«Larreta, ustedes también son responsables de la pobreza y el hambre»

11.11. 2021

Organizaciones sociales concentran hoy desde las 12 en el cruce de Avenida 9 de Julio y San Juan, para luego movilizar a la Jefatura de Gobierno porteño en reclamo de la apertura de comedores y asistencia alimentaria integral a todas las familias. «Con el crecimiento del hambre y la miseria en todas las villas y barrios de la Ciudad, igual que en todo el país, hemos puesto en pie decenas de comedores y merenderos que se encuentran desbordados con enormes listas de esperas. Desde el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat de la ministra María Migliore no tienen en agenda ninguna mejora real en la asistencia sino que por el contrario no se abren comedores hace años. Niegan alimentos a quienes cobran Ciudadanía Porteña, una tarjeta alimentaria que no alcanza para medio kilo de pan por día. No aceptamos que nuestros hijos no tengan un plato de comida, nos movilizaremos y acamparemos de ser necesario», advierten. La jornada de lucha se replica en otros puntos del país.

Con la consigna «Larreta, ustedes también son responsables de la pobreza y el hambre», un sector de organizaciones sociales anunciaron que concentran hoy desde las 12 en el cruce de Avenida 9 de Julio y San Juan, para luego movilizar a la Jefatura de Gobierno porteño en reclamo de la apertura de comedores y asistencia alimentaria integral a todas las familias.
«Decenas de miles de familias de las villas y los barrios cada vez más pobres de la Ciudad venimos reclamando al gobierno de Larreta hace meses asistencia alimentaria y las respuesta a un reclamo tan urgente y elemental, ha sido una caja para una comida al mes y el compromiso lejano de una mejora en diciembre – comienzan denunciando las organizaciones en un comunicado que hicieron público – No se aguanta más, el aumento de los precios en los alimentos y los alquileres se devoran nuestros bolsillos, somos desocupados, desocupadas, precarizados y precarizadas que vivimos con ingresos que no cubren ni la mitad de canasta alimentaria. Más de una vez tenemos que elegir entre pagar el alquiler para no quedar en la calle y la comida para nuestra familia. El gobierno nacional y de la ciudad son los responsables de esta situación social dramática ya que los recursos del país y la ciudad van a los especuladores y no a atender las necesidades más urgentes de la población trabajadora».
En la misma línea, agregan: «con el crecimiento del hambre y la miseria en todas las villas y barrios de la Ciudad, igual que en todo el país, hemos puesto en pie decenas de comedores y merenderos que se encuentran desbordados con enormes listas de esperas. Desde el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat de la ministra María Migliore no tienen en agenda ninguna mejora real en la asistencia sino que por el contrario no se abren comedores hace años. Niegan alimentos a quienes cobran Ciudadanía Porteña, una tarjeta alimentaria que no alcanza para medio kilo de pan por día. No aceptamos que nuestros hijos no tengan un plato de comida, nos movilizaremos y acamparemos de ser necesario«, advierten.
Finalmente, reclaman concretamente al Jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta y la Ministra Migliore «respuestas al reclamo urgente de apertura de comedores y asistencia alimentaria integral a todas las familias ya«, finaliza el comunicado firmado por el Polo Obrero, el MTR 12 de Abril, el MTL Rebelde, el MTR Votamos Luchar, la Agrupación 17 de Noviembre, el MBT, el C.U.Ba MTR/MIDO, MAR y Barrios de Pie/Libres del Sur.
La jornada de lucha ya se replica en otros puntos del país. Uno de ellos es Córdoba, donde al cierre de esta nota hay tensión en las puertas del supermercado Mami, sobre la ruta 20, debido a un fuerte optativo policial que recibió a las organizaciones de cooperativistas. Allí, una vocera expresó: «movilizamos una serie de organizaciones en reclamo por alimentos y trabajo genuino, ya que vemos que el hambre va en aumento y la crisis es cada vez mayor. No llegamos a fin de mes por no contar con los ingresos necesarios», denuncia.

