Organizaciones sociales combaten el hambre ofreciendo desayunos en varios puntos de la Ciudad

23.6.2021

Bajo la consigna «La pobreza no puede esperar», organizaciones sociales de distintos partes del país realizaron en la mañana del martes desayunos populares simultáneos para pedir un plan de «emergencia nacional, social, sanitaria y laboral».

«En momentos en que la segunda ola de la pandemia continúa con un alto promedio de casos diarios; cuando, independientemente de los anuncios de un relativo incremento del PBI este año, la pobreza parece definitivamente instalada en un amplio sector de la población; cuando todavía falta vacunarse una gran parte de los habitantes del país, vale la pena preguntarse sobre quienes caerán nuevamente, los duros mazazos de esta tremenda realidad», comienza diciendo el comunicado difundido en la convocatoria.
Los desayunos se realizaron a partir de las 8 de la mañana en cuatro puntos de la Ciudad de Buenos Aires (Obelisco, Plaza dos Congresos, Plaza Constitución y Estación Federico Lacroze) y en cinco localidades del Conurbano bonaerense (Avellaneda, Lanús, Lomas de Zamora, Quilmes y La Matanza).
También se llevaron adelante desayunos en las provincias Jujuy (Capital); La Pampa (Genera Pico y Santa Rosa); Misiones (Puerto Esperanza); Entre Ríos (La Paz) y La Rioja (Capital).
En el programa de emergencia, las organizaciones proponen que se suspenda el pago de la deuda de dos años; se transforme en permanente el impuesto a la riqueza; se vacune urgente a toda la población en situación de calle y a los trabajadores socio-comunitarios.
Además, se pide que el Congreso vote la reasignación de recursos para el Ministerio de Desarrollo Social, para que pueda duplicar su presupuesto.
Además reclaman la generación de puestos de trabajo en la economía popular, salario social igual a la canasta familiar y la creación del Instituto Nacional de Transferencia Tecnológica y del Conocimiento a la Economía Popular.
Finalmente, exigen la suspensión de los desalojos por ley nacional, la aprobación inmediata de una ley nacional para personas en situación de calle, la construcción de viviendas, y un Salario Mínimo Vital y Móvil igual a la canasta familiar.
Entre las organizaciones que llevan adelante esta campaña se encuentra Proyecto 7; el MTDs Aníbal Verón (de Ciudad de Buenos Aires, y de las provincias de Buenos Aires, La Rioja, La Pampa, Misiones, Jujuy); la Coordinadora de Inquilinos de Buenos Aires; el Centro Cultural Azucena Villaflor (Monte Chingolo), y las cooperativas de Trabajo Azucena Textiles y Lucha y Progreso.
También están la Asambleas Populares Tierra, Vivienda Y Trabajo; la Coordinadora Desde Abajo; el Encuentro Cultural Para la Liberación; el Movimiento Territorial Liberación Carlos Chile; la Unión y Lucha Barrial; el Cabildo de los Trabajadores por la Democracia; el Colectivo Matancero y la Comunidad Fénix Zona Oeste.
Otras organización nucleadas en esta acción de lucha son la Coordinadora Argentina de Trabajadoras y Trabajadores; La Dignidad Rebelde; Barrios Populares; Inquilinos Quilmes; La Red (Entidades y Organizaciones Cristianas Evangélicas); el Instituto de Políticas Públicas Eva Duarte; y ATE Vías Navegables, del Frente de Agrupaciones German Abdala de ATE CABA, Vanguardia Feminista Zona Sur, Causa Nacional Zona Sur.

