PTS FITU, Alejandrina Barry, lo increpó sobre la prohibición del lenguaje inclusivo en las escuelas, las prácticas laborales gratuitas, las pésimas viandas, como también sobre los despidos de trabajadores/as de la salud, su pase a la carrera profesional, y los millones que gastan en campaña política para Larreta.
Este martes 28 de junio hubo sesión especial en la Legislatura porteña, en la que el jefe de gabinete porteño, Felipe Miguel, se presentó para hablar de las políticas de gobierno y responder preguntas de los bloques legislativos.
En un extenso discurso, describió a la Ciudad como si fuera de las mil maravillas, en materia de educación, salud, cultura, seguridad, infraestructura, etc., con datos mentirosos y sin mostrar la verdadera realidad que viven miles todos los días.
La legisladora del PTS FITU Alejandrina Barry, fue la primera en hablar e increpó al funcionario que vendió espejitos de colores: “Ya que habló de la cultura del diálogo, y han lanzado una campaña vistosa del Gran Hermano Larreta, para escuchar las opiniones de los vecinos afines, proponerles ser candidatos, que todavía no sé si en su propio espacio han logrado consenso, quería preguntarles si era determinante que fueran afines a sus ideas políticas solamente, porque aquí cuando han venido aquí las enfermeras para reclamar por el pase a la carrera profesional, les rompieron la cabeza. Y en el caso de la reforma del estatuto docente, que también mencionó, fue en contra de toda la comunidad educativa y sus organizaciones, también imponiéndolo con represión”, señaló.
El jefe de gabinete había hecho referencia a la reforma del estatuto docente, diciendo que hubo “consenso” en la Legislatura para votarse, pero Barry le recordó que fue gracias a la represión a la comunidad educativa que se movilizó ese día, y de hecho solo el bloque oficialista votó a favor.
Ya que sobre salud Miguel sólo habló de datos lindos, pero no del maltrato a las y los trabajadores, Barry le preguntó: “¿Cuándo van a pasar a las enfermeras y otras profesiones a la carrera profesional? ¿Van a esperar a una nueva pandemia?”. Y también le preguntó sobre los más de 100 despidos del personal de salud contratado que se presentó a reclamar en la legislatura recientemente, los imprescindibles que hoy tratan como descartables.
Cuando Felipe Miguel se refirió a la prohibición del uso del lenguaje inclusivo en las escuelas, justificó esta política reaccionaria con los malos resultados de las evaluaciones educativas en comprensión lectora.
“Teniendo en cuenta que existe la ley de identidad de género desde el 2012 y que en el DNI ya hay derecho a tener una identidad con género no binarie, ¿cómo van a hacer las, los, les docentes para referirse a les estudiantes que tienen una identidad no binaria? ¿Proponen que se los niegue, que no los nombren, que los saquen de la lista? ¿Qué resolución van a tomar?”, preguntó Barry al respecto.
Sobre las prácticas laborales gratuitas para las y los estudiantes de los 5tos años de secundaria, las llamadas pasantías, y la implementación de la educación financiera para el último año, Miguel argumentó que “promovemos la cultura del trabajo”, cuando los mandan a cumplir horarios en lugares emblemas de precarización laboral y explotación como Rappi.
Sobre esto, la legisladora dijo: “Si seguimos con esto de escuchar las opiniones, como dicen ustedes, habrán visto que hubieron un montón de estudiantes vienen haciendo sentadas, marchas, en rechazo. Porque como en el colegio Lengüitas, que los mandan a la sede de la cámara Argentina de concesionarios de servicio de comedores, que la mayoría son de las empresas que hacen la comida en las escuelas de la Ciudad, comida que no sólo no alcanza sino que es de pésima calidad; o las y los estudiantes del comercial 5 que los mandan a Rappi, a una especie de kiosco donde arman pedidos de golosina, los llaman turbos. Querría que me fundamentara un poco el aporte pedagógico a los estudiantes de armar sanguches. Contar las fetas de paleta y queso, ¿los va a ayudar en las evaluaciones de matemáticas? Armar pedidos de golosinas, ¿va a fomentar su capacidad crítica?”
Luego Barry se refirió al tema de las viandas escolares, y contó que decenas de docentes y estudiantes le escriben denunciando la mala calidad y poca cantidad, que además de ser pésima nutricionalmente, no alcanzan: “En un curso con 30 alumnos, teniendo solo 17 sanguches, ¿cómo sería el criterio para distribuirlos? Si usted fuera docente, ¿cómo dirimiría el problema de quién come y quién no?”, y sostuvo que las viandas deben ser universales, con otra calidad, “porque no podemos vivir haciendo amparos, como hicimos en la pandemia junto a Myriam Bregman para que se les garantice a los pibes el derecho elemental a tener una comida digna”.
Para finalizar, la legisladora le preguntó la opinión sobre el proyecto presentado por García Moritán, diputado oficialista, para cobrar por el derecho a la salud y educación de quienes no tengan domicilio en CABA, como si fueran servicios y no derechos, y a los estudiantes como “costo”; y por la pauta oficial que tiene destinados 3.400 millones de pesos para la candidatura del jefe de gobierno porteño Rodríguez Larreta con la campaña de “La transformación no para”. “Se ve que esto no les molesta a los diputados que hablan de los costos de salud y educación para los no porteños”, sostuvo Barry.
“La pauta oficial tiene que ser usada para campañas que interesen a la población, como la violencia de género, incluso discutir si es necesario gastar plata en esto, o no es mejor destinarla, como decía antes, a las viandas escolares, a la refacción de las escuelas, y en particular, a la gente en situación de calle, porque no sé si usted recorre la Ciudad, pero yo sí, y son cada vez más las personas que duermen en la calle con estas frías temperaturas”, finalizó Barry.
Luego de extenso un cuarto intermedio llegó el turno de las respuestas de Felipe Miguel. En su intervención exprés intentó responder en apenas 5 minutos algunas cuestiones, luego de casi 2 horas de intervenciones de los distintos bloques. Sobre los planteos de la legisladora Barry respecto a la alimentación en las escuelas se limitó a repetir los mismos conceptos que dio en su discurso de apertura. Generalidades y mentiras que apuntan a maquillar la realidad en las escuelas porteñas respecto de la alimentación y viandas; pero ninguna solución concreta a los problemas planteados.
El mismo procedimiento tuvo para responder sobre la prohibición a que les docentes empleen el lenguaje inclusivo. Consideró que solo se limita el uso de la “E”, la “X” y la “@” en comunicaciones oficiales, argumentando que su uso una traba para el aprendizaje del lenguaje, pero ninguna respuesta sobre les estudiantes que tienen una identidad no binaria.
Las consultas de la diputada sobre la continuidad laboral del personal de salud cesanteado, y el reclamo por el pase a la carrera profesional para enfermería y otras profesiones; así como las denuncias sobre el multimillonario gasto destinado a la publicidad que dilapida el GCBA quedaron sin respuestas.