¿Quién mató a Cecilia Basaldúa? Una marcha en el día de su cumpleaños para exigir justicia

8.11.2021

Cecilia Basaldúa cumpliría 38 años este domingo. Su familia y amigos convocaron a una movilización en el barrio porteño de Núñez para seguir exigiendo justicia. La marcha partió a las 11 horas desde Avenida Cabildo y Crisólogo Larralde y seguirá hasta O’Higgins, donde se pintó un mural con su cara. El juicio iba a empezar a principios de mes pero lo postergaron para el 2022: “Decidieron cancelarlo porque dicen que no llegaron a leer y analizar todo lo que presentamos”, cuenta la familia, entre sospechas de perejiles y negligencia judicial. Los detalles del caso.

Con los pies y en la calle, la familia de Cecilia Basaldúa volvió así a exigir fecha de juicio y un proceso claro que quiera encontrar la verdad y no simplemente cerrar la causa. Mientras tanto, durante la última semana, la familia recibió tres noticias:
1) La fiscalía ordenó una autopsia psicológica. “No sabíamos que existía esto, pero concretamente sirve para estudiar y analizar el estado psicológico de Ceci al momento de su femicidio. ¡Siguen intentando establecer que Cecilia estaba loca!”, comunicaron en redes sociales.
2) También ordenó la sepultura del cuerpo. “Al ordenar su enterramiento están acallando la verdad”, denunciaron, porque consideran que las pericias sobre el cuerpo han sido insuficientes.
3) El juicio que estaba previsto para este mes se postergó para el 2022.

Crónica de la impunidad

Cuando comenzó el aislamiento social preventivo y obligatorio por la pandemia de covid-19, Cecilia estaba en Argentina después de cuatro años de viajar con su mochila y sus artesanías por toda América Latina. Los primeros días de abril del 2020, la joven se instaló en Capilla del Monte, Córdoba. Le había contado a su familia que estaba parando en el jardín de la casa de Mario Gabriel Mainardi (un vecino de la zona), un lugar que le encantaba porque tenía vista al cerro. El 4 de abril fue la última vez que habló con ellos. Su cuerpo apareció el 25 de abril del 2020 cerca de un basural de Capilla, luego de 20 días de intensa búsqueda y rastrillajes por toda la zona. Tenía signos de abuso sexual y de estrangulamiento.
Por el femicidio de Cecilia fue detenido e imputado Lucas Bustos, un joven de 24 años acusado de abuso sexual con acceso carnal y homicidio doblemente calificado por violencia de género y criminis causa. El juicio iba a comenzar el pasado 3 de noviembre en los Tribunales de Cruz del Eje. “Teníamos todo preparado y organizado para viajar a Córdoba, pero decidieron cancelar el inicio del juicio y pasarlo para más adelante porque dicen que no llegaron a leer y analizar todo lo que presentamos”, cuenta Daniel Basaldúa, papá de Cecilia.
Entre la casa donde viven Daniel y Susana -papá y mamá de Cecilia- en la Ciudad de Buenos Aires, y los tribunales de Cruz del Eje, hay más de 700 kilómetros. Pero a nadie se les ocurrió avisarles. Daniel cuenta que se enteraron “de casualidad”, ya que nunca existió notificación formal.
Para el juicio, tanto la querella como la defensa acuerdan con que no hay pruebas que indiquen que Lucas Bustos es el responsable del femicidio de Cecilia. “Nosotros no vamos a acusar”, sostiene Daniel y explica: “La policía dice que él confesó el crimen, pero en ese momento no había ningún abogado ni testigo, él estaba solo. Y después negó todo, dijo que le habían pegado y obligado a decir que él la mató. La fiscal dice que hay muchas pruebas que lo incriminan pero la verdad es que nunca las presentó”.
Cuando Cecilia desapareció la familia realizó la denuncia por su desaparición en Buenos Aires y Córdoba. La causa recayó en la Fiscalía de Cosquín, a cargo de la fiscal Paula Kelm, a quien la familia reclama que la “aparten y que haya una nueva investigación”.
Denuncian que la fiscal esconde más de lo que investiga. Por eso la expectativa del juicio estaba puesta en la reconstrucción de los hechos que se iba a hacer en el lugar del femicidio y que podía echar luz para abrir una nueva línea investigativa que permitiera encontrar a los verdaderos responsables. “Hay como doce muestras que se extrajeron del luminol durante el allanamiento en la casa de Mainardi que no se investigaron. Primero la fiscal nos dijo que habían dado negativo, pero después supimos que en verdad no se analizaron porque en Córdoba no se puede”.
El último lugar donde estuvo Cecilia fue la casa de Mainardi. Antes había estado en una casilla, en muy malas condiciones habitacionales, a orillas del río Calabalumba, que pertenece al ex boxeador Wenceslao Falcón, apodado “Negro Niga”, que vive en El Rincón, de San Marcos Sierra. La conexión entre ellos dos es una mujer llamada Viviana Juárez, que encontró a Cecilia en la Plaza San Martín sin lugar donde quedarse en plena pandemia y le ofreció tanto la casilla de Niga como luego la vivienda de Mainardi. Juárez se apoda “Vivir rasta”.
“Estamos pidiendo que manden las muestras a La Plata y en esas muestras podría haber sangre de Cecilia porque a ella la golpearon en la mandíbula”, explica el papá de la joven, que insiste en la necesidad de abrir otras líneas de análisis para que haya justicia: “Nunca pudimos saber nada de Mario Mainardi, es como que está todo muy guardado y por algo no se lo investigó. Nunca lo imputaron, sólo lo llamaron a declarar en calidad de testigo un año después. Pero si vos necesitas que declare algo, por algo es”.
El mural hacia donde marcharon el domingo la familia exigiendo en letras negras “verdad y justicia”. Al lado del rostro de Cecilia se lee “vivas nos queremos” y una pregunta que todavía está pendiente de respuesta: “¿Qué pasó en Capilla del Monte?”.
Dice su papá: “A Cecilia no me la devuelve nadie, su femicidio es un antes y un después en nuestra vida. Ahora solo nos queda pelear por justicia”.

