La mitad de los trabajadores de los hospitales porteños no está vacunado

5.3.2021

La denuncia parte de los propios empleados de la salud. Aseguran no saber “dónde desvía las dosis” el gobierno de Larreta, que debía inmunizar contra el COVID-19 a los esenciales como primera etapa. Desde el sábado murieron dos médicos y en el Durand ya se infectó casi un tercio del personal.

“Somos alrededor de 40.000 trabajadores. Tenemos el 20 por ciento dispensado por enfermedades preexistentes. De los 32.000 que quedan sólo el 50 por ciento está vacunado contra el COVID-19 y no sabemos por qué no terminan de vacunar a los que faltan”. Las declaraciones son de Héctor Ortiz, trabajador del Hospital de Agudos Carlos Durand y del Hospital de Niños Pedro de Elizalde, y miembro de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) y de la Agrupación Hospitales de la Ciudad, que monitorea el estado de la situación sanitaria en los establecimientos públicos ante la pandemia.
La denuncia de los trabajadores se da en el marco de la publicación de estadísticas que demuestran que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) recibe casi el doble del promedio nacional en cantidad de dosis por población. Mientras que el distrito porteño recibió vacunas para el 7,2 por ciento de su población, el promedio nacional es de 4,9 por ciento.
Las estadísticas salieron a desmentir al ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, quien se quejó por el reparto de vacunas y pidió revisar los criterios, que –según dijo- no consideraban la proporción de personal sanitario y de adultos mayores que es más alta en la Ciudad.
“En Provincia de Buenos Aires los trabajadores esenciales están todos vacunados, no puede ser que en CABA lo estén la mitad. La primera etapa es vacunar a los esenciales que están en actividad y después pasar a la segunda etapa. Si hay 230.000 vacunas que maneja la Ciudad, ¿por qué no se termina de vacunar a los 32.000 trabajadores de la salud? No sabemos dónde desvía las dosis el gobierno de Larreta”, agrega Ortiz. El territorio bonaerense, por su parte, sólo recibió dosis para el 4,9 por ciento de la población.
En el mismo sentido, Ortiz contó que los trabajadores pidieron entrevistas con el ministro pero “está cerrado al diálogo” y por eso tuvieron que salir a hacer la denuncia. “Estamos agotados, angustiados, temerosos de volver a contagiarnos. Solamente en el Hospital Durand hubo cerca de 500 infectados sobre una planta de 1900 trabajadores. Murieron tres enfermeros. ¿Cómo no va a quedar una sensación de miedo?”, se preguntó.
En la última semana fallecieron dos médicos porteños por COVID-19 que aún no habían sido vacunados. Se trata del jefe de cirugía plástica del Hospital de Quemados y de una doctora del Servicio de Emergencias del Hospital Fernández.
Sin vacunas ni salario digno
A fines de febrero, tanto Quirós como el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, habían sido denunciados penalmente por incumplimiento de los deberes de funcionario público por la tercerización de vacunas a manos de planes de medicina prepagas, sanatorios privados y obras sociales.
Estos beneficios para clientes o afiliados venían siendo promovidos en las plataformas de instituciones como el Sanatorio Güemes, el Hospital Alemán o la prepaga Medicus. Entre quienes también ofrecían este beneficio estaba la obra social de la UTHGRA, el sindicato que conduce Luis Barrionuevo, quien fuera una de las patas gremiales durante la campaña presidencial de Mauricio Macri en 2015. Estas ofertas se hicieron gracias a la cesión de dosis por parte del Gobierno de la Ciudad, al tiempo que el mismo retrasaba el lanzamiento de la inscripción para la ciudadanía en general, fuera o no población de riesgo.
En tanto, los trabajadores de la salud porteños aseguran que, además de ser relegados en la vacunación, llevan adelante su tarea en condiciones laborales deficientes. Los insumos de protección personal contra el coronavirus que reciben son de mala calidad, la infraestructura de los hospitales que se deteriora no se repara, hay escasez de personal y “a los licenciados de enfermería que están al frente de la pandemia no los reconocen como profesionales. Un enfermero, con carrera universitaria, está ganando entre $40.000 y $43.000 en mano, no cubre la canasta básica”, detalla Ortiz.