El bar de la esquina: triste y penoso final

21.6.2021

Por Eduardo Lucita

«Se puede pensar que es uno de los 25 mil locales vacíos que ha dejado la crisis sanitaria-económica que estamos atravesando. Y es así, pero al mismo tiempo no lo es para muchos de los que habitamos estas cuadras. Es que allí funcionaba desde hace añares el bar que formalmente llevaba el original título de La Esquina, así al menos estaba estampado en sus vidrieras, pero popularmente conocido como el bar del ‘Gallego Sergio’. El bar del Gallego no resistió la cuarentena y sus efectos económicos. La pandemia pudo más que las numerosas crisis que atravesaron el país, el barrio y esa esquina en los más de 50 años que lo regenteó Sergio. Pasará todo esto y llegará un tiempo en que volverán los abrazos, las juntadas en algún bar o en la misma esquina, el disfrute de compartir las alegrías y penas futboleras. Pero habrá que poner mucho empeño para reparar los daños causados por este tiempo que nos toca malvivir. Habrá que esforzarse para superarnos, volver a socializarnos y recuperar la esperanza colectiva».

Triste y penoso final

Quién por estos meses haya transitado por esa extraña esquina conformada por las calles Villarroel y Bompland, pero que mucha gente la confunde con Av. Dorrego que también confluye en ese punto, que por otra parte es el límite entre los barrios de Chacarita y Villa Crespo, habrá notado un local vacío, prácticamente abandonado, con sus veredas y persianas llenas de tierra y su interior oscuro y sucio. Se puede pensar que es uno de los 25.000 locales vacíos que ha dejado la crisis sanitaria-económica que estamos atravesando. Y es así, pero al mismo tiempo no lo es para muchos de los que habitamos estas cuadras. Es que allí, funcionaba desde hace añares el bar que formalmente llevaba el original título de La Esquina, así al menos estaba estampado en sus vidrieras, pero popularmente conocido como el bar del “Gallego Sergio”.
De un día para el otro desaparecieron las mesas y sillas, por cierto bastante deterioradas, en los escaparates ya no destacaba aquella nutrida colección de botellas en miniaturas, con sus etiquetas tapadas con la tierra y grasa de tantas décadas que había que adivinar su procedencia. Ya no se alcanzaba a ver la tenue luz de la desvencijada heladera-mostrador, menos aún la del exhibidor de bebidas (el plural es un decir porque solo había cervezas). Y lo peor: a Sergio no lo volvimos a ver.
Es que el bar del Gallego no resistió la cuarentena y sus efectos económicos. La pandemia pudo más que las numerosas crisis que atravesaron el país, el barrio y esa esquina en los más de 50 años que lo regenteó Sergio. Pero no fue el Epoc (enfermedad pulmonar de obstrucción crónica), que el Gallego ostentaba con cierto orgullo, que cada tanto lo sacaba de juego y cuando regresaba a sus tareas lo hacía con un inevitable cigarrillo entre los labios y un gesto de impotencia. No fue la enfermedad del Covid-19 facilitada por sus deteriorados pulmones lo que llevó al Gallego a cerrar el bar. El no se contagió pero sí sufrió el contagio de la crisis económica y el cierre obligado por el confinamiento.
Los parroquianos que lo frecuentábamos, que alguna vez bauticé en una nota como El club de los No Ganadores, todos habitantes de calles aledañas al bar, que cotidianamente nos reuníamos allí al atardecer a comentar de fútbol, de política o de cuanta cosa surgiera, nos quedamos sin punto de encuentro. Fue un golpe bajo, una dolorosa sorpresa que, sin embargo, vista desde hoy, no fue otra cosa que el momento culminante, de un final esperado. Final largamente anunciado y no solo por las recurrentes crisis respiratorias que acompañaban al Gallego desde hace años y que solían tener cerrado el boliche durante varios días, sino porque la feligresía parroquiana se había ido desmembrando.
Comenzando por el profesor. Aquel sesentón de cara colorada, radical antiperonista, hincha de River, que cotidianamente era el primero en llegar, se acodaba en el extremo derecho del mostrador, pedía su infaltable cerveza y encendía un cigarrillo, se volteaba mirando al salón y estaba ya listo para parlamentar. Era bastante culto, adherente a las referencias históricas y a la etimología de las palabras. Cuando surgía un discusión de inmediato pelaba el celular y recurría al google para confirmar o no sus aseveraciones. Ocurrió que lo operaron del corazón, salió bien de la intervención quirúrgica, regresó a la casa pero una infección pudo más que él. Fue la primer e inesperada pérdida irreparable.
