Falleció otro preceptor y ya suman 18 los muertos en las escuelas porteñas desde el regreso a la presencialidad

29.5.2021

La secretaria de Educación Técnica de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), Cristina Rubio, advirtió que “hay un capricho por la presencialidad” de las clases en la ciudad y una “negligencia genocida” por parte del Gobierno porteño. Lamentó el fallecimiento de un preceptor de una escuela de Barracas, que elevó a 18 la cantidad de trabajadores del sector muertos por coronavirus, desde febrero último.

En declaraciones a FM La Patriada, Rubio alertó que en el área de educación técnica se da “la mayor cantidad de fallecidos” porque los talleres son “presenciales”, en alusión a la muerte por Covid-19 del preceptor Oscar Colombo, ocurrida en las últimas horas.
“Hay un capricho por la presencialidad; necesitamos que bajen los casos de circulación y de muertos; tenemos 18 casos fallecidos de personal de educación; pedimos tener la posibilidad de dar clases virtuales para poder cuidarnos”, expresó Rubio.
Colombo, preceptor de la Escuela Técnica 4 del distrito 15 de Barracas, falleció después de haber permanecido “más de un mes y medio en terapia intensiva peleando por su vida”, indicó la dirigente de UTE.
“Era un compañero muy querido en todos los ámbitos laborales. También trabajaba en el Banco Ciudad y desde ambos lugares se expresó muchísimo afecto por él”, agregó.
La referente de UTE volvió a denunciar que no hay números certeros sobre los contagios del personal docente porque “el Gobierno de la Ciudad prohibió que se expusieran esos datos”.
“Aunque reduzcas al mínimo la cantidad de chicos, las probabilidades de que estén contagiados quienes circulan en las escuelas son muchas; la negligencia que está teniendo en este momento el Gobierno de la Ciudad obligándonos a concurrir es genocida”, planteó.
También denunció que desde el gobierno de CABA “decidieron no dar clases virtuales porque no entregaron los insumos, ya sea tablets, computadoras o netbooks para los chicos”.
El miércoles UTE realizó un homenaje por zoom a todos los trabajadores fallecidos por coronavirus.
En los últimos 10 días, entre el 16 de mayo y este viernes 28, murieron cuatro trabajadores del área, entre docentes y auxiliares.

Sin cambios significativos y vuelta a la “normalidad”: Larreta reabre escuelas y comercios

28.5.2021

Reconociendo que el descenso de casos fue insuficiente, y como parte del acuerdo nacional, el jefe de Gobierno porteño anunció que la CABA vuelve a partir del lunes 31 a las clases presenciales y se reabren bares y deportes al aire libre. Ninguna medida seria para enfrentar el pico de la segunda ola.

En conferencia de prensa y como parte del acuerdo a nivel nacional, el jefe de Gobierno porteño anunció hoy que la Ciudad de Buenos Aires vuelve a partir del lunes 31 a la situación anterior a los 9 días de confinamiento estricto, decretado por Nación y avalado por el resto de las jurisdicciones. “Estamos acorde a lo que dice el DNU Nacional con las restricciones actuales”, comenzó.
A pesar de reconocer que el “descenso de casos” en estos días fue “insuficiente”, Rodríguez Larreta, acompañado de sus ministros, no anunció ninguna medida acorde a la gravedad de la situación. La Ciudad de Buenos Aires es uno de los distritos considerados en “alarma epidemiológica y sanitaria”, sin embargo no hay soluciones frente a esta segunda ola que viene arrasando con más de 3000 casos por día en la Ciudad y más de 40 mil a nivel nacional, como fue el día jueves.
Por el contrario, hay un “como si” se volviera a la “normalidad” previa a estos 9 días, sin medidas para disminuir la circulación del virus. ¿Para qué sirvieron entonces estos días de aislamiento estricto?
Rodríguez Larreta declaró que la circulación vuelve a estar restringida entre las 20 y las 6 am; las escuelas vuelven a dictar clases presenciales en sus niveles inicial y primario, mientras que en el nivel secundario se mantiene la bimodalidad en 1° y 2° año, es decir, combinando algunos días virtual y otros presencial, mientras que a partir del 3° año será todo virtual, como el nivel terciario y la educación para adultos; los bares y restaurantes volverán a funcionar hasta las 20hs, no sólo con la modalidad de delivery y take away sino también con mesas al aire libre. Mientras, la vacunación sigue siendo a cuenta gotas, como en todo el país.
No hay solución para los miles que todos los días tienen que viajar para trabajar, que hacen largas filas y tienen que amontonarse y apretarse para tomar un tren, como se ve en Constitución. ¿Cómo pueden seguir sosteniendo desde el Gobierno que el aumento de casos es por los “encuentros sociales, familiares y laborales”, negando esta realidad de miles?
Larreta reconoció el “casi” colapso del sistema de salud, algo que viene mostrando el personal de salud y reclamando hace meses porque no dan abasto. Anunció que se agregan 150 nuevas camas, sin aclarar que no son camas para Covid-19, falseando un supuesto reforzamiento del sistema de salud que no es tal ni suficiente. El personal de los hospitales no lo notan y lo denuncian a diario.
Respecto a las clases, continúa el peloteo entre los gobiernos por la presencialidad: inexplicablemente, Larreta suspendió las clases estos tres días hábiles, debiendo recuperarse luego del 20 de diciembre de manera presencial, y ahora vuelve a abrir las escuelas, a pesar de que ya fallecieron 17 trabajadores de la educación por coronavirus y cientos de familias y chicos se contagian cada día. Por su parte, desde Nación, Trotta dijo que era una “enorme irresponsabilidad política” volver a la presencialidad y hay que mantener las clases virtuales, pero tampoco dan respuesta al problema de la falta de conectividad y dispositivos.
La ministra Soledad Acuña, por su parte, declaró la posibilidad de adelantar las vacaciones de invierno, como también hizo Trotta, para el mes de junio, aunque queda en “evaluación”.
Mientras continúa esta disputa, la situación económica de miles se agrava y no tiene respuesta, como tampoco el colapso del sistema sanitario y la suba de contagios en la Ciudad.