Desalojo en Boedo: «no nos enseñaron ninguna orden de desalojo»

5.3.2021

En estos momentos, Policía de la Ciudad intenta desalojar a varias familias de un edificio del barrio de Boedo, entre las que se encuentran niñas y niños. Las y los habitantes informan que residen en esa locación desde hace 20 años.

Desde el mediodía de este viernes se lleva a cabo un desalojo en el barrio de Boedo. Los 22 habitantes, con niñas y niños, manifiestan que residen en el edificio desde hace 20 años y que, hasta el momento, no les han mostrado ninguna orden de desalojo.
Desde ANRed pudimos conversar con una de las vecinas, quien expresó: «Nosotros vivimos acá hace más de 20 años, o sea conocemos al dueño de esta casa y hace 7 años apareció otro dueño y comenzaron los juicios. Cuestión que ya nos han querido desalojar una vez, pero no tenían el permiso ni nada como para echarnos».
En la misma línea, la vecina agregó: «La dueña nos decía que estaba en juicio, que lo iba a ganar. Ahora resulta que vinieron los policías con una orden de desalojo, pero a los inquilinos no nos enseñaron ninguna orden de desalojo y nos están echando».
De acuerdo a lo comunicado por la vecina, la Policía de la Ciudad estaría amedrentando a las y los vecinos. «La policía está pasando acá y nos apura, obviamente nosotros por la desesperación de no saber adónde ir como que gritamos y demás pero la policía nos dice: bueno, si se ponen así y que se yo, los llevo presos, ¿viste?».
En días anteriores, la Policía de la Ciudad desalojó violentamente el hotelito de la villa 31. En dicho operativo, una mujer fue desalojada junto a sus 8 hijos. Luego, fue detenida e imputada por «usurpación y desobediencia» con intervención de la FPCyF 15 y trasladada a la Alcaidía 1.
Sobre el cierre de esta nota, se hizo presente el personal la Defensoría del Pueblo. Sin embargo, y pese a la negativa de las y los inquilinos, el desalojo continúa su curso. Por medio de un comunicado, solicitan la más amplia difusión.

El subte para porque Metrovías está poniendo en riesgo nuestra salud y la de los usuarios

4.3.2021

Por Claudio Dellecarbonara

Con la complicidad del Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta, la empresa del Grupo Roggio montó una nueva provocación al intentar burlar los protocolos de seguridad rompiendo las burbujas sanitarias.

