«Tiraron a matarlo»

18.11.2021

Lucas González, un joven futbolista de las inferiores de Barracas Jrs., fue baleado por un efectivo de la Policía de la Ciudad cuando salía de entrenar. Está internado, en grave estado. «Es un caso de gatillo fácil», denunció su mamá.

Lucas González, un adolescente de 17 años que juega en la sexta en división del club Barracas Central, fue herido este miércoles de un balazo en la cabeza que tiró un policía de la Ciudad, todavía no identificado. El joven permanece internado en grave estado. «Lucas está mal, el daño es irreversible. Lo único que me lo puede salvar es un milagro», dijo su mamá, Cintia López, quien denunció que su hijo fue víctima de gatillo fácil.
Según contaron sus familiares, Lucas salía de un entrenamiento a bordo del coche de su padre, un Volskwagen Suran azul, junto a tres amigos que habían ido a probarse en las inferiores del club, cuando lo interceptó un auto de la Policía, “sin identificación de nada”, del que aparentemente se bajaron tres efectivos de civil que iniciaron una persecución, a los balazos.
«Es un caso de gatillo fácil, porque no pueden sacar un arma y dispararle a unos pibes. Esa gente (por los policías) no está capacitada para andar con un arma», dijo Cintia. «Tiraron a matarlo», agregó.
La primera versión policial de los hechos indicaba que efectivos de la Comisaría Vecinal 4C interceptaron el coche para pedirles identificación a los jóvenes, que se negaron y huyeron, lo que desató una supuesta persecución, cerca de la Villa 21-24. El detonante, según la Policía, habría sido la presencia de un arma en el baúl del auto, pero según dejó trascender el juez Alejandro Cilleruelo, a cargo de la investigación, se trataba de una réplica de plástico. “Quisieron plantar un arma para hacer pasar a mi hijo como un delincuente”, aseguró la madre del joven baleado.
Fuentes de la Secretaría de Seguridad porteña confirmaron que “se abrió un sumario administrativo a los policías que participaron del procedimiento, a la espera de la resolución judicial”. “Además, se los apartó preventivamente de tareas operativas, es decir no están en la calle. Una vez que la Justicia se expida internamente se tomará una decisión final”, agregaron.
La versión del tiroteo, a esta altura, ya no se sostiene. El juzgado a cargo de Cilleruelo separó a la Policía de la Ciudad de los peritajes y ordenó que todos los trabajos forenses fueran realizados por peritos de la Policía Federal Argentina (PFA). Asimismo, ordenó el secuestro de las armas reglamentarias de los policías que participaron en el hecho para que se les practiquen estudios de dermotest y así determinar cuál de ellos efectuó disparos.
«No hay esperanza, no tiene signos vitales, está muy mal, hay que esperar, está en manos de Dios», dijo Cintia. Lucas permanece internado en el Hospital El Cruce, de Florencio Varela.
En tanto los tres amigos de Lucas permanecen detenidos y fueron trasladados al Instituto Incháusti. “Mi hijo es un deportista, nunca fue un delincuente, me ocupé toda la vida de que no le falte nada”, aseguró su papá, y agregó: “Le estoy pidiendo a Dios que me lo salve de esta porquería, esto es un infierno lo que estoy viviendo, le pido a Dios y a todos que recen por mi hijo, y que no le pase nada por favor”.
Según una investigación del CELS, entre enero de 2017 y diciembre de 2020, se registraron un total de 98 personas muertas a manos de agentes de la Policía de la Ciudad, de los cuales al menos 23 casos serían de gatillo fácil. «Otra vez la misma historia. La policía de la Ciudad disparó contra unos chicos que volvían de jugar al fútbol en Barracas. Uno de ellos está gravemente herido en el Hospital Penna. No es un confuso episodio, es gatillo fácil», publicó el organismo en sus redes sociales.

Quién era Lucas, el joven asesinado por la Policía de la Ciudad

18.11.2021

La joven promesa de Barracas Central fue baleado por la Policía por ser joven, no hay otra explicación por más que la jerarquía policial quiera inventarla. Dolor e indignación en Barracas y Florencio Varela.

