20.7.2021
La Ciudad de Buenos Aires «experimenta una crisis sin precedentes» en materia laboral en comparación con la situación previa a la irrupción de la pandemia, con una profundización de las desigualdades en cuanto a género, región y nivel educativo.
La drástica definición corresponde a la Dirección General de Estadística y Censos porteña, en su análisis de la situación del mercado de trabajo en el primer trimestre del año, en comparación con el mismo período del año pasado, que en su mayor parte estuvo fuera del alcance del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) que comenzó en 20 de marzo de 2020.
El informe precisa que del total de los 165.500 desocupados que hubo en la Ciudad entre enero y marzo, el 59,7% fueron mujeres y el 40,3% varones, mientras que la tasa de desempleo fue del 6,3% en la zona norte del distrito y del 15% en el sur.
La tasa de empleo solamente tuvo una mejora entre los que cuentan con estudios terciarios o universitarios, franja en la que la mejora interanual fue del 6,5%, pero cayó 6,8% para los que solamente completaron sus estudios secundarios y 11% para quienes cuentan con primaria completa o secundaria incompleta.
La DGEyC puntualizó el momento crítico marcado por el segundo y tercer trimestres de 2020, cuando «la drástica caída en el volumen de empleo implicó tránsitos hacia el desempleo».
En ese período se registró «mayoritariamente una fuerte expulsión de la fuerza de trabajo, marcada especialmente por el aumento de personas que se encuentran fuera del mercado laboral pero que se declaran disponibles para trabajar».
«Asimismo, la significativa contracción de las horas de trabajo y, en consecuencia, la disminución de los ingresos laborales da cuenta de los efectos que la reducción del nivel de actividad económica imprime a la dinámica laboral», añadió. .
El organismo estadístico porteño subrayó que el escenario «se vuelve más preocupante al considerar que los efectos de la crisis sanitaria son heterogéneos y amplifican las desigualdades estructurales de acceso al mercado de trabajo y la incorporación al ‘trabajo decente’», con un incremento de «las brechas laborales y de ingresos entre los distintos segmentos poblacionales.
Al respecto, indicó que si bien el desempleo del 10% mostró una leve mejora, eso se debió a una baja del 1,7% en la tasa de actividad, de lo que se desprende que la caída en el porcentaje de desocupación obedeció a una menor cantidad de desocupados que buscan un trabajo, fenómeno conocido como «efecto desaliento».
Si bien la PEA (Población Económicamente Activa) se redujo 2,6% en relación con el mismo período del año anterior, el decrecimiento fue del 3,5% entre las mujeres y del 1,6% entre los varones.
En cuanto a la población ocupada, con una caída general del 1,3%, mostró una mejora en el segmento masculino del 1,5% contra una caída del 4,2% en el femenino.
«En el año 2020 se registró una contundente salida de mujeres de la fuerza laboral, quienes, en buena medida no retomaron la búsqueda de empleo para atender al trabajo reproductivo no remunerado en un contexto de mayores demandas al interior de sus hogares», remarcó la Dirección, que explicó que «en casi todo el año lectivo, los niños, niñas y adolescentes no asistieron a clases presenciales».
Por otra parte, la DGEyC señaló que «la emergencia sanitaria afectó hacia la baja las tasas de actividad y empleo para todas las categorías de nivel educativo, excepto de la población con estudios superiores incompletos», que al pasar del 58,4% a 62,2%, tuvo una mejora del 6,5%.
Por el contrario, «los que tienen incompleto el nivel medio o solo tienen estudios primarios conforman el grupo que más reduce su participación en el mercado de trabajo y el empleo (en casi 11%) con respecto al mismo trimestre del año anterior», en tanto «los que certifican nivel secundario completo participan en el mercado laboral 7,3% menos y entre ellos cae el empleo 6,8%», informó.
Con 165.500 desempleados en la ciudad, «la composición por sexo de la población desocupada en el trimestre muestra la feminización de la tasa: 6 de cada diez personas económicamente activas sin ocupación son mujeres (solo representan el 49% en la PEA)», agregó el reporte oficial.
Sin embargo, la DGEyC advirtió que «el desempleo abierto no es el único indicador de la contracción del mercado», en referencia a la subocupación horaria.
En ese sentido, destacó que en el primer trimestre del año, la tasa de subocupación horaria (quienes involuntariamente trabajan menos de 35 horas semanales y desean trabajar más horas) es de 10,5%, levemente por encima del valor de un año atrás, afectando a cerca de 173.500 personas.
De esta forma, la cantidad de desocupados y subocupados alcanza a 339.000 personas, el 20,5% de la población de la ciudad.