Policía Federal irrumpe en Bachillerato del Bajo Flores causando destrozos

27.5.2021

Así lo denunció el Bachillerato de Educación Popular y Casa Comunitaria Bajo Flores. La Policía Federal, sin orden de allanamiento, rompió la puerta hoy a las 4:30 de la mañana, tiró una bomba de gas y destrozó lo que encontró. «Buscaban a un prófugo de la justicia, pero sólo se encontraron con juguetes, pizarrones, biblioteca y comida que se entrega al barrio», afirmaron desde la comunidad educativa. Además, aseveran que los miembros de la fuerza robaron aceites y bolsas de comida.

El hecho sucedió hoy por la madrugada. Con la excusa de buscar un prófugo, pero sin orden de allanamiento, la Policía Federal ingresó al Bachillerato, ubicado en la Casa 133 de la Manzana 10 del Barrio Ricciardeli (Villa 1-11-14), en la Ciudad de Buenos Aires. Rompieron todo a su paso: libros, cajas de comida, paredes de durlock.
Desde el Bachillerato de Educación Popular y Casa Comunitaria Bajo Flores sostienen que «si la federal estaba buscando un prófugo, no precisaba destrozar nuestra escuela para ello, ni robar aceites y bolsas de comida que pertenecen a la comunidad». Asimismo aseguran que «este atropello a la educación y espacio de encuentro del barrio es una muestra (no gratis) de la violencia institucional legitimada que se manifiesta cotidianamente en este territorio. Bajo el pretexto de buscar un prófugo se naturaliza la violación de nuestros derechos y la destrucción de un espacio comunitario y educativo ganado y construido por les vecines y compas del barrio».
«Nuestres vecines nos conocen, muches de elles han completado sus estudios aquí y hemos compartido ferias, locros, bandas de música, bingos, fiestas de egresades, kermeses en la Chapatín o un mate tanto en el Bachi como en los pasillos o en las casas de les compas», destacan respecto al trabajo territorial que llevan adelante en uno de los barrios populares de CABA.
«Buscaban a un prófugo de la justicia, pero sólo se encontraron con juguetes, pizarrones, biblioteca y comida que se entrega al barrio» agrega el cominicado. Finalmente para los integrantes de la comunidad no hay duda que «el Estado es responsable».
Para tomar contacto: https://www.facebook.com/bachi.bajoflores

¿Qué hay detrás de la suspensión de clases en CABA?

26.5.2021

«En el marco del último DNU presidencial que dispuso un confinamiento de nueve días para zonas en Alerta Epidemiológica y Sanitaria, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires suspende las clases. Esta interrupción que habría de saldarse con tres días a finales de diciembre no tiene de dónde agarrarse. No es más que otra estrategia para ocultar la falta de recursos que el Gobierno de la Ciudad debió haber asignado a la ampliación del plan de conectividad. No obstante, ‘a partir del 31 se retoma la situación actual’, sostuvo Horacio Rodríguez Larreta el viernes pasado, lo que implica mayores contagios que se traducen en más muertes evitables: ¿será que renunciar a la presencialidad implica reconocer el craso error cometido al desobedecer el primer DNU del ejecutivo, causando decenas de contagios y muertes que se podrían haber evitado? ¿Será que para el GCBA la muerte no tiene peso? En lugar de capitalizar esta experiencia, el gobierno de la ciudad nos quiere imponer la idea rígida de que sólo es posible la continuidad pedagógica en forma presencial, y que no hay adaptación posible, ni siquiera en momentos críticos de expansión del virus», sostienen desde InterEscuelasxES, una agrupación independiente conformada por estudiantes, familias, docentes, trabajadores y trabajadoras de más de 70 escuelas de la Ciudad de Buenos Aires.