La joven promesa de Barracas Central fue baleado por la policía en un confuso episodio.
Lucas González era un joven futbolista que soñaba con llegar a la Primera División de Barracas Central. Tenía 17 años, vivía en Florencia Varela y era el hijo mayor de Cinthia y Héctor.
Lucas jugaba en la Sexta División del Camionero y usaba la camiseta número 10 como su ídolo Lionel Messi. Comenzó su carrera en Racing Club a los 6 años, pasó por Defensa y Justicia cuando cumplió 14, y desde hacía un año estaba en Barracas.
En palabras de su mamá, Cinthia López, Lucas era un deportista que se levantaba todos los días muy temprano para entrenar y después asistía al colegio en horario nocturno para terminar con sus estudios secundarios.
Como cualquier otro día, Lucas terminó de entrenar y salió del club con sus amigos. El plan era festejar que habían quedado en el equipo. Se subió a un auto y todo se derrumbó. Debido a una confusa persecución policial, el joven recibió dos impactos de bala en la cabeza que le provocaron muerte cerebral. Este jueves falleció.
Con expresiones de mucho dolor, sus familiares y amigos se manifestaron en el barrio porteño de Barracas en busca de un culpable. Por su parte, el club para el que Lucas jugaba dispuso tres días de duelo sin actividades sociales ni deportivas y exigió que se haga justicia.
“Lucas era mi sobrino del corazón y acaba de fallecer. Lo único que le pedimos a todos es que respeten la intimidad de la familia, porque estamos destrozados. Les queremos agradecer a todos los que estuvieron y a los que están. Y ahora lo que vamos a pedir es justicia por Lucas. Nada más que eso”, señaló el tío al hablar con la prensa en la puerta del Hospital. Fue el instante en el que la propia familia del chico comunicó la peor noticia.
“Lucas va a seguir en nuestros corazones”, reflexionó el hombre, quien habló con los medios entre lágrimas y notablemente conmovido por la reciente noticia del fallecimiento del joven futbolista. “Queremos justicia por Lucas. No queremos más a toda esta maldita policía”, enfatizó el tío del jugador de 17 años de Barracas Central.
En relación a los policías que le dispararon a Lucas y que en horas de la tarde de hoy fueron separados de la fuerza, el tío señaló: “Queremos que vayan presos, como tienen que ir porque son unos delincuentes. Ellos son los delincuentes por lo que quisieron hacer con los nenes: ensuciar a cuatro nenes que venían de jugar a la pelota y que terminó en esto, en la muerte de Lucas”.
“Queremos justicia, mi compañero no era ningún chorro. Él era un futbolista, se rompía el orto todos los días. Lo único que pedimos es justicia”, comentó un joven a los medios entre lágrimas. Abrazada a él, otro muchacho señaló también llorando: “Lucas era mi hermano, siempre volvíamos juntos y ayer se volvió solo”. “Mataron a un deportista”, dijeron.
Durante el día también trascendió el audio en el que los efectivos policiales comentan lo ocurrido en el operativo. Cintia, la madre del joven, denunció que se trata de un caso de “gatillo fácil”.
“Señor, veníamos recorriendo a la altura de Luna e Iriarte y observamos a este masculino haciendo maniobras evasivas contra el tránsito”, se escucha decir a uno de los efectivos de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires que le dispararon al joven jugador de fútbol de 17 años.
A continuación, el hombre continúa: “Al colocarnos atrás, notamos la presencia de cuatro masculinos. Entonces, al pasar la altura de Vélez Sarsfield, intentamos detener la marcha y cuando le cruzamos el vehículo para obligarlo a detener, el acompañante esgrime un arma de fuego y colisiona al chofer y al subscripto”.
“Ahí, bueno, continúa el procedimiento”, señala el efectivo de la Policía de la Ciudad en el cierre del breve audio difundido este jueves.