En el otro extremo del mostrador solía acodarse un personaje algo indescifrable, hincha de Independiente y anti kirchnerista informado, que según decía, supo tener un pasado de cierta opulencia, viajes a Nueva York y demás, pero que ahora conducía un camión que transportaba mercaderías varias. Por su aspecto general, no le iba muy bien. De pronto dejó de asistir a esa cita diaria, cuando pregunté por él resultó que el Gallego lo había echado porque ahí tomaba su cerveza diaria al fiado y Sergio se enteró que en otros bares de la zona pagaba al contado. No se lo volvió a ver.
Poco tiempo después falleció el otro Sergio, el que atendía un puesto de venta de antigüedades (en realidad cosas viejas) en Plaza los Andes, aquel que durante años fuera pareja de una suiza adinerada que lo paseó por el mundo hasta que a la mujer se le acabó la paciencia y cayó en la desgracia y casi la indigencia. Cuando yo ingresaba al bar solía abrir los brazos y entonaba las primeras estrofas del himno anarquista. Un cáncer se lo devoró en pocos meses.
Otro de los grandes animadores de los debates e intercambios diarios, hincha de San Lorenzo y kirchnerista fanático, tenía un negocio de antigüedades en una rara esquina a metros del bar, en la que nos reuníamos sobre todo los fines de semana a escuchar buena música, porque entre las cosas que vendía tenía una gran colección de discos de pasta, algunos casi incunables de jazz, rock, tango y folklore. Pero la crisis hizo insostenible ese tipo de negocios por lo que mutó a vendedor de alimentos balanceados para perros y gatos. Tuvo que cambiar los horarios de atención y su paso por el bar ya no coincidía con los demás miembros de aquella cofradía. Con el agravante que en el nuevo negocio hay clientes en forma permanente que compran de a 100 o 200 gramos, y uno no se puede allí estacionar a charlar.
Para colmo dos cuadras más adelante sobre Dorrego funcionaba un bar, mucho más moderno y limpio que el de Sergio, también acogedor que quedó como alternativa. La crisis también se lo llevó puesto. En la esquina opuesta al bar del Gallego, Villarroel y Fitz Roy, está el bunker bohemio, un sitio donde sesiona una parte de la barra del club, que se identifica como Atlanta Popular y son los que fidelizan al barrio con sus murales azul y amarillo. Allí desde que comenzaron a jugarse los partidos sin público nos juntamos cada vez que juega Atlanta, se saca la TV a la calle, se ponen sillas y según la envergadura del partido nos juntamos 15, 20 y hasta 30 que gozamos y sufrimos según los avatares del juego y el resultado final. Allí vivimos una noche apoteótica cuando al inicio de este año ¡¡le ganamos a Chacharita en su cancha y con dos hombres menos!! En este 2021 nos va bien, hasta la fecha 10 éramos punteros e invictos, en la 11 perdimos las dos condiciones. La segunda ola de la pandemia fue implacable también con esas juntadas futboleras. Las tuvimos que cancelar y ahora cada uno ve el partido en su casa. Los goles, los triunfos y los insultos se comparten por wasap.
Desde entonces los parroquianos que quedamos y los hinchas del sufrido Atlanta extrañamos el bar del Gallego y el bunker bohemio. Deambulamos por las calles sin tener un palenque ande quedarnos, nos cruzamos en las esquinas o en mitad de cuadra, conversamos rápidamente sin quitarnos el barbijo y manteniendo la distancia, el saludo es con el puño y la despedida con un lacónico “cuidate”, cada tanto alguno saca un frasquito con alcohol rebajado y te ofrece fumigarte las manos.
La crisis sanitaria y económica que nos azota nos cortó así todas las instancias de socialización que fuimos construyendo en el barrio. Pasará todo esto y llegará un tiempo en que volverán los abrazos, las juntadas en algún bar o en la misma esquina, el disfrute de compartir las alegrías y penas futboleras. Pero habrá que poner mucho empeño para reparar los daños causados por este tiempo que nos toca malvivir. Habrá que esforzarse para superarnos, volver a socializarnos y recuperar la esperanza colectiva.