Metrovías se caracteriza por descuidar deliberadamente la salud de sus trabajadoras, trabajadores, usuarias y usuarios. Y no hablamos solamente de los seis compañeros muertos, cuyos fallecimientos la empresa aduce a “problemas técnicos” para ocultar su responsabilidad respecto a estos verdaderos asesinatos laborales. Que podían evitarse de no ser por la desinversión y la falta de controles por parte del Estado.
Ni tampoco hablamos solamente de la gran cantidad de contagios de coronavirus que hay en el subte por la gran concentración y circulación de gente. De lo que hablamos es de que la empresa, desde que comenzó la pandemia, se negó sistemáticamente a tomar las medidas necesarias para evitar mayor propagación del virus. Así lo hemos denunciado los trabajadores desde el año pasado. Y solo con la lucha logramos imponer un protocolo de seguridad que resguarde la salud de trabajadores y usuarios.
Hace semanas la empresa intentó hacer volver a trabajar a compañeras y compañeros mayores de 60 años y no deja de hostigar a quienes tienen enfermedades previas o que son grupo de riesgo a que abandonen la licencia que les corresponde y vuelvan al puesto de trabajo.
Ahora Metrovías intenta romper las burbujas sanitarias que fueron creadas para cuidar la salud de todos los trabajadores y conquistadas con la lucha.
Obviamente a nosotros no nos sorprende esto. Se trata de la misma empresa que admitió pagarle coimas al Estado y que logró la concesión por doce años más, donde ganarán por kilómetro recorrido. Por eso quieren que el subte funcione a toda costa, a costa de la salud de trabajadores y usuarios.
No podemos soslayar que para eso cuentan con el acompañamiento de muchas empresas de medios, que reproducen el discurso patronal con el argumento de que por nuestra culpa hoy no pueden viajar 55.000 usuarios. Pero no dicen que somos quienes peleamos día a día por un mejor servicio y nos preocupamos por el confort de millones de pasajeras y pasajeros. Si este jueves los dejamos sin viajar es para que puedan seguir viajando sin quedar en una absoluta exposición al contagio del covid-19.
Esta situación la ve y sufre cotidianamente toda persona que utilice el servicio. Con los accidentes reiterados en varias líneas (como vimos días atrás en la Línea E). O con el asbesto en los trenes, donde la empresa sigue sin plantear un plan para quitar todo el material cancerígeno de las formaciones.
Las trabajadoras y los trabajadores del subte exigimos que se respeten los protocolos que le impusimos a la empresa con nuestras medidas de fuerza en el marco de la pandemia. Pero también convocamos a todos los usuarios y usuarias a que se sumen a esta pelea por priorizar la salud de la población y no las ganancias de Metrovías.
Y en esa pelea no podemos dejar de denunciar a los diferentes actores del Estado, que acompañan al Grupo Roggio en sus actitudes criminales. Por acción o por omisión. Especialmente hablamos de Horacio Rodríguez Larreta, quien parece formar un buen equipo con Metrovías a la hora seguir amasando fortunas a costa de flexibilizar el servicio, desgastar a las trabajadoras y los trabajadores y demostrarle a millones de usuarios que sus vidas no les interesan.
El subte de Buenos Aires era una empresa estatal que quedó en manos privadas gracias a las políticas privatizadoras de Carlos Menem, el mismo al que hace unos días el conjunto del peronismo homenajeó como si fuera un patriota. De aquella privatización se benefició el Grupo Roggio, un fiel exponente de la “patria contratista” que hizo fortunas con los negociados de la obra pública, con todos los gobiernos. Un grupo que con la dictadura genocida multiplicó exponencialmente sus empresas.
Metrovías no ha realizado las obras que debía hacer, no extendió la red del subte. Mientras, sus ganancias no dejan de multiplicarse a través de la venta de boletos y de múltiples negocios asociados, como el transporte de cableado de fibra óptica, alquileres comerciales, publicidad en las estaciones, etc. Y además recibe subsidios millonarios, es decir que los pagamos los trabajadores, por una “tarifa técnica” que no se discute con nadie.
El Gobierno de Larreta, a pesar de que se hacen audiencias públicas y todo el mundo el aumento del boleto, decide por su cuenta llevar el pasaje a $ 30, un 43 % de incremento. Desde hace siete años Metrovías aumentó la tarifa un 1.500 % con aval total del Estado.
Si el transporte público, sobre todo el que resulta central para la actividad laboral y educativa, estuviera en manos de sus trabajadoras y trabajadores, sin CEO ni gerentes millonarios, en sociedad con comités de usuarias y usuarios para poder debatir y resolver democráticamente cómo conducir ese servicio fundamental, la cosa sería totalmente diferente.
Porque la salud y la seguridad de la población trabajadora no puede cuidárselas más que ella misma, la que conoce hasta la última necesidad y la que tiene la capacidad para atenderla.

Bocha Rego: primera jornada del juicio

4.3.2021

Compartimos la crónica de la primera audiencia realizada por la Gremial de Abogados y Abogadas de la República Argentina.