TESTIMONIOS DE AMIGOS Y FAMILIARES

“Estamos sin palabras, estamos destruidos. Es un desastre esto. Esto no puede pasar en un país con democracia”, señaló el padre de uno de los amigos de Lucas. “¿Cuántos Lucas tienen que seguir muriendo?”, señaló. “Son todos pibes estudiantes, laburadores y vienen estos asesinos y te los matan así. No tienen razón de ser. Estamos destruidos”, insistió.
“La Policía te ve con gorrita y te miran mal, te piden el documento solo porque te ven con gorrita, ¿por qué no van a agarrar a los verdaderos delincuentes?”, insistió otro joven amigo de Lucas. El dolor de los amigos de Lucas tras conocerse la noticia de su muerte (Nicolas Stulberg)
Lucas fue baleado en la cabeza por policías de la Ciudad de Buenos Aires en medio de un confuso episodio. La versión oficial indicó que el menor fue herido tras ser perseguido por los efectivos mientras circulaba a bordo de un auto Volkswagen Suran, en el que viajaba junto a dos amigos. Sin embargo, Cintia -su mamá- rechazó esta explicación y denunció en la mañana de este jueves que al chico lo balearon sin ningún motivo. “Fue gatillo fácil”, aseguró la mujer.
De acuerdo con la versión policial, la secuencia comenzó a pocos metros de uno de los ingresos a la villa 21-24, en el barrio de Barracas. En ese momento, policías de la Comuna 4D, a bordo de un móvil no identificable, un Nissan Tiida, observaron el Volkswagen Suran que salía del asentamiento y lo cruzaron. Le dieron la voz de alto para identificar a sus ocupantes pero supuestamente los sospechosos aceleraron.
Fue entonces que comenzó una persecución. Siempre según lo que indicó la Policía, en la intersección de las avenidas General Iriarte y Vélez Sarsfield, frente a la Basílica del Sagrado Corazón, los agentes de civil lograron colocarse a la par del auto en el que viajaba Lucas para detenerlos pero los jóvenes, en respuesta, embistieron contra la puerta del conductor del Nissan y lastimaron a uno de los oficiales.
En ese momento fue cuando se inició el supuesto tiroteo entre los policías y los presuntos delincuentes. Luego, los sospechosos aceleraron el auto y escaparon, pero fueron detenidos a unas cinco cuadras, en el cruce Alvarado y Perdriel. Detuvieron a los jóvenes y notaron que uno de ellos, Lucas, tenía una herida de bala en la cabeza. El chico fue trasladado Hospital Penna, donde está internado. Un cuarto sospechoso, acompañado por su madre, se entregó luego en la Comisaría 4D.
Pero lo que contó Cintia es diametralmente opuesto a la versión oficial. En diálogo con el periodista Ernesto Tenenbaum, en Radio Con Vos, la mujer contó lo que pudieron averiguar por su cuenta. Lucas salió de entrenar con cuatro compañeros más. Ellos (por los compañeros) ayer fueron a probarse en el club porque estaban buscando chicos. Cuando salieron de entrenar pararon a comprar un jugo y en ese trayecto, por lo que sabemos, frenó un auto supuestamente con cuatro policías arriba. Por lo que nos contó el papá de uno de los chicos, ellos pensaron que los iban a asaltar. Entonces aceleraron y en ese trayecto le dispararon a mi hijo”, relató la mamá con la voz quebrada.
Cintia contó que su hijo todos los días se levantaba a entrenar muy temprano y luego iba al colegio en horario nocturno. “Justo antes de ayer había entregado dos trabajos que le quedaban. La verdad que me destrozaron la vida. Yo quiero que los que hicieron esto la paguen”, pidió.
La causa en la que se investiga qué fue lo ocurrió y cómo fue el accionar policial quedó a cargo del Juzgado de Menores N°4, del juez Alejandro Cilleruelo, quien ordenó que las pericias las hiciera la Policía Federal, que los chicos detenidos sean trasladados al Instituto Inchausti y no adoptó temperamento contra los policías: sólo secuestró sus armas y pidió que se les practique un dermo-test para detectar rastros de pólvora.

Balearon a un chico de 17 años que salía de entrenar de un club en Barracas

18.11.2021

Lucas González, un pibe de 17 años que salía de entrenar en Barracas, fue baleado por policías de la Ciudad y esta mañana se confirmó que tiene muerte cerebral. «Es un caso de gatillo fácil», denunció su mamá.

