4.2.2021
Por Marilina Arias y Virginia Espeche
Este jueves 11 a las 17:30, se convoca a una asamblea para debatir las condiciones para un retorno seguro al aula. El lunes 8, las y los docentes vuelven a las escuelas. Proponemos asambleas por cada establecimiento y turno, abierta a las familias, auxiliares, trabajadoras de la cocina, estudiantes para ir preparando la asamblea general para coordinar e imponer protocolos acordes para la escuela pública.
Las cartas están echadas. El gobierno de la Ciudad con su nefasta ministra de educación Soledad Acuña y el Jefe de Gobierno Rodríguez Larreta, tomaron el guante del ministro nacional Nicolás Trotta. Le pusieron fecha a un inicio de clases sin contemplar ni protocolos seguros, ni consensuados, ni contemplan las mínimas condiciones de higiene y seguridad. No tomaron en cuenta ninguna de las propuestas realizadas por los docentes, las familias y los sindicatos y pretenden avanzar con una apertura indiscriminada.
Insisten que una burbuja es un grado/curso, cuando todos sabemos que hay aulas súper pobladas con más de 30 estudiantes en espacios reducidos. Durante todo un año de pandemia no hicieron nada para garantizar ventilación cruzada (que no es una ventana abierta), no hay baños suficientes, en muchas escuelas, hay problemas de falta de agua y no se destinó ni un peso para obras de refacción necesarias. Durante la campaña de 2019 publicitaron la construcción de “54 nuevas escuelas” pero un fallo de la jueza Elena Liberatori, por un amparo presentado por familias, Myriam Bregman y Patricio del Corro, legisladores del PTS FIT, advirtió que las escuelas que promocionaban como “nuevas” eran las mismas desde 2008. Es decir, no hicieron nada, solo marketing.
Tampoco tienen contemplado contratar más personal para que haya más burbujas; para eso se necesitan más docentes para trabajar con menos alumnos, cuidarnos entre todos y no tener que rotar, sobre todo aquellos docentes con más de un grado/curso. En secundaria directamente es todo un enigma. Con la pandemia se puso en cuestión, nuevamente, que trabajamos dos o tres cargos para llegar a fin de mes, con muchos estudiantes en simultáneo o los llamados “docentes taxis” que van de una escuela a otra. Igual suerte corren los auxiliares que se llevarán la peor parte de este plan.
Y ni hablar de una estrategia pedagógica acorde a los tiempos que vivimos. El gobierno se niega a discutir los contenidos, reacomodar la didáctica y mucho menos armar un plan para trabajar en forma personalizada con los alumnos. Tampoco se prevé garantizar conectividad gratuita ni dispositivos tecnológicos para aquellos que no puedan ir a la escuela. Es decir, quieren precarizar aún más la educación y a sus docentes.
Todo esto no solo pasa en la Ciudad de Buenos Aires. En estos días empezaron los conflictos provinciales, Jujuy y Mendoza tomaron la posta. Es que la política no es solo de Larreta, es también de los gobernadores provinciales de Cambiemos y del Frente de Todos como en la Provincia de Buenos Aires, donde en un año de pandemia Axel Kiciloff, no dispuso recursos para una apertura segura.
Mientras tanto, el ministro de educación Trotta sigue de viaje por las provincias empujando la apertura sin protocolos claros ni recursos ni medidas de higiene y seguridad.
Un plan de acción para cuidar nuestras vidas
Las y los docentes volvemos a las escuelas el lunes 8 de febrero. Toda esa semana, se vuelve imprescindible, impulsar asambleas abiertas en cada escuela junto a auxiliares, trabajadoras de la cocina y todas las familias y estudiantes, para discutir cuál es el protocolo y las condiciones de higiene y seguridad para una vuelta segura.
Un protocolo y un pliego construido de abajo hacia arriba, y para que nadie decida por nosotros. Que cada asamblea por escuela redacte sus mandatos de base y vote representantes –docentes, de familias, auxiliares y estudiantes- para potenciar nuestras fuerzas y construir una gran asamblea de toda la capital, convocada desde el sindicato Ademys para el Jueves 11 a las 17:30 en forma virtual, con la perspectiva de coordinar con las familias del colectivo por un retorno seguro, estudiantes secundarios, terciarios, auxiliares y el conjunto de la comunidad educativa.
