26.5.2021
«En el marco del último DNU presidencial que dispuso un confinamiento de nueve días para zonas en Alerta Epidemiológica y Sanitaria, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires suspende las clases. Esta interrupción que habría de saldarse con tres días a finales de diciembre no tiene de dónde agarrarse. No es más que otra estrategia para ocultar la falta de recursos que el Gobierno de la Ciudad debió haber asignado a la ampliación del plan de conectividad. No obstante, ‘a partir del 31 se retoma la situación actual’, sostuvo Horacio Rodríguez Larreta el viernes pasado, lo que implica mayores contagios que se traducen en más muertes evitables: ¿será que renunciar a la presencialidad implica reconocer el craso error cometido al desobedecer el primer DNU del ejecutivo, causando decenas de contagios y muertes que se podrían haber evitado? ¿Será que para el GCBA la muerte no tiene peso? En lugar de capitalizar esta experiencia, el gobierno de la ciudad nos quiere imponer la idea rígida de que sólo es posible la continuidad pedagógica en forma presencial, y que no hay adaptación posible, ni siquiera en momentos críticos de expansión del virus», sostienen desde InterEscuelasxES, una agrupación independiente conformada por estudiantes, familias, docentes, trabajadores y trabajadoras de más de 70 escuelas de la Ciudad de Buenos Aires.
Compartimos la opinión de InterEscuelasxES:
La virtualidad no contagia: ¿Qué hay detrás de la suspensión de clases en CABA?
La suspensión viola el derecho humano a la educación: sin clases, sin soluciones y sin comida
En el marco del último DNU presidencial que dispuso un confinamiento de nueve días para zonas en Alerta Epidemiológica y Sanitaria, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires suspende las clases. Esta interrupción que habría de saldarse con tres días a finales de diciembre no tiene de dónde agarrarse.
Desde el colectivo InterEscuelasxES analizamos sin filiación partidaria las implicancias y trasfondo de esta decisión, y observamos que la suspensión completa de actividades escolares no es más que otra estrategia para ocultar la falta de recursos que el Gobierno de la Ciudad debió haber asignado a la ampliación del plan de conectividad. No hay razón alguna para dejar a lxs alumnxs sin clases en un contexto en el que bregamos por la importancia de la continuidad pedagógica.
El gobierno de la ciudad ha tomado a la Presencialidad como herramienta de disputa electoral. Impone en el imaginario social, mediante un oneroso presupuesto para publicidad y propaganda, provisto de 2407 millones de pesos, que sólo se puede educar en la Presencialidad y que la Virtualidad no es una opción.
Frente a otra cifra alarmante de fallecidos en un día (700 personas); ante picos de contagios (40.000); con la ocupación de las unidades de cuidados intensivos en un 90%; con personas cada vez más jóvenes que contamos entre víctimas del Covid; ante una cantidad creciente de niñxs internadxs, con más de 85 docentes fallecidxs (17 sólo en CABA), y cepas de un virus cada vez más agresivo, el GCBA, después de largas semanas usando todo tipo de herramientas para ningunear las medidas de prevención, no tuvo más remedio que acatar el DNU presidencial.
No obstante, “a partir del 31 se retoma la situación actual”, sostuvo Horacio Rodríguez Larreta el viernes pasado, lo que implica mayores contagios que se traducen en más muertes evitables: ¿será que renunciar a la presencialidad implica reconocer el craso error cometido al desobedecer el primer DNU del ejecutivo, causando decenas de contagios y muertes que se podrían haber evitado? ¿Será que para el GCBA la muerte no tiene peso?
Patricia Bullrich explicó que “esta semana no habrá clases porque el sistema no está preparado para la virtualidad”. Esto da cuenta de un desentendimiento rayano en la crueldad. En lugar de preparar a las escuelas para una transición paulatina de la modalidad virtual a una presencialidad responsable, hacia fines del año pasado, Larreta destinó el presupuesto más bajo para la Educación de los últimos diez años, quita a la que le sumó a principios de 2021 el desfinanciamiento del Plan Sarmiento, indispensable para la conectividad.