Duro documento de organizaciones sociales y políticas contra Horacio Rodríguez Larreta

20.6.2021

El Frente por una Ciudad Justa y Solidaria emitió un comunicado crítico contra las políticas sociales del gobierno porteño en el contexto de pandemia y reclamó “la emergencia socio-sanitaria en CABA”.

El comunicado completo con las organizaciones firmantes y las adhesiones:
Las organizaciones que decidimos conformar el Frente por una Ciudad Justa y Solidaria en la Ciudad de Buenos Aires, vemos con inmensa preocupación como el Jefe de Gobierno Rodríguez Larreta, quien siempre privilegió lo privado por sobre lo público y defendió los intereses del poder económico concentrado, no ha sido capaz de dar respuesta a la crisis alimentaria que se vive actualmente en los barrios más humildes de nuestra ciudad, mientras atravesamos la segunda ola de contagios de COVID-19.
Desde el comienzo de la pandemia, nuestros espacios salieron a hacerle frente a la dramática situación que se vive en villas, barrios populares, hoteles e inquilinatos de la Ciudad y que atraviesan miles de personas que se encuentran en situación de calle, creando un entramado de asistencia en la emergencia sanitaria y alimentaria. Fuimos conformando comités de crisis en los distintos barrios con la certeza de que el trabajo en unidad iba a lograr que a ningún vecino le falte un plato de comida. La entrega de bolsones de alimentos a personas aisladas, la apertura de ollas populares, comedores y merenderos que aumentan sus raciones día a día, frente a un Estado ausente, se transformaron prácticamente en el único apoyo con el que cuentan muchas personas e hicieron que la situación actual no sea aún más grave. Pero ninguna organización puede reemplazar el rol indelegable del Estado que cuenta con las herramientas suficientes para resolver este problema.
La situación socio-sanitaria de la Ciudad de Buenos Aires es alarmante. El distrito más rico del país no ha implementado hasta el día de hoy ninguna medida excepcional de asistencia directa, ya sea alimentaria o económica. A partir de noviembre de 2020, el Jefe de Gobierno y la Ministra de Desarrollo Humano y Hábitat decretaron el fin de la pandemia y se retiraron de la asistencia a los sectores más afectados. Los comedores conveniados sufrieron recortes de hasta un 33% en la cantidad de alimentos que reciben. Los nuevos comedores, merenderos y ollas populares que surgieron en este contexto, siguen sin recibir ningún tipo de asistencia: deben autoabastecerse de alimentos, elementos de higiene y seguridad. Sus trabajadorxs, esenciales, siguen sin estar reconocidos.
Por el contrario, el ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad tuvo un recorte de 940 millones de pesos y en el programa que asiste a comedores conveniados; hasta el momento sólo ejecutó el 1% del total.
En un contexto de segunda ola, donde la cantidad de casos duplican el peor momento de la primera ola, es inadmisible que a personas que viven en villas, barrios populares, e inquilinatos de la Ciudad, se les haya dejado de brindar asistencia alimentaria cuando se contagian o tienen que aislarse. Como tampoco tiene explicación la falta de acompañamiento económico a estos sectores para el servicio de sepelio a las familias de fallecidos.
En lo que refiere al sistema educativo, en el año 2020 los comedores escolares se reconvirtieron en canastas alimentarias entregadas quincenalmente. Si bien ya eran insuficientes el año pasado, este año el recorte llegó a números inconcebibles. Las clases presenciales comenzaron el 17 de febrero, sin embargo, se ejecutó solo el 6% del presupuesto del área de Asistencia Alimentaria Y Acción Comunitaria del Ministerio de Educación de la Ciudad.
El Gobierno de la Ciudad debe llevar adelante medidas extraordinarias que resuelvan estas situaciones apremiantes. En paralelo, se deben tomar medidas que apunten a combatir la desigualdad en términos de ingresos y de acceso a derechos básicos, como son la salud, la educación y el hábitat digno, y generar trabajo. En la Ciudad el desempleo llega al 10%, pero en la zona sur de la Ciudad llega al 15%, más que duplicando a la zona norte de la Ciudad. Las mujeres, los jóvenes y los trabajadores de la economía popular fueron lxs más afectadxs por la pandemia.
A esto hay que sumar que el Gobierno de la Ciudad sigue sin resolver cuestiones estructurales que alejan a nuestros barrios de la posibilidad de ofrecer un hábitat digno. Se encuentra irresuelto aún el acceso a los servicios básicos en muchos de los barrios populares. La mayoría de las villas siguen sin haber iniciado sus procesos de integración urbana. El GCBA continúa negándole la conectividad gratuita y de buena calidad a los habitantes de los barrios populares privando a miles de continuar sus estudios y de acceder al derecho a la educación. Seguimos sin poder contar con herramientas que permitan un abordaje integral de las situaciones de violencia de género.
Finalmente, como si se tratase del “mundo del revés”, tampoco en este año pandémico se tomó la decisión de reconocer a lxs enfermerxs como trabajadorxs de la salud.
La dramática situación demanda medidas urgentes, responsabilidad y voluntad para frenar la segunda ola y cuidar la vida de todxs. No es un problema de falta de recursos, sino de voluntad política. El distrito más rico del país cuenta con los recursos suficientes para implementar medidas extraordinarias. El Gobierno de la Ciudad tiene además la posibilidad de crear un aporte solidario de emergencia para financiar las medidas extraordinarias que sean necesarias para mitigar los efectos de la crisis sociosanitaria.
Por eso, desde esta multisectorial, proponemos:
– Reforzar la asistencia alimentaria a comedores comunitarios conveniados y asistidos y a los cientos de comedores, merenderos y ollas populares que funcionan diariamente en la ciudad sin reconocimiento ni asistencia de ningún tipo por parte del GCBA; reabrir el programa de grupos comunitarios; garantizar la asistencia alimentaria a las familias aisladas; universalizar la canasta alimentaria escolar, con mayor cantidad, calidad y nivel nutricional.
– Crear un Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) de la Ciudad de Buenos Aires que asista a los sectores más afectados por la pandemia. Reforzar extraordinariamente aquellos programas que refieran a asistencia alimentaria y habitacional.
– Lanzar medidas vinculadas a la economía popular que incentiven el trabajo, que fomenten los proyectos productivos y que garanticen que los productos elaborados por cooperativas y PyMEs accedan a las góndolas de las grandes cadenas de supermercados.
– Reconocimiento económico a lxs trabajadorxs de comedores y merenderos que realizan tareas de cuidado comunitarias, esenciales durante la pandemia.
– Garantizar el acceso a una atención sanitaria adecuada a las personas que atraviesan el COVID así como también los servicios para las víctimas fatales de la enfermedad.