Fue una jornada muy accidentada que mostró las dificultades de hacer un juicio por Zoom y las limitaciones del mismo en temas de garantías constitucionales y procesales.
SE EMPEZARON A VENTILAR LOS HECHOS.
Hoy, 2 de marzo, en medio de repartirnos muchos entre la Embajada Paraguaya y el comienzo del juicio, asistimos al comienzo de este último.
La Gremial de Abogados y Abogadas aceptó la causa sin haber participado ni actuado absolutamente en nada de todo lo que se hizo porque ese trabajo lo realizó otro estudio de abogados particulares que desconocemos.
De manera que las armas para esta pelea no las elegimos nosotros.
Y nos vimos obligados a pelear con lo que nos dejaron o encontramos en el campo de batalla.
Hoy escuchamos el relato de los hechos que dieron cuenta que el 12 de agosto a las 2:30 un grupo de integrantes de la Prefectura Naval interceptó a Cristofer “el Bocha” Rego en inmediaciones de su casa en Parque Patricios.
Los prefectos persiguieron al Bocha y uno de ellos, el cabo Brites logró emboscarlo y efectuarle dos disparos por la espalda, uno de los cuales lo alcanzó.
La lectura de la acusación, escuchada por todos y todas, informaba que los prefectos recogieron las vainas servidas e intentaron borrar toda evidencia.
Da cuenta también que tomaron un Uber privado para llegar al lugar donde el Bocha agonizaba, que revisaron todo el vehículo buscando borrar todas las huellas posibles y se fueron dejando al Bocha agonizando.
No llamaron ni médicos, ni policía de la ciudad y tampoco informaron a sus superiores jerárquicos del incidente.
Directamente dejaron tirado al Bocha y se fueron informando el característico “sin novedad”.
La acusación estableció las diferentes responsabilidades de cada uno de los siete muy jóvenes prefectos.

DISCUSIÓN SOBRE LA PRESENCIALIDAD O VIRTUALIDAD
La primera discusión fue sobre la virtualidad del juicio.
Como ya informáramos la virtualidad fue ya discutida y aceptada por los abogados de la querella que nos precedió.
Pero al inicio del debate todas las defensas volvieron a la carga planteando que el juicio se realice en presencia entendiendo que la virtualidad afecta las garantías procesales y constitucionales de los prefectos imputados.
El Fiscal pidió el rechazo del planteo.
Pero la querella, representada por nosotros, la Gremial, acordamos absolutamente con la petición de las Defensas adhiriéndonos a sus planteos de presencialidad.
El Tribunal rechazó el pedido y el juicio continuó virtual.
Sin embargo, la propia situación invocada por nosotros, y los serios problemas técnicos harían cambiar de opinión al Tribunal más tarde.
Finalmente el juicio se realizará en forma presencial.

LA ADMISIÓN DE PRUEBA NUEVA
La segunda discusión estuvo planteada en virtud de la petición de Asistencia a la Víctima Institucional de ser parte querellante en el juicio por un lado y la posibilidad de incorporar nueva prueba testimonial por otro
El Fiscal y esta Querella de la Gremial bregamos porque el Tribunal acepte ambos pedidos.
Las muy buenas y muy activas defensas de los prefectos pidieron al Tribunal que se nos rechace el planteo con muy buenos argumentos.
Ellos plantearon que nuestro pedido era extemporáneo y que tuvimos oportunidad de sobra de ofrecer prueba.
Y dijeron que el Código Procesal no acepta otras partes en el juicio como no sean Fiscalía y Querella.
Los abogados defensores de los Prefectos demostraron ser muy buenos, serán duros luchadores. No dejarán pasar una pelota y se adivina ya en la primer audiencia del Juicio que harán lo imposible para sacar lo mejor librados a sus defendidos.
La Gremial, que sabemos de lo que hablamos porque hemos estado cientos de veces como Defensores, deberemos tenerles mucho respeto y cuidado a esos abogados.
Son defensores, y los defensores defienden.
Y estos lo harán bien.
Además son varios y se ve que de Estudios bien constituidos.
El Tribunal les denegó su rechazo a nuestro planteo y nos dio la razón, y al toque todos ellos dejaron planteada la Reserva de recurrir en Casación y Reserva de Caso Federal.
Los tipos no duermen.

CONTINUIDAD DEL JUICIO
El Tribunal del Juicio preguntó a las defensas si sus defendidos van a declarar, a lo que todos respondieron afirmativamente.
Todos dijeron (con muy buen criterio, nosotros hubiéramos hecho lo mismo) que declararán después de haber oído previamente a todos los testigos.
El Tribunal establecerá un cronograma al respecto.
Y también definió que la próxima audiencia, este viernes 5, sea presencial.