Compartimos la opinión de InterEscuelasxES:
La virtualidad no contagia: ¿Qué hay detrás de la suspensión de clases en CABA?
La suspensión viola el derecho humano a la educación: sin clases, sin soluciones y sin comida

En el marco del último DNU presidencial que dispuso un confinamiento de nueve días para zonas en Alerta Epidemiológica y Sanitaria, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires suspende las clases. Esta interrupción que habría de saldarse con tres días a finales de diciembre no tiene de dónde agarrarse.
Desde el colectivo InterEscuelasxES analizamos sin filiación partidaria las implicancias y trasfondo de esta decisión, y observamos que la suspensión completa de actividades escolares no es más que otra estrategia para ocultar la falta de recursos que el Gobierno de la Ciudad debió haber asignado a la ampliación del plan de conectividad. No hay razón alguna para dejar a lxs alumnxs sin clases en un contexto en el que bregamos por la importancia de la continuidad pedagógica.
El gobierno de la ciudad ha tomado a la Presencialidad como herramienta de disputa electoral. Impone en el imaginario social, mediante un oneroso presupuesto para publicidad y propaganda, provisto de 2407 millones de pesos, que sólo se puede educar en la Presencialidad y que la Virtualidad no es una opción.
Frente a otra cifra alarmante de fallecidos en un día (700 personas); ante picos de contagios (40.000); con la ocupación de las unidades de cuidados intensivos en un 90%; con personas cada vez más jóvenes que contamos entre víctimas del Covid; ante una cantidad creciente de niñxs internadxs, con más de 85 docentes fallecidxs (17 sólo en CABA), y cepas de un virus cada vez más agresivo, el GCBA, después de largas semanas usando todo tipo de herramientas para ningunear las medidas de prevención, no tuvo más remedio que acatar el DNU presidencial.
No obstante, “a partir del 31 se retoma la situación actual”, sostuvo Horacio Rodríguez Larreta el viernes pasado, lo que implica mayores contagios que se traducen en más muertes evitables: ¿será que renunciar a la presencialidad implica reconocer el craso error cometido al desobedecer el primer DNU del ejecutivo, causando decenas de contagios y muertes que se podrían haber evitado? ¿Será que para el GCBA la muerte no tiene peso?
Patricia Bullrich explicó que “esta semana no habrá clases porque el sistema no está preparado para la virtualidad”. Esto da cuenta de un desentendimiento rayano en la crueldad. En lugar de preparar a las escuelas para una transición paulatina de la modalidad virtual a una presencialidad responsable, hacia fines del año pasado, Larreta destinó el presupuesto más bajo para la Educación de los últimos diez años, quita a la que le sumó a principios de 2021 el desfinanciamiento del Plan Sarmiento, indispensable para la conectividad.
La falta de sensibilidad social y humanitaria del GCBA se ve reflejada en el hecho de que abandona a las familias más vulnerables, dejándolas sin canastas alimenticias durante toda la semana, así como en el gesto de desentenderse de la compra de insumos de bioseguridad, transfiriendo su responsabilidad a las cooperadoras escolares.
Todo esto, sumado al abandono generalizado del Estado a las escuelas públicas porteñas, demuestra que el discurso de que la educación es prioridad para el gobierno de la ciudad es falso. Es lícito suponer entonces que la razón por la cual se optó por suspensión en lugar de virtualidad, es la falta de reconocimiento del mencionado desfinanciamiento y sus consecuencias. Y, por elevación, para sostener la presencialidad como herramienta de disputa electoral.
El año pasado, directivxs y docentes trabajaron el doble y más para prepararse y adecuar las prácticas, los recursos pedagógicos y la infraestructura a la modalidad virtual. Y fueron ellxs lxs que garantizaron la continuidad a pesar de las falencias y las enormes deudas (como ejemplo basten las 6.500 computadoras que el GCBA tenía para repartir y aún las estamos esperando). En lugar de capitalizar esta experiencia, el gobierno de la ciudad nos quiere imponer la idea rígida de que sólo es posible la continuidad pedagógica en forma presencial, y que no hay adaptación posible, ni siquiera en momentos críticos de expansión del virus.
Junto a Larreta, Soledad Acuña, al frente del Ministerio de Educación hace caso omiso a las advertencias de epidemiólogos y sanitaristas; a las medidas de cuidados propuestas por los DNU y el Consejo Federal de Educación; a los informes científicos que demuestran que la presencialidad contribuye a la propagación del virus. Y tampoco informa a la población el nivel de contagios en escuelas y en transporte público. Y no informa porque reconocerlo implicaría, el automático cese de su cargo, o su inmediata renuncia.
Para InterescuelasxES la Educación es primordial, siempre y cuando estén garantizados los derechos inalienables de la Salud y de la Vida. Cuidar la VIDA es en sí mismo un acto educativo. Las medidas para pasar de lo virtual a lo presencial no deben ser partidarias, judiciales ni electorales.
Esperamos que pronto estén dadas las condiciones para volver a la presencialidad de manera segura, ya no como un lema vacío, sino como un lugar significativo de encuentro real con el conocimiento y la socialización, indispensables para construir una sociedad con menos desigualdad. Y esperamos también que el 31 de mayo, cuando concluya este breve período de confinamiento (que ya los especialistas advierten como demasiado breve para contener el nivel de contagios), nuestros gobernantes prioricen, por encima de todo interés, parámetros científicos y sanitarios.
Por todo ello, desde InterEscuelasxES exigimos:
• Virtualidad para no enfermar.
• Conectividad y dispositivos (incluidos a esta altura como parte de los Derechos Humanos).
• Vacunación masiva con prioridad para docentes y trabajadores de escuelas.
• Políticas socioeducativas para acompañar a quienes presenten problemáticas particulares (hijxs de trabajadores esenciales, alumnxs en proceso de integración, familias en situación de vulnerabilidad, u otras).
• Dispensas laborales para madres y padres trabajadores.
No estamos dispuestos ni vamos a naturalizar las cifras actuales que implican angustia, dolor, enfermedad y muerte. El principal criterio debe ser el derecho a la Vida.
Interescuelas por Educación y Salud” es una agrupación independiente de todo partido y gremio, conformado por estudiantes, familias, docentes y trabajadores de más de setenta escuelas de la Ciudad de Buenos Aires, junto con grupos en defensa de los Derechos Humanos y vecinxs de la ciudad.