Las organizaciones que firman el Comunicado son:
La Cámpora, NEP-Nuevo Espacio de Participación, Movimiento Evita, Unidos y Organizados, El Hormiguero, Peronismo por la Ciudad-Barrios Peronistas, Somos Barrios de Pie-UTEP, Parte, CCC-PTP/PCR, Peronismo Militante, Frente Barrial CTA de lxs Trabajadorxs, CTA Capital, MTE, Fetraes, Corriente Nacional de la Militancia-Militancia Popular, Lxs Irrompibles, Nueva Mayoría-FPG, Frente Popular Darío Santillán, Kolina , La Dignidad, Espacio Político Aires, Nuevo Encuentro, CTD Aníbal Verón-Corriente Nuestra Patria, Buenos Aires 3D, Grito de Corazón, Corriente Villera Independiente, FTV Miles, FB 19 de Diciembre, Forja, CESDET, Frente 22 de Agosto, Frente Social Peronista , Igualar, Liberación Popular, Martín Fierro, Nuestramérica Movimiento Popular, MTL, Unidad Piquetera, Paritaria Social y Popular-UTEP, Corriente Peronista 13 de abril, Todos Somos Patria, Centro Cultural Walsh, Grupo Bicenterario, Peronismo para Todxs, Partido Comunista, Movemos, Palermo K, Todos Somos Patria