Marcha del Orgullo Villero y Plurinacional en Buenos Aires

5.11.2021

Por Alma Fernández

Distintas identidades participaron el viernes 29 de la Tercera marcha del Orgullo LGBTTIQ Trans Villera Plurinacional y recorrieron las calles del Barrio Padre Mugica, en la Villa de Retiro.

La Marcha del Orgullo Plurinacional Trans Villera irrumpe a la hora de la siesta en el barrio 31en la ciudad de Buenos Aires, la más rica del país. El sol la estalla, los brillos acompañan, la música para travestis suena a todo ritmo con Santa Gilda. Vecinos y vecinas aplauden los cuerpos travestis y trans desde las ventanas y las escaleras de caracol. Los motocarros se amontonan al igual que los abrazos en mi corazón.
Las travas de la villa esperan (¡esperamos!) este día todo el año, porque saben que ese día el barrio las abraza y les da un beso en la boca. No sólo a ellas, también a las tortas, las marikas, las trans, les no binaries. Les recuerda que también pertenecen a la agenda emocional del barrio, sólo por un día.
Desde que se hizo la primera marcha del Orgullo Villero allá por 2019, pasaron cosas en este territorio. Por citar apenas dos ejemplos: la urbanización para pocxs y la pandemia para todxs. La marcha villera se fue volviendo una costumbre más del barrio y ese es mi orgullo. Esto no sería posible sin las redes de organización y acompañamiento que se dan a modo de teje por estos lados, gracias a las compañeras de la diversidad trans villera y las que forman parte de la Asamblea Feminista Villa 31.

