26.4.2021
Por Martín Massad y Juan Cruz Guido
El sociólogo, analista político y titular de la consultora Equis, Artemio López, dialogó sobre las medidas tomadas por el macrista Horacio Rodríguez Larreta en CABA, en el macro de su disputa con el Gobierno Nacional en relación a la presencialidad en las escuelas. “La experiencia internacional nos muestra que la presencialidad en las escuelas es un efector de contagios”, describió.
A su entender, ¿cree que va a continuar la polémica instalada por el Jefe de Gobierno a partir de su resistencia para que se lleve adelante el DNU decretado por el gobierno nacional, que impide por 15 días la presencialidad en las escuelas?
Artemio López: La polémica va a continuar. Sin embargo, la posición de Horacio Rodríguez Larreta no tiene ningún fundamento estadístico. Se trata solamente de una posición de marketing en función de lo que dan las encuestas. A mi criterio, Rodríguez Larreta no gobierna, sino que lee encuestas, y luego sustenta su posición con estudios y evidencia que solo él conoce.
En todos los países del mundo, la experiencia internacional nos muestra que la presencialidad en las escuelas es un efector de contagios. Es decir, siempre que hubo un descenso drástico del nivel de contagios, esto implicó el cierre de las escuelas. Sucedió en Israel, en Reino unido y demás países a nivel internacional, y por supuesto que Argentina no es la excepción. Acá hay una disputa política y un posicionamiento del Jefe de Gobierno vinculado a una candidatura prematura de cara al 2023.
¿Qué información arrojan las encuestas respecto al cierre de clases?
A. L.: En principio, está claro que la mayoría de los padres y de la opinión pública quiere que las escuelas estén abiertas, es una circunstancia deseada por una cantidad importante de la población. Al mismo tiempo, todos están convencidos y coinciden en que este es un momento muy crítico de la evolución de la pandemia y, por lo tanto, las medidas del Gobierno están bien evaluadas, incluso en Gran Buenos Aires. Dentro de este contexto de pandemia, la presencialidad en las escuelas tiene un sentido crítico. Considero que el Gobierno hizo lo que tenía que hacer: gobernar y tomar decisiones, aun difíciles en estas circunstancias.
El número de casos, en la semana que viene y la próxima, nos van a plantear la necesidad del cierre de las escuelas y van a justificar las medidas de emergencia tomadas por el Gobierno Nacional. De hecho, las clases continúan, lo que se suspendió es la modalidad presencial, la cual es la más importante y necesaria, pero en esta situación epidemiológica es imprescindible tomar esta medida. Los números van a hablar y nos van a mostrar que no había otra circunstancia posible en este tema.
¿Cómo analiza la información que brindan los medios opositores respecto a este tema?
A.L.: Hay una operación en los medios descomunal e insólita. Es casi una cadena nacional de medios opositores hablando contra las medidas del gobierno. Está fuera de toda lógica lo que se escucha en estos medios porque, además, todos sabemos que la condición sanitaria empeora día a día. Hay, además, una confusión notable en estos medios porque se basan en estadísticas que no son ciertas y está claro que no tienen profesionales que los asesoren al respecto. No tienen ningún fundamento en términos estadísticos y la experiencia internacional les juega absolutamente en contra, y la local, ni hablar. La cantidad de gente que se pone en movimiento a partir de habilitar las clases presenciales es muy importante.
No es la primera vez que Macri y el PRO inventan números, ahora lo están aplicando a la presencialidad en las escuelas. De hecho, en los cuatro años de su gobierno todos los números se inventaron desde el crecimiento invisible hasta que la deuda la contrajo el kirchnerismo y no el macrismo. Hubo muchos ejemplos como estos, de números que circularon bajo el formato “estadístico”, y ahora siguen haciendo lo mismo en el distrito reducido de CABA.
Han inaugurado un discurso basado en la evidencia, entonces citan estudios que solo ellos conocen pero que no tienen la mínima corroboración a nivel internacional y local. Son simplemente estudios para poner en forma con números, bajo la apariencia de objetividad, con una función ideológica previamente asumida.