Es necesario re organizar a todo el activismo, la izquierda y los sectores combativos, a todo luchador honesto que quiera dar esta pelea a fondo y no dejarle pasar más a Larreta y Trotta. Es una fuerza que en CABA es muy fuerte; si la unimos puede imponer un plan de lucha unificado para toda la Ciudad, exigiendo a UTE, CTERA y CTA que hagan lo que hoy no están haciendo, sacarlos de sus cómodos sillones y su cuarentena.
Por eso proponemos que esta asamblea resuelva una propuesta hacia la conducción de UTE de votar un plan de acción, un protocolo y pliego de reclamos común, para construir la mayor unidad posible, para derrotar estos planes aperturistas, donde la vida de las familias trabajadoras para estos gobiernos no valen nada.
¿Y las conducciones sindicales? ¿La CTERA y la CTA?
La CTERA, como confederación nacional, está completamente ausente de este debate, dejando aislada provincia por provincia. No están discutiendo integralmente y en todo el país, un plan común para el regreso a clases; funciona como un apéndice del Ministerio de Educación Nacional. Les importa solo el color político de cada provincia.
A esto debemos sumarle, una supuesta vuelta a una “nueva normalidad”, que con la modificación de protocolos ponen en peligro la vida y salud de millones de trabajadores.
Por ejemplo, acá en la Ciudad de Buenos Aires, los trabajadores del Subte empiezan a correr la misma suerte que los docentes. Ya realizaron un paro contra el plan indiscriminado de apertura que llevó a Metrovías a exigir a los trabajadores de más de 60 años, que son población de riesgo, que retome sus tareas.
Además, el debate por la vuelta a clases atraviesa a amplios sectores de trabajadores y trabajadoras, porque son las familias de nuestras escuelas. Todas las conducciones sindicales de la CTA, que integran poderosos sindicatos porteños, deberían proponer medidas comunes de organización: en el Subte un plan de conjunto sobre el transporte público que se verá colapsado con la apertura de las escuelas. En FOETRA, el gremio de telefónicos, podría impulsarse una gran campaña por Wifi y conectividad gratuita; en ATE y los estatales alrededor de las leyes de teletrabajo y los sindicatos de la Salud que podrían jugar un importante rol en la discusión sobre protocolos, condiciones sanitarias y cuidado de la salud en las escuelas.
Creemos que esta potente unidad, junto a los sindicatos docentes, empezando por UTE como sindicato mayoritario, podrían transformar el debate por un retorno seguro a clases, en una enorme fuerza, impulsando asambleas comunes para votar un plan de acción contundente que le pare la mano a Larreta, Trotta y las patronales ¿se pondrán en movimiento estos sindicatos o sólo harán marketing electoral contra Larreta?
# UNA BURBUJA, 10 ALUMNOS, UN DOCENTE Y MÁS CARGOS
Una propuesta que hacemos desde la Corriente 9 de Abril lista Marrón, es la organización de burbujas con no más de 10 estudiantes y un docente por burbuja, para trabajar en condiciones seguras, por nuestra salud y para evitar los contagios masivos. No es un capricho nuestro, es lo que aconsejan casi la totalidad de los especialistas infectólogos y médicos.
No queremos aumentar la propagación del virus, la sobrecarga laboral y empeoramiento de nuestras condiciones de trabajo. Tenemos que evitar el traslado de docentes a más de una burbuja en distintos grados, cursos y escuelas. Hay que repartir las horas de trabajo, crear cargos para todos los docentes que están sin trabajo, con plenos derechos y sin afectar el salario.
Para mejorar la enseñanza y el aprendizaje y con la garantía de mejoras en la infraestructura, el trabajo con parejas pedagógicas permitiría personalizar la relación pedagógica con nuestros estudiantes. No queremos naturalizar la doble o triple jornada que en perspectiva se traduce en enfermedades laborales que no jerarquizan ni el trabajo ni la salud de los docentes. Más empleo, más docentes, trabajadorxs auxiliares y de cocina, priorizando a las familias desempleadas de nuestras escuelas.