19.8.2020
Por Julieta Azcárate
Sería para quienes no tienen internet ni computadoras y lo anuncian luego del fuerte rechazo de la vuelta a clases presenciales en medio del pico de contagios, por parte de docentes, familias y sindicatos. Continúa sin solución el problema de la falta de internet y dispositivos. El gobierno nacional tampoco lo garantiza.
La ministra de Educación de la Ciudad, Soledad Acuña, presentó un protocolo al ministerio de educación Nacional, conducido por Nicolás Trotta, para que las escuelas porteñas funcionen como “espacios digitales” a partir del 31 de agosto. Esto consistiría en habilitarlas para las y los estudiantes que no cuentan con dispositivos ni internet en sus casas, lo que implicaría a 6500 en esta situación (aunque desde las organizaciones gremiales como UTE calculan unas 10 veces más, es decir 50 mil alumnos, un 20 o 25% del total) y a 634 escuelas (464 primarias y 170 secundarias).
El gobierno vuelve a la carga con la idea de abrir las escuelas como “espacios digitales”, sin que quede claro cómo serían los protocolos que regularían el funcionamiento y, sobre todo, sin dar ninguna respuesta al problema que se arrastra desde hace cinco meses de la falta de conectividad y dispositivos para todos los chicos y chicas de la Ciudad.
En lugar de dar resolución a esta grave problemática, que dificulta la educación virtual, plantean nuevamente que los chicos y trabajadores/as de la educación se expongan, en un momento de más de 1.000 contagios por día en la Ciudad, y sin que haya condiciones de higiene y cuidado garantizadas.
En los barrios más pobres de la Ciudad, como el Bajo Flores, el 94% de las y los estudiantes utilizan el celular para acceder a las tareas de la escuela, de los cuales el 61% lo comparte con toda la familia. Y en Villa Soldati, sólo el 14% tiene wi fi, mientras el 7% de las computadoras que entregó el gobierno funcionan, pero un 95% hizo el reclamo y no obtuvo respuestas.
A su vez, el ministro Trotta, rechazó el regreso a clases presenciales en el AMBA, pero aún no se pronunció por este protocolo que presenta la ministra Acuña para los “espacios digitales”, aunque si adelantó que acuerda con la posibilidad de que los gabinetes informáticos puedan empezar a abrir con protocolos y turnos. Sin embargo, ¿qué medidas toma para que las y los estudiantes tengan garantizado su derecho a sostener la educación virtual? ¿Por qué no reparte las computadoras necesarias? ¿Por qué no garantiza internet gratis?
El acceso a internet está lejos de ser universal. Según datos del Enacom, solo el 63% de los hogares tiene conexión a internet, es decir 1 de cada 3 hogares no accede a este servicio, con cifras muy dispares según zona y localidad. Los aumentos de tarifas en estos servicios se vienen sucediendo sin cesar. Bajo el gobierno anterior, sólo en 2019 aumentaron un 64% y en los primeros meses del 2020 un 35%. Esto determina, como es de público conocimiento, que estas empresas obtienen ganancias siderales. Los monopolios de las telecomunicaciones, como Clarin y Movistar, durante la pandemia, son de las grandes ganadoras. Telecom/Clarin tuvo ganancias en el primer semestre del 2020 por 1961 millones de pesos y la multinacional Movistar/Teléfonica a nivel mundial ganó 831 millones de euros.
Como hicieron con el agua en la villa 31, donde se pasaban la pelota sobre las responsabilidades, del gobierno porteño a Aysa, conducida por Galmarini del Frente de Todos, y a la inversa, con el problema de la conectividad y los dispositivos hacen lo mismo. Nadie se hace cargo, nadie da respuestas. Y los que siguen con los derechos vulnerados son los pibes y pibas, sobre todo de los barrios más pobres.
Desde los sindicatos, Angélica Graciano, secretaria general de UTE, dijo que “La brecha digital es brecha educativa. Y a la brecha educativa no se la resuelve estigmatizando. La solución está en las políticas públicas que equiparan condiciones y garantizan derechos”, responsabilizando a Rodríguez Larreta por la falta de políticas públicas. Sin embargo, ni una palabra de la responsabilidad del gobierno nacional, del Ministro Trotta.
La Garganta Poderosa hizo un relevamiento que muestra que para garantizar la conectividad en los barrios más carenciados, sólo hace falta invertir $ 98.200.000. Con esto podrían garantizarse: 64 nodos digitales, en todas las provincias; 100 salas de computación, cada una con 3 tablets, 3 notebook gama media, 1 PC armada, 2 impresoras multifunción; 16.000 kits de útiles escolares, con cuadernos de tapa dura, juego de pinturas, lápiz negro, birome, regla; y 300 promotores educativos.
Números que alarman
En la Ciudad, la propuesta de Larreta de regreso a las escuelas puso en evidencia el problema estructural de la educación pública, que se profundizó durante la pandemia, alcanzando niveles altos de deserción y desigualdad educativa.
Sin embargo, esta realidad no es exclusiva de la Ciudad de Buenos Aires. Nadie habla de la provincia gobernada por Kicillof, donde la “brecha digital” también se profundizó con la pandemia. Esta es una realidad de todo el país.
En un estudio realizado por la Consultora Argentinos por la Educación, los datos que se ven a nivel nacional son alarmantes.
De un universo encuestado de 8.632 escuelas de gestión estatal del ámbito urbano, dio que el 56% de los estudiantes, es decir, más de la mitad, usa celular para acceder a los contenidos educativos, mientras que un 72,4% utiliza un dispositivo de uso común en el hogar, o sea compartido con el resto de los miembros. A su vez, que el 80% usa whatsapp para educarse, mientras que sólo el 5,9% usa plataformas como zoom.
También que 6 de cada 10 casos reportan conectarse a internet vía WiFi o conexión de banda ancha, pero en la misma proporción, registran que tienen un servicio de internet poco adecuado para fines pedagógicos, es decir, con conexión inestable.
Otro estudio, titulado “Volver a las escuelas”, realizado de manera conjunta por la Fundación Voz y la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), arrojó como dato que durante la pandemia el nivel de abandono escolar oscila entre el 25 y el 45%, según los contextos sociales, geográficos, tecnológicos y culturales de los estudiantes.
Mientras que en la Ciudad, en primaria encontraron que 1.609 estudiantes, es decir el 1,37% de la matrícula total, perdieron vínculo con la escuela durante la cuarentena. En secundaria, como se esperaba, el problema es mayor: alcanza al 3,81% de la matrícula, un total de 3.525 chicos.
Estos datos muestran que las “maravillas” de la educación virtual, que tanto halagaron los funcionarios y funcionarias, se cae por sus propios números. La desigualdad educativa se profundizó, y desde los gobiernos no tomaron medidas a la altura de las necesidades.