Adhesiones:
Familiares de detenidos y desaparecidos por razones políticas.
Hebe de Bonafini. Asociación Madres de Plaza de Mayo.
Taty Almeyda por Madres de Plaza de Mayo línea fundadora.
Familiares y Compañeros de los 12 de la Santa Cruz
HIJOS capital
Asamblea Permanente por los derechos humanos (APDH) CABA
Liga Argentina por los Derechos Humanos.
Curas opción por los pobres
Presidencia CEFyL
Presidencia CECEN
Angélica Graciano, Sec. Gral. De la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE)
Pablo Moyano. Sindicato de Choferes de Camiones y Afines
Alejandra López (Sindicato Argentino Docentes Privados SADOP)
Roberto Bonetti (Unión obrera metalúrgico UOM)
Eduardo López (CTA CABA)
Felipe Albana (Unión del Personal Civil de las Fuerzas Armadas PECIFA)
Marcelo Orlando (Unión Trabajadores de Entidades Deportivas y Civiles UTEDYC)
Daniel Catalano. Asociación de Trabajadores del Estado.
Beto Pianelli. Sindicato de Trabajadores de Subte y Premetro.
Federico Montero, Secretario General de FEDUBA
Silvana Franco, Sec. Gral. ADAI
Guillermo Ormachea Sec. Gral. SIGURA (Guardavidas)
Ernesto Trigo, Sec. Gral. SAMC
Luis Fernández Presidente Asociación Taxistas de Capital.
Susana Reyes. Centro Educativo Isauro Arancibia.
José Mario Fariña sec. general (STVP) vigilancia privada.
Edgardo Llano, sec. Gral. APA.
Federico Tonarelli, Pte. de FACTA.
Héctor Amichetti (Federación Gráfica Bonaerense FGB)
Migrar x Migrar
Red de migrantes y refugiados en Argentina.
Generación Evo
Artistas Solidarios
F.A.A.O (Frente de Artistas Ambulantes Organizados)
Adrián Palacios (Unión de Kioskeros de la República Argentina)
Partido del Trabajo y la Equidad – CABA
Vamos – Izquierda Popular
Facundo Suárez Presidente del MDEH
Alejandro Vanalli
Ernesto Larresse
Observatorio de Derechos Humanos de la Comuna 3
Carlos Minucci secretario general de APSEE
MECA Espacio Cultural
Mariano Recalde – Senador Nacional por CABA – Frente de Todos
Paula Penacca – Diputada Nacional por CABA – Frente de Todos
Gisela Marziotta – Diputada Nacional por CABA – Frente de Todos
Eduardo Valdés – Diputado Nacional por CABA – Frente de Todos
Itaí Hagman – Diputado Nacional por CABA – Frente de Todos
Mara Brawer – Diputada Nacional por CABA – Frente de Todos
Gabriela Cerruti – Diputada Nacional por CABA – Frente de Todos
Carlos Heller – Diputado Nacional por CABA – Frente de Todos
Bloque Frente de Todos – Legislatura Porteña

Más renuncias de enfermeros en CABA

18.6.2021

El Hospital Rivadavia contabilizó 48 renuncias en los últimos meses, producto de las condiciones laborales en el sector y la demanda de la pandemia. “Hay que tener desarrollada cierta fortaleza para enfrentar a la muerte todos los días”, dicen. Situaciones similares se viven en el Durand.