La falta de sensibilidad social y humanitaria del GCBA se ve reflejada en el hecho de que abandona a las familias más vulnerables, dejándolas sin canastas alimenticias durante toda la semana, así como en el gesto de desentenderse de la compra de insumos de bioseguridad, transfiriendo su responsabilidad a las cooperadoras escolares.
Todo esto, sumado al abandono generalizado del Estado a las escuelas públicas porteñas, demuestra que el discurso de que la educación es prioridad para el gobierno de la ciudad es falso. Es lícito suponer entonces que la razón por la cual se optó por suspensión en lugar de virtualidad, es la falta de reconocimiento del mencionado desfinanciamiento y sus consecuencias. Y, por elevación, para sostener la presencialidad como herramienta de disputa electoral.
El año pasado, directivxs y docentes trabajaron el doble y más para prepararse y adecuar las prácticas, los recursos pedagógicos y la infraestructura a la modalidad virtual. Y fueron ellxs lxs que garantizaron la continuidad a pesar de las falencias y las enormes deudas (como ejemplo basten las 6.500 computadoras que el GCBA tenía para repartir y aún las estamos esperando). En lugar de capitalizar esta experiencia, el gobierno de la ciudad nos quiere imponer la idea rígida de que sólo es posible la continuidad pedagógica en forma presencial, y que no hay adaptación posible, ni siquiera en momentos críticos de expansión del virus.
Junto a Larreta, Soledad Acuña, al frente del Ministerio de Educación hace caso omiso a las advertencias de epidemiólogos y sanitaristas; a las medidas de cuidados propuestas por los DNU y el Consejo Federal de Educación; a los informes científicos que demuestran que la presencialidad contribuye a la propagación del virus. Y tampoco informa a la población el nivel de contagios en escuelas y en transporte público. Y no informa porque reconocerlo implicaría, el automático cese de su cargo, o su inmediata renuncia.
Para InterescuelasxES la Educación es primordial, siempre y cuando estén garantizados los derechos inalienables de la Salud y de la Vida. Cuidar la VIDA es en sí mismo un acto educativo. Las medidas para pasar de lo virtual a lo presencial no deben ser partidarias, judiciales ni electorales.
Esperamos que pronto estén dadas las condiciones para volver a la presencialidad de manera segura, ya no como un lema vacío, sino como un lugar significativo de encuentro real con el conocimiento y la socialización, indispensables para construir una sociedad con menos desigualdad. Y esperamos también que el 31 de mayo, cuando concluya este breve período de confinamiento (que ya los especialistas advierten como demasiado breve para contener el nivel de contagios), nuestros gobernantes prioricen, por encima de todo interés, parámetros científicos y sanitarios.
Por todo ello, desde InterEscuelasxES exigimos:
• Virtualidad para no enfermar.
• Conectividad y dispositivos (incluidos a esta altura como parte de los Derechos Humanos).
• Vacunación masiva con prioridad para docentes y trabajadores de escuelas.
• Políticas socioeducativas para acompañar a quienes presenten problemáticas particulares (hijxs de trabajadores esenciales, alumnxs en proceso de integración, familias en situación de vulnerabilidad, u otras).
• Dispensas laborales para madres y padres trabajadores.
No estamos dispuestos ni vamos a naturalizar las cifras actuales que implican angustia, dolor, enfermedad y muerte. El principal criterio debe ser el derecho a la Vida.
Interescuelas por Educación y Salud” es una agrupación independiente de todo partido y gremio, conformado por estudiantes, familias, docentes y trabajadores de más de setenta escuelas de la Ciudad de Buenos Aires, junto con grupos en defensa de los Derechos Humanos y vecinxs de la ciudad.