CONCLUSIÓN
Como siempre dice la Gremial, la información es parte de nuestra esencia.
También dijimos que no seremos nunca los típicos abogados y abogadas encerrados en nuestros supuestos conocimientos que no compartimos.
Nosotros aprendemos todos los días y por eso informanos absolutamente todo.
Incluso habíamos solicitado al Tribunal las grabaciones de cada jornada de juicio para hacerlas públicas.
Justamente porque lo que jamás hicimos es ocultar lo que hacemos ya que es lo que nos llena de orgullo.
El juicio seguirá en el tenor que estamos contando.
Y dejaremos todo en la cancha para lograr las máximas penas de prisión para esos prefectos.

Odisea de una docente porteña con covid-19: “Si no me dan la licencia, no cobro”

4.3.2021

Reproducimos el testimonio de una trabajadora que se contagió luego de iniciar las clases y que publicó su historia en el Facebook de Familias por un Retorno Seguro. Maltratos, incertidumbre y total falta de sentido común.

A poco de iniciar las clases presenciales en la ciudad de Buenos Aires y el resto del país, ya lamentamos la muerte de dos docentes en Jujuy por coronavirus. También, según un relevamiento de Ademys, en la capital ya se registran 430 casos de coronavirus confirmados en las escuelas. Los gobiernos son responsables por obligar a la docencia a volver a trabajar sin vacunas y sin garantizar las condiciones sanitarias y de infraestructura en las escuelas.
En distintas partes del mundo ya se ve cómo la presencialidad escolar genera consecuencias lamentables, como el caso de la joven estudiante brasilera que murió por contagiarse en la escuela.
Reproducimos el testimonio de una trabajadora que se contagió luego de iniciar las clases y que publicó su historia en el Facebook de Familias por un Retorno Seguro. Maltratos, incertidumbre y total falta de sentido común.
Odisea de un docente con Covid-19 en CABA
RELATO DE FERNANDA FOGENMAN
El día viernes 26/2 ingreso a la escuela de la mañana, me toman la temperatura y me da 36.2. A las 11:00 empecé a sentir fuerte dolor de cabeza, le comento a una compañera que me sentía mal. No sé si era debido a unos olores del ambiente. Le pregunto si tiene un Tafirol y ella me lo da tirándole alcohol al blister. Sigo trabajando, doy clases virtuales, me reúno con mi compañer@s para planificar y ver tomas de escritura para armar una sub burbuja. En este tiempo, como estaba concentrada en esto (que es común en mí), no noto que sigo sintiéndome mal.
Salgo de la escuela, voy lo más tranquila a tomar el colectivo que me deja en mi segunda escuela e ingreso. No me toman la temperatura ya que el termómetro no funciona bien (respuesta que recibo de un auxiliar).
Doy clases, me siento cansada, un poco de dolor de cabeza. Salgo de trabajar. Como todos los días viajo en dos transportes públicos para volver. En el recorrido a casa empiezo a sentir molestias, siento escalofríos, mucho calor y cansancio. Llego a casa. Me tomo la temperatura y casi llega a los 38º. Charlo con mi compañera de esto, me tomo un Tafirol de nuevo, sigo con molestias, levanto temperatura más de 38º. Espero que pasen 6 horas para volver a medicarme. Justo da el horario de la madrugada, me siento cada vez peor, algo tenía que hacer.
Llamé a emergencias médicas. Me dicen que hay demora de dos horas, que en ese lapso se comunicarán conmigo. Pasan las horas y nadie me llama. Amanece, sigo muy molesta. Decido irme a un prestador de mi obra social, ya que emergencia no se comunicó conmigo. Llego a la guardia, me toman los datos, espero a ser atendida. Entro, me evalúan, me dicen que son síntomas de covid pero ‘vamos a esperar 48hs para ver si te hisopamos’, entonces recomiendan aislamiento estricto.