Lucas González, un adolescente de 17 años que juega en la sexta división del club Barracas Central, fue herido este miércoles de un balazo en la cabeza que partió del arma de un policía de la Ciudad, todavía no identificado. El joven, que estaba internado en el Hospital El Cruce, tiene muerte cerebral. «El daño es irreversible», dijo su mamá, Cintia López, quien denunció que su hijo fue víctima de gatillo fácil.
«Es un caso de gatillo fácil, porque no pueden sacar un arma y dispararle a unos pibes. Esa gente (por los policías) no está capacitada para andar con un arma», dijo Cintia. «Tiraron a matarlo», agregó.
Según contaron sus familiares, Lucas salía de un entrenamiento junto a tres amigos que habían ido a probarse en las inferiores del club, cuando lo interceptó un auto de la Policía, “sin identificación de nada”, del que aparentemente se bajaron tres efectivos de civil que iniciaron una persecución, a los balazos.
La primera versión policial de los hechos indicaba que efectivos de la Comisaría Vecinal 4C interceptaron el coche para pedirles identificación a los jóvenes, que se negaron y huyeron, lo que desató una supuesta persecución, cerca de la Villa 21-24. El detonante, según la Policía, habría sido la presencia de un arma en el baúl del auto, pero según dejó trascender el juez Alejandro Cilleruelo, a cargo de la investigación, se trataba de una réplica de plástico. “Quisieron plantar un arma para hacer pasar a mi hijo como un delincuente”, aseguró la madre del joven baleado.
Fuentes de la Secretaría de Seguridad porteña confirmaron que “se abrió un sumario administrativo a los policías que participaron del procedimiento, a la espera de la resolución judicial”. “Además, se los apartó preventivamente de tareas operativas, es decir no están en la calle. Una vez que la Justicia se expida internamente se tomará una decisión final”, agregaron.
Según una investigación del CELS, entre enero de 2017 y diciembre de 2020, hubo al menos 23 casos de gatillo fácil por parte de la Policía de la Ciudad.
La versión del tiroteo, a esta altura, ya no se sostiene. El juzgado a cargo de Cilleruelo separó a la Policía de la Ciudad de los peritajes y ordenó que todos los trabajos forenses fueran realizados por peritos de la Policía Federal Argentina (PFA). Asimismo, ordenó el secuestro de las armas reglamentarias de los policías que participaron en el hecho para que se les practiquen estudios de dermotest y así determinar cuál de ellos efectuó disparos.
«No hay esperanza, no tiene signos vitales, está muy mal, hay que esperar, está en manos de Dios», había dicho Cintia esta mañana sobre la salud de su hijo.
En tanto, los tres amigos de Lucas, que estaban detenidos en el Instituto Incháusti, fueron liberados. “Mi hijo es un deportista, nunca fue un delincuente, me ocupé toda la vida de que no le falte nada”, aseguró su papá, y agregó: “Le estoy pidiendo a Dios que me lo salve de esta porquería, esto es un infierno lo que estoy viviendo, le pido a Dios y a todos que recen por mi hijo, y que no le pase nada por favor”.
Según una investigación del CELS, entre enero de 2017 y diciembre de 2020 se registraron un total de 98 personas muertas a manos de agentes de la Policía de la Ciudad, de los cuales al menos 23 casos serían de gatillo fácil. «Otra vez la misma historia. La policía de la Ciudad disparó contra unos chicos que volvían de jugar al fútbol en Barracas. No es un confuso episodio, es gatillo fácil», publicó por su parte la CORREPI en sus redes sociales.

La ciudadanía dice ‘no’, ¿alguien oye?

17.11.2021

El 98% de los expositores en la audiencia pública no vinculante por la construcción de un nuevo Puerto Madero en la ex ciudad deportiva Boca Juniors, se expresaron en contra del proyecto con argumentos contundentes como ocurrió con la venta de Costa Salguero. Los legisladores tienen la oportunidad de escuchar al pueblo en el tratamiento en segunda lectura hacia finales del período legislativo, ¿lo harán?