Grupo de Mamis: La fuerza de la diversidad en la escuela pública

25.5.2021

Por María Schujer

Reflexión y propuesta acerca del papel que cumplen las madres (llamadas despectivamente “Mamis”) en el contexto educativo de la Ciudad de Buenos Aires, y sobre la fuerza de la diversidad en la Escuela pública.

Pocas cosas hay tan asépticas, incluso en esta era alcoholengelizada, como el grupo de mamis de WhatsApp: una superficie digital impoluta cuyo código no escrito se respeta a rajatabla: nada de política. Pero, cada tanto, los emoticones y los adjetivos se ponen en suspenso para dar paso a diálogos serios como el siguiente:
Ana mamá de Lucio: Chicas, ¿el lunes hay paro? ¿Alguien sabe?
Mariela mamá de Paula: Sí, hoy a la salida hablé con la seño y me dijo que adhieren.
Ana mamá de Lucio: Muchas gracias. Nos vemos el martes, entonces.
Todas (o casi todas) saben que los docentes paran porque en una escuela de Moreno estalló una estufa de gas y hay dos muertos. Pero eso no se menciona en el grupo de mamis porque eso es política y todas digerimos sin tropiezos esa visión de la infancia como un territorio preservado de todo lo malo. Y la política, se sabe, encabeza la lista de todo lo malo.
Pero estamos en 2021. La realidad irrumpió de manera trágica el año pasado. Y ahora se repite como comedia: el presidente decreta detener las clases presenciales y el jefe de gobierno de la ciudad se las ingenia para desobedecer la orden. Es domingo a la noche y las mamis empezamos a preguntarnos unas a otras si mañana ponemos o no el despertador. Comentarios como ese van y vienen, aún sin adjetivos ni emoticones. Todas sabemos que este esperpento televisivo nada tiene que ver con la educación, y ni se diga con la salud. No sabemos si es debido al exceso de budín y vino en cuarentena o a la grosera incertidumbre que ya es rutina, pero la moral y los cinturones se relajan, y las mamis empezamos a transgredir poco a poco el código de oro. Ese latiguillo que venimos repitiendo hasta la náusea (“por supuesto todos queremos que los chicos vayan al colegio”) muestra su verdadero ser, vacío y pringoso. Ante nuestros ojos, la anti política va desvaneciéndose para dar paso a algo tal vez mucho más peligroso: el divide y reinarás. Como quien descubre el agua tibia, empezamos a notar que esa masa democráticamente amorfa llamada (no sin displicencia y alta dosis de misoginia) mamis en realidad está formada por individuos con diferencias. Y los vaivenes de la época nos ponen en la obligación de exponer esas diferencias, destapar las zonas ciegas que venimos esquivando con diplomacia y emoticones. Hay que tomar una decisión individual y, para hacerlo, requerimos cierto consenso. Nos orillan a romper el pacto.
Analicemos la conformación de un grupo de mamis tipo: siempre hay dos o tres maestras (alguna con el hijo o hija en el mismo colegio) que padecen en primera persona la desidia de Larreta y Acuña. Ellas no pueden no mandar a los hijos al colegio porque tienen que ir a trabajar y no hay con quien dejar a los hijos. No están vacunadas. Si deciden adherir a las protestas, les descuentan dos días por cada día de paro. También hay mamis que viven con sus padres o con alguna persona de riesgo. No están vacunadas. Algunas decidieron exceptuar a los hijos o hijas, pero, como en el colegio no hay suficientes docentes, no se están dando clases