En las últimas horas se conoció que alrededor de 50 enfermeros del Hospital Durand de la Ciudad de Buenos Aires renunciaron al servicio por los bajos niveles salariales y condiciones laborales precarias. Lo mismo sucedió en el Hospital Rivadavia, que perdió una cifra similar de trabajadores.
Si bien la masividad de las renuncias sorprende, las mismas se vienen dando desde hace más de dos meses. Las excesivas horas de trabajo, la demanda en pandemia y las malas condiciones laborales explotaron a un personal que venía sin experiencia y fue designado a terapias por el gobierno de la Ciudad.
“El año pasado ingresaron 134 enfermeras y enfermeros a trabajar por la pandemia. Se logró un plantel de 170, de los cuales 48 renunciaron. Fueron renuncias paulatinas”, explicó Rodolfo Arrechea, coordinador nacional de Salud de ATE y enfermero del Hospital Rivadavia.
Al mismo tiempo explicó que “si bien el número de enfermeros nunca es suficiente ante una situación así, la cantidad con la que contamos hoy está bien, siempre y cuando no exista mucho contagio dentro del hospital porque cuando se contagian los compañeros, aunque sea leve hay que aislar los servicios”.
Por su parte, Fabiola Reynoso, licenciada en enfermería y delegada adjunta de ATE en el Hospital Rivadavia, comentó que la mayoría era gente joven y con menos experiencia en la profesión.
“Por otro lado está la falta de reconocimiento, saber que están arriesgando su vida porque nuestro día a día es así. Todos tenemos un bolsito con ropa y otras cosas de primera necesidad por si en algún momento nos contagiamos y tenemos que aislarnos porque la mayoría prefiere no volver a su casa. Tenés que tener desarrollada cierta fortaleza para todos los días estar enfrentando a la muerte. No es fácil para ninguno en todo el equipo de salud en general”, agregó la enfermera.
La velocidad del Covid pegó con fuerza en sistemas de salud desguazados y con poca información sobre este virus que al día de hoy sigue siendo desconocido en muchos aspectos. “Uno cuando empieza va familiarizándose con ciertas prácticas, los que llevamos más años tratamos de agarrar alumnos y eso facilita el trabajo. Pero en un momento como este, el trabajo es mucho más exigente y no hay demasiado tiempo para adaptarse, para poder entrenar a alguien. Eso tuvo mucho que ver con las renuncias”, sostuvo Reynoso.
Otro factor determinante fue el económico. “Nuestros sueldos son muy bajos. Yo soy licenciada, tengo 27 años de antigüedad y cobro $45.000, que todos sabemos bien que no alcanza para nada, con eso no se vive”, informó Reynoso mientras admitió que eso es desmotivante para quienes recién comienzan.

«Desalojo Casa Santa Cruz 140, el ejemplo de una política de Estado»

16.6.2021

Las 106 familias del edificio de Santa Cruz 140, del barrio porteño de Parque Patricios, denuncian un nuevo intento de desalojo. El mismo tiene sentencia firme desde el 2017, firmado por el juez Fernando Jorge Virginio Cesari del Juzgado Civil N°60, sin haber llegado a una solución definitiva para las familias que allí habitan. Sin embargo, este caso está lejos de ser una excepción: solo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) 226 mil personas habitan viviendas con algún grado de irregularidad y la Cámara Civil recibe ocho juicios de desalojo por semana, como en este caso que se encuentra en juicio desde el año 2010. «La forma de mapear las ciudades es parte de una operatoria para redistribuir las desigualdades estructurales en pos de negocios privados. Ante ello, presentamos resistencia. Nuestras urbes, nuestros hogares, no están al servicio del capital».

El desalojo a Casa Santa Cruz (CSC) tiene sentencia firme desde el 2017, firmado por el juez Fernando Jorge Virginio Cesari del Juzgado Civil N°60, sin haber llegado a una solución definitiva para las 106 familias que allí habitan. Sin embargo, este caso está lejos de ser una excepción: solo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) 226 mil personas habitan viviendas con algún grado de irregularidad y la Cámara Civil recibe ocho juicios de desalojo por semana, como en este caso que se encuentra en juicio desde el año 2010.
«Por el momento no hay una fecha firme, aunque ya sabemos que jugar al desgaste y a la expectativa es parte de las maniobras del Estado para que les vecines desistan. Sin embargo, la casa no se abandona. Es el hogar de unas 400 personas y para algunas de ellas ese edificio es su hogar desde hace ya 18 años» expresaron los vecinos de casa Santa Cruz.
«Nos encontramos en estado de alerta y elaborando un plan de emergencia frente a esta grave situación. Hacemos un llamamiento público para solidarizarse con nuestra lucha y sumarse a nuestro reclamo por el acceso al hábitat», dice el último comunicado vecinal firmado el 31 de mayo.