La construcción de un nuevo Puerto Madero en terrenos de la ex ciudad deportiva Boca Juniors recibió el rechazo casi unánime de la ciudadanía porteña en las audiencias públicas que concluyeron el pasado lunes, y a lo largo de las cuales 835 expositores –el 98%- se expresaron en contra del proyecto aprobado en primera lectura por la Legislatura el pasado 19 de agosto, por considerar que “es un delirio urbanístico”.
El porcentaje de intervenciones en oposición al proyecto Costa Urbana –que incluye la construcción de decenas de torres de 145 metros de altura– junto al barrio Rodrigo Bueno y la Reserva Ecológica Costanera Sur, fue similar al que entre enero y febrero le dijo que “no” a la venta de Costa Salguero, aunque este último antecedente sigue siendo histórico por la cantidad de participantes: 2.058 expositores.
La audiencia pública convocada tras la aprobación en primera lectura del convenio urbanístico celebrado entre la Ciudad de Buenos Aires y la empresa IRSA propietaria del terreno, se inició el pasado 15 de octubre y concluyeron el pasado 8 de noviembre, tras 14 jornadas durante las cuales se escucharon solo 14 alocuciones a favor del proyecto oficialista.
El predio de 71 hectáreas en cuestión se encuentra en manos privadas desde hace más de 30 años, cuando el Club Boca Juniors se lo vendió a una empresa que cinco años después compró la firma Inversiones y Representaciones S.A. (IRSA).
Hasta ahora el gigante inmobiliario no había conseguido que la Legislatura le aprobara los diferentes convenios celebrados con la Ciudad, que en todos los casos implicaban rezonificaciones del mayor terreno en manos privadas de la Ciudad, donde solamente está autorizada la construcción de instalaciones deportivas. Pero la historia empezó a cambiar el 19 de agosto pasado, cuando la Legislatura aprobó en primera lectura el proyecto.
Y el principal argumento del nutrido movimiento socioambiental que se opone a la aprobación del convenio, es que “se trata de un humedal, de los pocos que le quedan a la Ciudad de Buenos Aires” y citan, como ejemplo de las consecuencias que su destrucción traería aparejada, los casos de Nordelta y Luján, donde el relleno para la construcción de countries es responsable de las recurrentes inundaciones de áreas que antes no se anegaban.
La historia de la ex ciudad deportiva comenzó a escribirse en 1964, cuando el Congreso nacional sancionó la ley 16.575 que autorizó al club de la ribera a rellenar hasta 40 hectáreas del Río de la Plata –que terminaron siendo 71-, entre la Avenida España y la prolongación de la calle Humberto I.
La norma establecía además que en un lapso no mayor a 10 años, el Club debería construir ahí un estadio con capacidad mínima para 140.000 espectadores; una sede social; canchas de fútbol, básquetbol y tenis; un gimnasio; piletas de natación; pista de atletismo y patinaje sobre hielo; espacios cubiertos para espectáculos deportivos y artísticos; un área de juegos para niños; y alojamiento para concentración de deportistas participantes de grandes torneos. Las obras avanzaron a buen ritmo hasta 1969, cuando entraron en una virtual paralización mientras el club se sumía en una crisis cada vez más profunda. Pero en vez de cumplir con lo que establecía la ley –que ordenaba que el terreno y las obras debían pasar sin indemnización a manos de la Ciudad de Buenos Aires en caso de incumplimiento- los sucesivos gobiernos fueron prorrogando los plazos hasta que en 1989 el Congreso sancionó la ley 23.738 que donó definitivamente los terrenos al Club -aunque hubiera incumplido sus compromisos- y le autorizaba a venderlo.
No obstante, la norma sólo permite realizar allí obras o actividades “propias de un complejo balneario, náutico, turístico, hotelero y/o comercial, con disposición para Centro de Convenciones, Ferias y/o Centro Habitacional”.
Tres años después, el club vendió el predio por un valor cercano a los 50 millones de dólares a la sociedad Santa María del Plata, que a su vez en el año 1997 se los vendió al grupo IRSA.
A fines de julio, el Juez Guillermo Scheibler, ordenó suspender el trámite del Proyecto de Ley N° 1831-J-2021 (Costa Urbana) hasta tanto el Poder Ejecutivo acompañe las actuaciones administrativas que den cuenta del cumplimiento de las previsiones de la Ley N° 123 de Evaluación de Impacto Ambiental respecto del convenio urbanístico (Evaluación de Impacto Ambiental y Audiencia Pública Obligatoria).
Pero el pasado 16 de agosto, el juez Luis Ammirato del Juzgado Contencioso Administrativo y Tributario Nº 10 revocó la medida precautelar de Scheibler y “entendió ahora que la audiencia debe realizarse solo antes de sanción definitiva y porque era antieconómico hacer dos audiencias” y por eso se pudo avanzar con el tratamiento y aprobación en primera lectura, que tuvo lugar el pasado 19 de agosto.
Justamente, la mayoría de las intervenciones contrarias al proyecto, hicieron hincapié en su “inconstitucionalidad” en relación tanto a la Constitución Nacional como de la Ciudad de Buenos Aires.
La pediatra e integrante del Observatorio de Derecho a la Ciudad Graciela Marzan, explicó durante su intervención que la iniciativa “viola los artículos 8 y 27 de la Constitución Nacional que claramente dice que la Costanera debe ser pública, de libre acceso y circulación”, pero también el artículo 14 de la carta magna porteña que establece que “deben analizarse las obras a realizar en CABA atendiendo a su integración sin conflicto con los factores ambientales”.
“También viola el artículo 9 de la ley 2930 de Plan Urbano Ambiental que tiene como objetivo el incremento, recuperación y mejoramiento del espacio público, de la circulación por parques, plazas, paseos y áreas de calidad patrimonial garantizando el acceso franco de toda la población a la ribera”, dijo.