virtuales. A veces, la maestra manda una foto del pizarrón como único material y la mami hace con eso lo que pueda. Están (estamos) las mamis combativas. Nos mordemos la lengua para no soltar el torrente de improperios acumulados contra el gobierno de la ciudad. Proponemos organizarnos, protestar, firmar pronunciamientos. Todas trabajamos. No estamos vacunadas. Están también las mamis silenciosas. Son muchas y aunque no se conoce bien el origen de sus convicciones, realmente creen eso de no usar a los niños como carne de cañón de un enfrentamiento político y no se dan cuenta (¿o sí?) de que al mandarlos, están haciendo política pura. No están vacunadas.
La discusión se caldea. Unas se lamentan por tener que mandar a los hijos, pero no tienen el privilegio de trabajar en casa. Otras piensan, aunque tal vez no lo digan, que menudo privilegio es tratar de trabajar con el hijo o hija revoloteando alrededor. Las maestras van al paro contra su propio bolsillo, a sabiendas de que eso complica la logística de las otras mamis. Otras deciden no mandar a los hijos, a sabiendas de que le están sumando trabajo a la docente. Todas estamos infringiendo alguna ley. La ciudad convierte un derecho en moneda de cambio y amenaza con contabilizar faltas y quitar vacantes. Los días pasan y las burbujas se revientan.
El abatimiento va ganando la partida. Ya nadie parece sorprenderse cuando, a través de un comunicado, el Ministerio de Educación de la Ciudad decide jerarquizar (sic) el rol de las cooperadoras, delegando en ellas la responsabilidad de adquirir, administrar y distribuir insumos de bioseguridad. De fondo, los medios insisten en que los niños y las niñas se angustian si no van a la escuela. Se apoderan de la bandera del derecho a la educación. En el antes compacto grupo de mamis, se metió Freud, el precio del alcohol en gel y hasta la Corte Suprema. Circulan cartas, petitorios, encuestas. Memes. Una mezcla de resignación y odio nos deja apenas a flote, boyando sin norte en la segunda ola.
Sin vistas a una resolución próxima, llegamos a los nueve días. Los comentarios en el grupo son pocos. La desorientación es nuestro estado natural. En un nuevo giro de timón, nos comunican que ahora los chicos y las chicas no solo no van al colegio, sino que no tienen clases de ninguna índole y, en lo que no puede leerse sino como un disciplinamiento, suspenden también la entrega de canastas alimentarias. No resulta claro si se trata de un accionar maquiavélico o son estúpidos con suerte, lo cierto es que, en menos de un mes, llenaron de agujeros el tejido social. Las maestras, las que tienen el privilegio de estar en casa, las que no lo tienen, las combativas y las silenciosas, las macristas y las kirchneristas, todas las mamis atomizadas en un sálvese quien pueda lastimoso y fútil.
Hasta hace poco y bajo el paraguas de la anti polítca, nuestras diferencias no tallaban: éramos sencillamente mamis (incluso en los grupos que tienen papis). El diminutivo nos tuerce la sonrisa porque sabemos que de todos los lazos que establecemos con el entorno, la maternidad es uno de los más divertidos, solidarios, sororos y productivos. Antes que cómplices del vaciamiento salvaje, preferimos ser mamis. Un término vilipendiado tras el que se esconde la fuerza de la diversidad de la escuela pública.

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