Orgullo trans villero

¿Cuál es tu orgullo villero?, preguntamos el 29 de octubre mientras la marcha avanzaba por las calles de la 31 en su tercera edición.
Martina Pelinco es una de las organizadoras de esta actividad que se anticipa una semana a la convocatoria “oficial” de la Ciudad de Buenos Aires.
“Para mí el orgullo trans villero es el amor de muchas compañeras argentinas, migrantas, indígenas y de las que están en situación de calle. Todo eso. Y organizar por tercera vez la marcha del Orgullo, porque le faltaba al barrio. Reivindicamos a las villeras que hace años vivimos en la villa. Y hoy queremos que todas estemos acá celebrando la diversidad trans villera, plurinacional, indígena para todas”, -dice Martina. “Queremos reparación e indemnización, queremos un cupo laboral travesti trans que sea popular. Que no haya burocracia y que se cumpla lo que la ley dice: que el cupo laboral sea para todas”.

Resistir a la pandemia: “Organización, amor y lucha”

Martina dice que la pandemia “nos enseñó mucho a dar. A dar todo porque eso era lo que teníamos que hacer porque la gente se moría, más allá de las travestis, se moría la villa 31. Nos pusimos a hacer ollas populares, buscando alimentos por todos lados cuando el Gobierno de la Ciudad estaba ausente. Fuimos nosotras las que nos pusimos al hombro esa mochila para sostener la realidad de todas y de todos en este lugar. Y lo hicimos con organización, amor y lucha”.
Las travas y trans que luchan por la reparación histórica gritan “Nuestra venganza es llegar a viejas”. Con esa impronta marchan también las más grandes por las calles de la villa, con alegría y con mucha furia travesti.

“Orgullo villero: gritar, amar, ser libres”

Para María Luisa Domínguez, el orgullo significa “la felicidad, el amor, gritar, amar, ser libres. Mostrar que nos podemos amar sin ser señalades. Que no porque vivamos en una villa no podemos ser amados. El amor tiene que ser universal para todo el mundo. Eso es al amor para mí”.

“Resistencia transfeminista, popular, disidente”

La marcha del Orgullo Villero congrega y amontona a todas las hermanas de todos los lugares. Entre ellas camina Geraldine Lezcano, referente de Marea Feminismo Popular de Merlo. Y dice: “El orgullo es estar hoy acá. Vengo desde el Oeste a resistir, acompañar y compartir. Al igual que lo hacen mis compañeres de la villa 31, porque la resistencia transfeminista, popular, disidente también existe aquí en la villa. No hay que invisibilizar, porque no existe solamente el movimiento travesti trans, de lesbianas, bisexuales, asexuales, intersexuales, solamente en Caba o en el área metropolitana de Buenos Aires, sino también en las villas. Este es un movimiento plurinacional, antirracista, sudaka. Hay que empezar a estar acá compartiendo, apoyando y luchando junto a esta resistencia transfeminista desde los movimientos populares y sociales seguiremos apoyando siempre la lucha”.

Otra que estuvo presente marchando con las travas fue la legisladora porteña Laura Velazco. “El orgullo trans villero significa para mí la realidad de nuestros barrios populares, atravesada por la perspectiva de género y el derecho a la identidad. Queremos un transfeminismo popular y realmente interseccional, donde se cruzan muchos derechos desigualados por género, clase, etnia. Y ahí tenemos que poner la prioridad para las políticas públicas y la organización popular”. La legisladora cree que una enorme fortaleza se está construyendo desde los barrios populares: “Desde que empezó esta marcha la acompaño, me voy de acá llena de fuerza y con ganas de trabajar más por la diversidad”.

“Es un orgullo ser una chica trans”

La marcha villera tiene una reina. Se llama Sofía Serrano y es Mis Trans Start Argentina. Dice: “Estar hoy aquí presente en el mes del Orgullo me parece súper importante. Para mi ser una chica trans es orgullo. Me siento orgullosa y elegiría mil veces esto, porque es poner el pecho todos los días. Y lo hago con amor y alegría.
Las tortas y lesbianas del barrio como cada año también marchan y cantan sus consignas en la cara de los vecinos y vecinas. Para Lucía Alemán (La Chato) el orgullo en el barrio es visibilizar las disidencias que lo habitan. “Estoy muy agradecida por estar aquí y que esto pase en el barrio. Deseo que sigamos así tan unidas luchando por los derechos de todas nosotras”.