Gentrificación: expulsar a los sectores populares hacia la periferia

«Gentrificación» es un término acuñado por Ruth Glass para caracterizar la llegada de sectores acomodados de la sociedad y la expulsión de los antiguos habitantes hacia la periferia del centro londinense. Éste término no tiene la misma connotación en todo el mundo, ya que cada proceso de «revalorización urbana» tiene sus particularidades.
En América Latina se observa que el agente gentrificador por excelencia es el capital inmobiliario, siempre en busca de nuevos beneficios. No es la oferta y la demanda lo que explica la segregación residencial, ni tampoco el recambio del mercado laboral el que explicaría la elitización de los barrios, sino la implementación de políticas públicas clasistas que obligan al desplazamiento de los sectores vulnerados para quedarse con sus espacios y que cada vez adoptan estrategias más violentas contra ellos.

La situación de Parque Patricios, Comuna 4

La creación del Distrito Tecnológico de Parque Patricios fue oficializada en 2008 con la sanción de la Ley 2.972, la cual prevé una serie de incentivos y beneficios para aquellas empresas de Tecnología de Información y Comunicación (TIC) que se radiquen en el barrio. Por un lado les evitan los pagos del Impuesto sobre los Ingresos Brutos, el Impuesto al Sello, del Impuesto al Alumbrado, Barrido y Limpieza (ABL), subsidios no reintegrables para financiar hasta el 50 por ciento del costo de la obtención de certificaciones de calidad y líneas de crédito preferenciales del Banco Ciudad. Estos NO impuestos, le ha costado unos 200 millones de dólares al Gobierno de la Ciudad, aunque el número puede ser mayor ya que hay un encubrimiento por parte del Estado para con esta realidad que ha traído 341 empresas radicadas en Parque Patricios.
Aunque este no es el único distrito que se ha creado, también se encuentra el de las Artes (La Boca, San Telmo y Barracas), el Audiovisual (Colegiales), el de Diseño (Barracas). La Ciudad de Buenos Aires, centro económico y financiero del país, va borrando los hogares del mapa y se va convirtiendo lentamente en un tablero para atraer inversiones nacionales, internacionales, pero por sobre todo del sector privado.
Además, esto va acompañado de una estigmatización de la forma de apropiación del espacio público de los sectores suburbanos/obreros/marginados y con identidad étnica-racial, tildándolos con algún grado de ilegalidad. Es por esto que hemos visto en los últimos años el protocolo de detención LGBT+ dentro de la Ciudad de Buenos Aires impulsado por Juntos por el Cambio, las contravenciones a la venta ambulante y a cualquier estrategia de supervivencia, la pseudo privatización de plazas y parques enrejados (prestando concesión de espacios públicos a empresas privadas multinacionales que montan cafeterías, cervecerías o similares en los mismos) y la modificación de la ley 5688 de reconocimiento facial en la Legislatura porteña impulsada por los legisladores del Frente de Todos. Tecnología que da altos casos de falsos positivos, llegando al 96% de personas mal identificadas en CABA, sobre todo en personas negras o marrones, profundizando los procesos de racialización. Empresas como IBC, Amazon y Microsoft dejaron de ofrecerla por los usos racistas que las fuerzas de seguridad le daban ante las protestas del Black Live Matter en distintos puntos del globo.
«La forma de mapear las ciudades es parte de una operatoria para redistribuir las desigualdades estructurales en pos de negocios privados. Ante ello, presentamos resistencia. Nuestras urbes, nuestros hogares, no están al servicio del capital. Habitamos nuestros territorios, construimos nuestras casas, alimentamos nuestros sueños» finalizaron.
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Se ha conformado un colectivo de comunicación libre y horizontal en solidaridad con Casa Santa Cruz. Si querés recibir las notas y flyer de libre circulación para sumar a tu medio al cadenazo enviá un mail a: cscresiste.archivo@gmail.com
Por otro lado, seguimos con la campaña de adhesiones de colectivos, organizaciones de Derechos Humanos, políticas e individualidades. Para sumar tu adhesión enviá un mail a: difusion.santacruz@gmail.com

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