Por otro lado, Marzan aseguró que el tratamiento del proyecto de convenio urbanístico, “presenta irregularidades de distinto tipo que resultan del incumplimiento de normas vigentes y de informar con falsedades o con datos inexactos”.
En ese sentido, mencionó que “no se respetó el artículo 63 de la Constitución de CABA que exige la presentación de un estudio de impacto ambiental y diagnóstico antes de ser firmado cualquier convenio” y en la Legislatura “se votó sin respetar la mayoría que exige la Constitución –dos tercios del cuerpo- en un tratamiento súper veloz -tan sólo 8 días- que comenzó un domingo”.
“Ni las personas que nos presentaron este proyecto, defendiéndolo, disfrazándolo con supuestos beneficios para les ciudadanes, se lo creen. Saben fehacientemente que se trata de un claro ejemplo de extractivismo urbano, de un mega emprendimiento para generar ganancias para una reducida minoría en perjuicio del resto: es muy obvio, demasiado evidente….¡no subestimen el sentido común y la inteligencia de las y los ciudadanos!”, dijo.
Las pocas voces que se alzaron a favor del proyecto, argumentaron la “mixtura de usos” que éste supone; que traerá “más desarrollo más trabajo y más seguridad” al lugar; y que es deber de los estados “generar las condiciones ofrecer los incentivos necesarios para potenciar al sector privado; y que permitirá “integrar una zona inaccesible al resto de la Ciudad”.
A su turno, el referente del Observatorio del Derecho a la Ciudad Jonathan Baldiviezo, calificó el convenio como “uno de los mayores fraudes a la democracia participativa y ambiental, y a la identidad Porteña”, al tiempo que acusó a los legisladores que lo avalaron en primera lectura de “romper todo vínculo de representación de la voluntad ciudadana”.
“Escuchamos recién argumentos para justificar este delirio urbanístico. Por ejemplo, que para recuperar la costanera tenemos que ampliar el concepto de espacio público para habilitar la mixtura de usos, que las torres ayudarán a integrar la zona a la ciudad, que tenemos que reivindicar Puerto Madero, que la historia de la ciudad justifica este proyecto, etcétera”, dijo.
“Pero, en el fondo, la aprobación de este nuevo barrio suntuoso tiene por principal objetivo garantizar al Jefe de Gobierno el financiamiento de su campaña presidencial en el 2023 y de que IRSA pueda cubrir los 700 millones de dólares que debe en Israel. A cambio, con este convenio urbanístico, decidieron sacrificar uno de los pocos Humedales que tiene la Ciudad, y poner en grave peligro a la Reserva Ecológica”, agregó.
El activista advirtió que “de aprobarse será la consolidación del mayor despojo de tierras públicas de la historia de la Ciudad” dado que “se trata de 71 manzanas que perdimos sin recibir absolutamente nada a cambio”.
“Estamos inmersos en un plan sistemático de saqueo de lo público y si no organizamos la resistencia ciudadana, vamos a perder de forma definitiva toda la Costanera.
La ciudad será fracturada en una ciudad ribereña para los sectores concentrados de la economía y en una ciudad mediterránea agobiada de los problemas urbanos que se profundizan”, dijo.
Por su parte, la integrante de la Campaña por una Costanera Verde Pública y coordinadora de la Cátedra de Ingeniería Comunitaria de la UBA María Eva Koutsovitis, planteó que “nuestra resistencia en la recuperación de la Costanera, viene también a plantear un modelo de ciudad completamente diferente al que desde hace 30 años nos propone el poder económico en connivencia con parte del poder político” en la Capital Federal, un nuevo paradigma urbano “basado en la democracia participativa ambiental”.
“Mientras en el marco de la crisis climática, las ciudades del mundo, recuperan los bordes costeros para afrontar eventuales ascensos del nivel de las aguas, permitir el ingreso de los vientos y las brisas desde la costa para mitigar el efecto de isla de calor urbana y reducir el impacto de las inundaciones, la propuesta del gobierno consiste en destruir un humedal y uno de los pulmones verdes más importantes para construir un nuevo Puerto Madero”, dijo.
“De avanzar este emprendimiento van a generarse un conjunto de impactos ambientales irreversibles para la Ciudad y en particular para el barrio popular Rodrigo Bueno y la Reserva Ecológica, uno de los sitios ambientalmente más protegidos por tratarse de un sitio Ramsar”, agregó.
La también integrante del Observatorio del Derecho a la Ciudad, Zoe Durruty, argumentó que “este proyecto no solo le pasa totalmente por el costado al déficit habitacional, sino que lo profundiza”.
“Como consecuencia directa de este proceso aumenta el valor de la tierra, volviéndose cada vez más inaccesible para la ciudadanía. En menos de 10 años entre 2011 y 2017, aumentó un 19% el porcentaje de inquilines en la Ciudad. Sabemos que esta cifra creció considerablemente en la pandemia y que son cada vez más también las personas en déficit habitacional, tanto cuantitativo como cualitativo”, dijo.
“Vale aclarar que este fenómeno no afecta solo a la Ciudad, sino que repercute en todo el AMBA. La capital nos expulsa, nos envía hacia los contornos metropolitanos cada vez más alejados. Y esto representa un nuevo problema: mayor presión en el transporte, aumenta la necesidad de construir infraestructura para el acceso a servicios básicos, deterioro de los ecosistemas… Cuestiones que pesan a todes les argentines”, agregó.
La legislatura tiene un año parlamentario para volver a tratar el proyecto en segunda lectura, que antes de llegar al recinto deberá pasar por comisiones como si se tratara de una iniciativa que ingresa por primera vez.
“El gobierno va querer votar Costa Urbana y de Costa Salguero a fin de año, como ha ocurrido en los últimos años en la Legislatura, donde se terminan de votar estos proyectos inmobiliarios en diciembre: recordemos que Costa Salguero se votó el 5 de diciembre de 2019”, dijo Baldiviezo.