“Orgullo de las niñeces trans villeras para transformar el mundo”

Araceli es la mamá de Jessica, una niña trans de 9 años, y militante de La Garganta Poderosa. Dice “Las niñeces trans villeras también están aquí para transformar el mundo al pasar. El orgullo es todo: son las tías travas, las mamás de esas travitas que luchamos todos los días en los barrios. Las abuelas, las tías, las familias que están detrás de esas travas y familia que a veces no la tienen en el barrio. Sépanlo, la familia la tienen aquí.

Orgullo es homenajear a Ramona

La marcha del OrgulloTransVillero sigue pasando por los lugares históricos de la comunidad para seguir construyendo la mística travesti trans villera LGBTTTIQ+. Y lo hace también desde la memoria colectiva y las luchas. Como cuando pasa por la casa de Ramona Medina, a modo de seguir ejercitando nuestra memoria colectiva y villera. Allí el homenaje a esta leona villera que nos arrebató el Covid-19 fue parar en donde Ramona vivía y cantar allí nuestras consignas. Cantar bien fuerte, para que se siga ejercitando la memoria y no pase nunca más.
Si nos abrazamos el frío no entra y lo sabemos. Esta fiesta es para todxs y las hermanas trans de otros barrios también están acá. Florencia Micaela es una hermana trava de la villa 21/24 y militante de La Poderosa. “El orgullo trans villero significa mucho para mí, estoy muy orgullosa de formar parte de mi comunidad y desde los barrios populares. La pandemia fue muy dura para las travas en las villas. No había para comer. Siendo travas villeras todo fue más difícil. Necesitamos formar parte de todo y de todas las discusiones en los barrios”.
En las calles del barrio suenan las bocinas. Las doñitas del barrio saludan y aplauden los cuerpos disidentes a modo de aprobación. Con mucho amor, entre la multitud aparece Victoria Freire, coordinadora del Observatorio de Géneros y Políticas públicas, referente de Mala Junta y Patria Grande, gran aliada desde el minuto uno de la marcha. “Para mí el Orgullo trans villero es la reivindicación de ser lo que cada uno quiera ser y romper con la criminalización y la persecución, es romper con los estigmas que caen sobre quienes viven en los barrios populares y quienes rompen con la norma hegemónica heterocis. El orgullo trans villero es el espacio desde el cual tenemos que construir otra ciudad y otra manera de habitar nuestra sexualidad, nuestra identidad y nuestro proyecto de una vida digna”, concluye Victoria.
Cuando la marcha va llegando a su final nos espera el escenario donde se va a leer el documento. Bailar y transpirar con Sudor Marika y Karen Pastrana. La gente que se empieza a amontonar y llega vestida de chola la gran Quirquiña Montero, hermana boliviana transformista.
“Llegué en el 2011 a la Argentina, ya son diez años que estoy aquí. Es un país maravilloso, me liberé acá. Salí del clóset para ser una chica transformista. Invitada en esta Marcha del OrgulloTrans villero me siento contenta, me identifica. Creo yo que las personas algunas tienen el honor o la gracia de Dios o del momento de la vida de poder estudiar y a algunas no se nos dio por equis motivos. No tuvimos alguien que nos dio ese impulso”, dice. “Entonces yo creo que la ley de derechos ´para las trans no tiene que venir de aquel que tiene profesión, no tiene que venir solamente de aquel que sabe hablar. Tenemos que construir una sociedad donde se entienda, vos SOS trans y tenés que estar. No solamente aquel que es enfermero, sociólogo, médico o abogado: todes formamos parte de esta sociedad”. Y ejemplifica “un edificio también está construido por ladrillos. En una casa que no tiene ladrillos, entra el frío. Y hay muchos agujeros en este edificio de la construcción de las leyes argentinas. Las trans villeras son esos ladrillos que te van a tapar y que a veces van a ser de paredón para que otras se refugien. Quiero ser un ladrillo que le tape el frío a una compañera”, concluye.
Llega la noche, se acercan los más jóvenes y también los curiosos, tímidamente, a bailar y formar parte de la fiesta villera. Que también les pertenece, quizás sin saber que la Marcha del OrgulloPlurinacionacionalTransVillero es la primera marcha de la diversidad en las villas de esta ciudad y de este país.
Cada año me vuelvo con el corazón lleno de emoción después de la marcha de las travas de la villa, como buscando crayoncitos de colores para seguir dibujando el paso al andar de mi comunidad. Y cuando la marcha de este año termina, reinas y peones vuelven a la caja de la misma forma que los pastores religiosos y los mirones a sus casas. “Nos vemos el año que viene. Furia travesti!