¿Cuánto le rinde políticamente a Horacio Rodríguez Larreta rebelarse contra el Gobierno nacional?
A. L.: Dentro del electorado duro del PRO, le rinde bastante porque hay una confrontación inicial con el Gobierno. En cuanto al electorado blando e independiente, no provoca efectos muy contundentes. Argentina, y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, también tiene que resolver cuestiones muy coyunturales en el curso de estos tres años por delante como para estar ahora lanzando una candidatura muy prematura y que, por cierto, no está convalidada al interior de la fuerza que representa Rodríguez Larreta. Además, el nivel de confrontación tan fuerte que ha desatado el Jefe de Gobierno no le es funcional a su lugar de enunciación de generador de consensos. Por el contrario, estamos viendo que genera disensos muy graves ante la complejidad de la situación.
¿Considera que Horacio Rodríguez Larreta se posiciona hacia el ala dura de Cambiemos?
A.L.: Totalmente. De hecho, en los cuatro años de gobierno macrista, Rodríguez Larreta no manifestó una sola diferencia con respecto a Mauricio Macri y a la modalidad de gestión estatal del PRO, donde hubo presos políticos, persecuciones, etc., y no mostró ningún tipo de objeciones de su parte.
El Jefe de Gobierno forma parte de un único proyecto de país con una sola visión. Puede haber algún detalle en las visiones de liderazgo, pero de ninguna manera se lo puede considerar del área blanda. En lo concreto, de la modalidad de gobierno y de oposición no hay ninguna diferencia.
¿Cuál es su reflexión con respecto a la forma en que el Gobierno Nacional comunica la situación económica y de pandemia en general?
A. L.: Está claro que el presidente Alberto Fernández tiene una gran capacidad de comunicación. Asimismo, surgen desencuentros con algunos ministros que deberían evitarse y emprolijarse internamente. La forma de enunciación de un discurso único es algo apropiado.
De todas formas, actualmente el problema central del Gobierno Nacional tiene que ver con los ingresos familiares y la política de precios, donde no está acertando en la estrategia adecuada. Tenemos más de 40 puntos de inflación proyectada y ninguna paritaria está superando los 25 puntos. Tendremos una actualización del salario mínimo, vital y móvil de 30 puntos con una proyección de 42 puntos de inflación.
Las jubilaciones, pensiones y salarios mínimos están por debajo de las líneas de indigencias. Una línea de pobreza hoy es de $60 mil y el salario promedio es de $57 mil, siendo que el salario más habitual entre los argentinos es de $45 mil.
¿Cómo analiza el panorama inflacionario a partir de la baja que proyecta el ministro de economía Martín Guzmán para el resto del año?
A. L.: Es una proyección difícil de cumplir, pero, de todas formas, si no la cumpliera, siempre va a ser mejor que el desquicio que hizo Mauricio Macri. Creo que hay que poner conceptualmente, como dice el presidente Alberto Fernández, el foco en que los salarios le ganen a la inflación, generar una política fuerte de ingresos. Porque, por ejemplo, según los últimos informes de consumo de la consultora Esencia, entre marzo de 2020 y marzo de 2021, el consumo doméstico cayó 14 puntos. Este tipo de consumo representa el 70% del crecimiento y claramente no está respondiendo. Argentina va a crecer, pero con esta pauta distributiva y este tipo de crecimiento se van a enterar muy pocos. Es decir, los sectores populares van a ser algo excluidos de los beneficios de ese crecimiento. Recordemos que Argentina tiene la mitad de la población en situación de pobreza o vulnerabilidad, por eso requiere mayor ingreso familiar.
Creo que esto está claro en el discurso del Presidente, pero a la hora de tomar decisiones se desdibuja. Hay que hacer hincapié en el tema precios también en términos electorales porque hay un sector fluctuante de la población, el 30% fluctuante, que toma decisiones de acuerdo a las condiciones socioeconómicas y de gestión. El tema precios, para evaluar estas condiciones de gestión, es central. Es muy importante que el gobierno tenga claro que los ingresos familiares, salarios, jubilaciones y pensiones tienen que estar por arriba a de la inflación.