La UTE reclamó a Rodríguez Larreta un aumento para los docentes porteños por inflación

15.11.2021

La Unión de los Trabajadores de la Educación (UTE) reclamó al jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, la «urgente convocatoria a una mesa salarial» con el objetivo de «acordar un aumento para que los salarios de los trabajadores de la educación de la Ciudad le ganen a la inflación anual».

«Exigimos la urgente convocatoria de la mesa salarial para el mes de noviembre, en la que plantearemos un aumento salarial que le gane a la inflación», dice el comunicado difundido por el sindicato docente porteño.
La secretaria general de UTE, Angélica Graciano, publicó en su cuenta de Twitter que además, entre los reclamos al Gobierno porteño, se plantea que haya “un régimen de asignaciones familiares sin topes, ni escalonamientos ni discriminación hacia los trabajadores de la educación”.
El sindicato resaltó que días atrás el índice de precios al consumidor (IPC) de la Ciudad de Buenos Aires indicó que la inflación del mes de octubre fue del 3,7%, con un acumulado de enero a octubre de 40,2%.
“Este porcentaje es superior al 38,8% que los trabajadores de la educación cobramos con sueldos de octubre”, advirtieron desde UTE.
En ese marco, manifestaron: «No nos equivocamos cuando a principios de año planteamos una mesa salarial abierta durante todo el año para que los salarios le puedan ganar a la inflación por primera vez desde el año 2015».
«Tampoco nos equivocábamos en ese año cuando decíamos que Horacio Rodríguez Larreta venía por los derechos adquiridos, por nuestro salario, por la escuela pública. Tampoco nos equivocamos en decir que este gobierno porteño desprecia la educación pública, bajó sostenidamente el presupuesto educativo en la Ciudad desde que la gobierna su proyecto político”, agregaron.
El documento concluyó: «Para que no se siga depreciando el poder adquisitivo de los trabajadores de la educación de la Ciudad, desde UTE exigimos la urgente convocatoria de la mesa salarial para el mes de noviembre».

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