A Soledad Acuña le “causa gracia” que 20.000 chicos y chicas no tengan vacantes en la Ciudad

5.11.2021

La ministra porteña se refirió al histórico fallo por el cual la Cámara de Apelaciones del fuero Contencioso ordenó al Gobierno porteño a resolver la falta de vacantes en las escuelas públicas. El mismo confirmó un amparo que había sido presentado por diputados del Frente de Izquierda junto a docentes y familias.

La ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, se refirió, en el marco del Congreso Mundial de Diálogo Intercultural e Interreligioso con sede en la Universidad Católica Argentina, al histórico fallo que obliga al Gobierno porteño a resolver la falta de vacantes en las escuelas públicas y a informar de la existencia de las 54 nuevas escuelas que dice haber construido.
“Las 54 escuelas existen. Me causa gracia que a esta altura sigan haciendo ese tipo de preguntas”, dijo Acuña. De esta manera se burló, con total impunidad, de la comunidad educativa y de los 20.000 chicos y chicas que no tienen vacantes en la Ciudad.
El fallo en cuestión de la Sala 3 de la Cámara de Apelaciones del fuero Contencioso de CABA, confirma sentencia de la jueza Elena Liberatori de primera instancia del año 2019 desmiente la campaña “la educación es nuestra prioridad” de Juntos por el Cambio y al Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta y viene a confirmar la falta de vacantes en las escuelas públicas. Una problemática que se intensifica en los barrios del sur de la Ciudad.
El jefe de gobierno y la ministra de Educación vienen hace años desmintiendo la falta de vacantes en las escuelas públicas y presentando la construcción de escuelas como un logro de la gestión. Solo el cerco mediático podía ocultar las denuncias de la comunidad educativa y diputados de la oposición, sin embargo, una vez más la justicia da cuenta de esta denuncia.
El amparo fue presentado por el diputado porteño del Frente de Izquierda Patricio del Corro junto a los docentes Alicia Navarro Palacios y Federico Puy, varias familias, el colectivo Vacantes para Todxs y el CeProDH. Ante el incumplimiento del Gobierno porteño y las constantes apelaciones, se sumaron las diputadas del mismo bloque Myriam Bregman y Alejandrina Barry.

A cinco años de la absolución de Fernando Carrera

4.11.2021

Por Paulina Tarantino

“La causa aún está impune y seguimos pidiendo justicia para las víctimas y para mi papá”, dijo Jennifer Carrera, la hija del hombre que erróneamente perseguido y herido por una balacera policial atropelló a tres personas y estuvo más de siete años preso por la llamada «Masacre de Pompeya». La joven que entonces tenía doce años, ahora es abogada y en diálogo con Perycia cuenta cómo su familia siguió adelante, aunque todavía el miedo no los abandona y la justicia, falta.

