15.6.2022
Por Martín Massad
Diálogo con Luciana Viera, comunicadora y activista trans del Bachillerato Popular Mocha Celis, sobre la prohibición del lenguaje inclusivo en las escuelas porteñas.
* El artículo contiene lenguaje inclusivo
¿Qué opinas de la medida implementada por Soledad Acuña de prohibir el uso del lenguaje inclusivo en las escuelas porteñas?
Luciana Viera: La ministra Soledad Acuña hace referencia al lenguaje inclusivo como un obstáculo. Es importante dejar en claro que, lejos de ser un obstáculo, el lenguaje inclusivo es un tipo de comunicación verbal y escrita que incluye a todas aquellas identidades que escapan al binarismo hombre-mujer que nos inculcan desde que somos niñes.
¿Cómo tomaron esta prohibición en el Mocha Celis, un bachillerato abierto a la diversidad?
L.V: Nosotres somos una institución que repudia por completo la medida tomada por Soledad Acuña, porque dentro del Mocha Celis utilizamos el lenguaje inclusivo. Su prohibición no sólo violenta la libertad de expresión, sino que va en contra de las identidades de género de las personas, es decir, es muy extraño pensar que en un país que tiene marcos normativos y leyes como el DNI no binarie haya resoluciones que no permitan usar el lenguaje inclusivo. Sin ir más lejos, dentro del espacio educativo puede haber también infancias trans, travestis y no binaries, como así también educadores que se perciban con estas identidades, por lo que no permitir el uso del lenguaje inclusivo sería un intento de incivilización y un gran acto de violencia. En el último tiempo tratamos de promover y fomentar en la sociedad esta idea de que presumir la identidad de la otra persona por su expresión de género, por si es más masculina que femenina y definir si es hombre o mujer, es violenta. Esta prohibición, en cierta medida, va en detrimento de todos los derechos ya adquiridos, hay marcos normativos como la Ley de Identidad de Género, la Ley de Educación Sexual Integral que se da en las escuelas porteñas y está a favor del uso del lenguaje inclusive y, ahora de repente, un retroceso. Esto no es casual, acá hay un trasfondo político y una puja de votos con la ultraderecha.
La gestión de Soledad Acuña frente al ministerio de Educación también trajo como resultado problemas edilicios y faltantes de gas en las escuelas ¿Qué falencias encontrás vos en el sistema educativo de la Ciudad?
L.V: Un obstáculo es que les pibes que van a estudiar, a gozar de un derecho básico como es el derecho a la educación, no tengan calefacción o gas en su escuela. Obstáculo también es que les llegue comida putrefacta y no en buen estado, como ha pasado en los últimos tiempos y se ha viralizado, en los espacios donde estudian, eso es un obstáculo. Creo que deberíamos hacer más foco ahí a la hora de pensar cómo educamos a les niñes y los resultados que obtenemos.
Muchas expertas y expertos han sostenido que el lenguaje inclusivo abre puertas, genera conocimiento y permite que las chicas y chicos aprendan y se generen inquietudes. ¿Vos qué opinas al respecto?
L.V: Muchas veces se piensa que cómo somos personas que habitamos los espacios y colectivos de las disidencias hablamos todes lenguaje inclusivo, la realidad es que no. Es un acto que se va construyendo, que se va aprendiendo día a día. A mí como mujer trans, activista y militante, aún al día de hoy, hay palabras que repienso, me pongo en cuestionamiento y me cuesta. No es algo que nos sale natural, porque nos han criado y educado con otro lenguaje, que es absolutamente binarie y sexista y que no es el lenguaje inclusivo. Entonces, es una práctica que cuesta, pero que incluye a las personas que no se autoperciben con el binarismo que nos imponen. Utilizar pronombres neutros, cambiar apenas una letra, puede aportar muchísimo. La lengua es algo dinámico, que construye, visibiliza y expresa, aquello que no se nombra no existe. Aquellas personas que estamos invisibilizando a través de la resolución de la ministra Acuña, existen y están en esos espacios. Existen las infancias trans, travestis y no binaries, y están en los espacios educativos donde ahora prohíben el lenguaje inclusivo.
También, en la última semana se viralizaron talleres y publicidades que implementó el Gobierno de la Ciudad, ¿Qué opinas de esta contradicción respecto al uso del lenguaje inclusivo por parte de la administración porteña?
L.V: Son momentos complejos. Estamos en una coyuntura donde se vienen épocas electorales, donde lo único que importa es el voto. La derecha avanza y se han escuchado muchos discursos transodiantes hacia el colectivo de disidencias. Estas medidas no hacen más que legitimar estos actos y acciones de violencia, que parecieran que son resoluciones que se toman de manera casual, pero no. Creo que no es casual que se tome esta medida en el mes Internacional del Orgullo y cerca de un año electoral. Es sumamente contradictorio que en el mes de noviembre hayan participado con una carroza del “Pro-Diversidad” en la Marcha del Orgullo LGBTIQ+ y que, esas mismas personas, hoy estén a favor de esta resolución. Necesitamos políticos que aboguen por el bienestar y educación de las niñeces y el derecho a la identidad. Las personas travestis y trans existimos y no nos pueden seguir invisibilizando y violentando.
¿Van a llevar adelante alguna medida o acción en contra de esta resolución?
L.V: No vamos a permitir que se retroceda en lo que ya hemos logrado. Esta resolución va en contra de leyes que ya existen. No vamos a dar un paso atrás sobre derechos que hemos conquistado. Vamos a estar en la calle tomando acciones colectivas porque nosotres creemos que las acciones colectivas matan las acciones individuales.