A todo esto, comienzan los mensajes y llamados burocráticos: que me vaya a testear, que tenemos un centro de testeo que nos dan turnos rápidos y que los resultados los tenemos en cuatro horas. Voy a Palermo por la tarde, me hacen el test. No termino de llegar a mi casa, me llaman: el test es positivo. Creo que pasaron dos horas, me preguntan con quién tuve contacto estrecho, les comento con quienes trabajo, nombro a mi compañera con la que más relación tengo y con quien compartí cosas, me piden datos y querían que siga recordando más. En ese momento no pensaba en lo que me preguntaban. Me seguía sintiendo muy mal, tenía mucha temperatura… quedé shockeada, no pensé que me iba a tocar a mí, estuve todo un año en casa trabajando, siempre cumpliendo con todo y cuidando a mis hijos.
Me pasaron miles de cosas por la cabeza, qué hago con los nenes, cómo los cuido, que todavía no estaba preparada ni yo ni las escuelas para volver, si soy positivo contagié a mis compañeros de trabajo, a mis alumnos, una locura, demasiado para mi cabeza.
Bueno ya está, tenía que pasar. Espero mi resultado (aun no lo puedo ver), mientras tanto tengo que tramitar el seguimiento. ¿Quién me hace el seguimiento? me pregunté, bueno, pareciera que nadie. Llamé a la clínica, ellos me dicen que no se encargan de eso, que llame a mi obra social, nadie me atiende, me queda llamar a emergencias. La respuesta: eso se encarga tu obra social. Y bueno, miles de mensajes.
Al otro día vuelvo a llamar para ver quién me hace el seguimiento, llamo a la obra social, nadie atiende. Vuelvo a llamar a emergencia, me atiende otra persona y me dicen que ellos se encargan.
En el transcurso del día me llama una doctora, antes de querer saber cómo estoy, solo recibo retos de ella, qué porqué me fui a testear en un centro de testeo, por qué no esperé a mi obra social, por qué mis compañeros se fueron a hisopar, y por qué y por qué….
Listo, aparte de sentirme mal, tenía que aguantar miles de cosas, cargar mi licencia sin certificado porque el gobierno nunca me lo mandó. Pero sí llamó para retarme. Me llega un mail con el aviso del positivo, pero sigo sin poder ver el certificado. El mail dice: test rápido de covid-19 positivo. Esto no significa que tengas el virus, requiere que te hagas una prueba confirmatoria con un test PCR. Otro problemita más sumados al resto.
Al tercer día de todo este malestar, me voy a una unidad febril para poder hacer el test que necesitan para pasar mi licencia. Que a pesar de sentirme mal es lo que más me preocupaba, si no estoy justificada, no cobro. Me atienden muy mal. Me dicen que tengo que estar aislada por ser positivo ¡Pero el gobierno de la ciudad siendo positivo me pide el PCR!
Me encierran en un cuartito 2×2 sin ventilación, sin baño, sin agua. Dos horas esperando para que me hagan el test, en esas dos horas me llamó mi compañera, lo único que hago es llorar diciéndole que me siento un trapo de piso, una basura y para nada un ser humano. Ella intenta calmarme un poco, pero la verdad sentía impotencia de no poder hacer nada. Luego esperé cuatro horas más porque querían hacerme un estudio de pulmones. Cansada de esperar llamo a mi marido y le digo que pida mi resultado, que le firmo lo que quieran pero que me sentía muy mal encerrada, no se lo quieren dar sin hacerme la placa. No aguanté más y me salí, sin resultado, sin placas, sin nada.
Volviendo a casa solo daba vueltas en mi cabeza preguntas de conducción, ¿dónde te contagiaste?, si te contagiaste en el transporte no es para ART, rompieron el protocolo, no tuvieron los cuidados preventivos para el covid, todas cosas así. En el grupo de whatsapp de la escuela mis compañeros hacían preguntas y las respuestas eran siempre las mismas hay que cuidarse más. Yo solo quería el certificado para la licencia.
Dónde me contagié no lo voy a saber nunca, puede ser en el transporte público, un compañero de trabajo o alumno asintomático. O de los obreros que todavía circulan por la escuela….

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