En el lugar del país donde decidió volver a empezar, Fernando Ariel Carrera descansa. Se podría decir que tiene suerte porque duerme en la habitación que comparte junto a su compañera de vida y no en una celda carcelaria, como lo hizo durante siete años y medio. Ahora, además, tiene menos miedo: se levanta a la mañana, abre su taller y se pone a trabajar. Nadie lo conoce o lo conocen, sí; pero no saben sobre la trayectoria que hizo la bala que le cruzó la mandíbula. Solo ven la cicatriz, hundida en su maxilar derecho, amenazándole la sonrisa.
Al menos ya no le explotan molotovs en el portón de la casa familiar o tiene que desconfiar de la custodia policial que lo sigue. Está un poco más tranquilo.
Todo esto lo cuenta Jennifer, su hija. Porque Fernando ya no quiere recordar. Una semana atrás, se cumplieron cinco años desde que la Corte Suprema de Justicia lo absolvió por los delitos de robo, homicidio, lesiones culposas y portación de arma por los que había sido condenado en la causa conocida como la “Masacre de Pompeya”. Supuestamente es libre.
¿De qué?
Nadie pagó por los ocho balazos que recibió en la corrida mortal por avenida Sáenz. Ningún Estado o persona física hasta el momento afrontará los gastos de la cirugía de reparación estomacal que tiene pendiente, hoy, dieciséis años y nueve meses después. Tampoco alguien le devolverá los más de siete años que pasó encerrado en Marcos Paz preguntándose: “¿en el lugar de quién estoy?”.
Y lo más importante, no hay responsables penales por la muerte de los tres peatones que Carrera arroyó —inconsciente, tras ser herido por una bala de plomo— con su Peugeot 205 en el mediodía del 25 de enero del 2005 en la Ciudad de Buenos Aires. El ruido de los cuerpos sigue resonando contra el capot.
****
Jennifer Carrera tiene 27 años. Es abogada y es parte del equipo interdisciplinario del programa Acceso a la Justicia. “Creo que el haberme rodeado de abogados desde tan chica y todo lo que pasó con mi papá tuvo que ver con que eligiera esta profesión”, cuenta la joven que, como su padre, prefiere reservar los datos que pudieran exponer a la familia.
Sin duda, la vida de esa nena de diez años dio un giro abrupto cuando ocurrió la masacre. “Yo lo vi por la tele, reconocí el auto todo chocado y lo primero que pensé era que mi papá estaba fallecido”, recuerda. Es que su familia se enteró por los medios de comunicación de la tragedia, y los primeros relatos del periodismo —e incluso los que mantuvieron hasta mucho tiempo después—, avalaron la versión policial de que un delincuente, escapando de la policía, había atropellado y dado muerte a una mujer y su pequeño hijo y a otra mujer más.
“Recién pude quedarme tranquila a los diez días cuando mi mamá nos llevó a Devoto para verlo; recién ahí les creí que estaba vivo”, cuenta Jenny. “Ese día fue el más triste de mi vida; lo encontré bastante desmejorado, con toda la cara lastimada y los dos brazos enyesados. Recuerdo que se esforzaba por charlar con nosotros como si fuera un día normal, pero no lo era”, expresa.
«La perrita de la foto es el cable a tierra de mi papá y se llama Vilma», cuenta Jenny
Esa mañana de 2005, la vida cambió en cuestión de horas para Jenny y sus hermanos Nicolás y Fabricio y para Guadalupe, su mamá. Siendo Fernando el sostén económico de la familia, debieron mudarse de localidad para que unas tías pudieran cuidar de los pequeños mientras su compañera trabajaba fuera de casa. También se cambiaron de escuela y vendieron el auto para pagar el primer abogado. “Mi papá era muy presente, me llevaba a la escuela, me iba a buscar, me llevaba a natación, se disfrazaba para los actos y si tenía que pintarse los labios mientras jugaba con nosotros, lo hacía. Así que no lo tuvimos más; ni en los cumpleaños ni en nada; fue difícil”, dice.
Sin embargo, la pelearon, “gracias a la fuerza de mamá que golpeó cien puertas, se le cerraron noventa y cinco, pero abrió las cinco indicadas”, dice con orgullo. Ese fue el tiempo en que conocieron al abogado del Programa Anti impunidad, Federico Ravina, y la perspectiva de que se trataba de un caso de gatillo fácil comenzó a sonar en una causa que estaba armada por la Policía Federal y, hasta entonces, parecía haber triunfado.
“Por suerte apareció él (Ravina) que no sólo fue un estupendo profesional, sino que tuvo la amabilidad de representar a mi papá de manera gratuita y no dudó en pisar la calle cuando había que hacerlo para reclamar por la causa”, expreso Jennifer. Fue el comienzo para que escucharan a la familia y un recorrido de años hasta alcanzar la absolución de Fernando.
“En el camino, el cineasta y aviador Enrique Piñeyro también nos dio una mano enorme al exponer todo lo que había ocurrido en relación a la persecución policial y cómo le habían plantado el arma para que pareciera que mi papá estaba escapando de un robo”. El documental El Rati Horror Show muestra cómo se fraguó el expediente. Desde la alteración de la evidencia en el lugar de los hechos hasta la manipulación de los testigos.
“Tal vez sea subjetiva, pero siempre le creí a mi papá, a mí nadie me tuvo que explicar nada, fui asumiendo lo que pasaba y nuestra nueva realidad, pero creerle siempre le creí”, sentencia Jenny.
https://youtube.com/watch?v=qy5vwRrho2Y%3Ffeature%3Doembed
El papá de Jenny recuperó la libertad en junio de 2012 cuando la Corte Suprema de Justicia revisó el caso, declaró arbitrario el fallo que lo condenaba a treinta años de prisión y pidió su revisión. Faltaban cuatro años más para que en 2016 finalmente lo absolvieran. En este segundo fallo, el máximo tribunal consideró insuficiente la decisión de la Sala III de la Cámara Federal de Casación Penal que después de la primera decisión de la Corte solo redujo la pena de Carrera a la mitad, pero no revisó los testimonios policiales «a la luz de su posible interés en encubrir una actuación, cuando menos, antirreglamentaria».
Jenny conoce toda la causa…desde los doce, cuando había decidido ser abogada.
Según pudo probar la defensa, el día de la masacre, la policía confundió a Carrera con un ladrón al que estaban buscando y un grupo de efectivos policiales vestidos de civil a bordo de Peugeot 504 oscuro, sin ningún tipo de identificación, intentó detenerlo realizando disparos, uno de los cuales le impactó en la mandíbula. Ya herido, Carrera siguió su marcha en estado de inconsciencia por la avenida Sáenz y embistió a tres personas que perdieron la vida. Una vez que el 205 que manejaba se detuvo, sus perseguidores desataron una balacera sobre él. Carrera fue trasladado al hospital Penna donde se negaron a atenderlo, y luego, lo operaron en el Rivadavia. Mientras tanto, la policía al notar que lo habían confundido y habían provocado una masacre plantó un arma en su vehículo.
En octubre de 2016, cuando la Corte lo absolvió, Jenny creyó en la justicia todavía un poco más y se dijo ´voy a ayudar a gente como él´.
“Ahora lo veo bien, es un tipo que se ríe, que cuenta chistes, que tiene su trabajo y al que no sé cómo hace, pero no se le nota”, subraya. “Lo que pasó es parte de nuestra historia, es la parte más triste, pero es mejor seguir luchándola con mi papá afuera que preso, y vamos a seguir reclamando para que la causa no quede impune”, recalca. “Ni bien mi papá fue absuelto, la justicia no se preguntó ´quién es el culpable si esta persona no fue´. No hay responsables penales por los tres muertos ni por un inocente preso por casi ocho años”, finaliza.
En 2015 la familia Carrera demandó al Estado Nacional por daños y perjuicios; pero no hay avances al respecto, la causa civil está estancada, advierte Jenny.
¿Cuánto más?

Usted es el visitante N°