5.4.2024
Personal médico, de enfermería y trabajadores de la salud en general, reclaman al Gobierno de la Ciudad la falta de prevención e insumos básicos para combatir el dengue en los hospitales públicos porteños. Denuncian que el Ministerio de Salud no envía la cantidad de reactivos necesarios para los análisis clínicos de la enfermedad; que no distribuye repelentes para quienes atienden ni para los pacientes, y que no instala mosquiteros para evitar la entrada de los insectos. Asimismo, destacan que no hay un trabajo sanitario profundo en todo el distrito, dado que carece de controles reales en las obras que actualmente hay en la Ciudad, donde se produce acumulación de agua y el descacharreo no existe.
Si bien cambian las formas, la ausencia de la gestión de Jorge Macri para combatir el dengue reproduce la misma lógica respecto a la carencia de políticas del Gobierno nacional del libertario Javier Milei. La crítica de especialistas médicos y trabajadores de la salud, van más allá de la falta de insumos necesarios para combatir la epidemia que afecta al país.
“La realidad es que la Comuna 1 y la Comuna 15 son las zonas más afectadas por el dengue y el hospital de referencia de la 15 es el Tornú. En términos generales hay una situación real: nosotros no tenemos ni siquiera repelentes para los trabajadores del hospital, ni para los pacientes. Tampoco nos envían los reactivos necesarios para realizar los estudios”, explica Gabriel Rosenstein, médico clínico del Hospital Tornú. “Insisto en esto que es algo básico, si yo tengo pacientes que van al hospital y tienen dengue y no le pusimos repelente mientras esperaban, la posibilidad de que ese paciente contamine a otro mosquito y ese mosquito infecte a otro que no tenía son muy altas”.
Para el especialista hay falta de planeamiento general para prevenir el dengue en todo el distrito porteño “la Ciudad actúa bajo la lógica liberal de oferta-demanda y no planifica. Entonces, en algún momento del año hay cosas que en salud hay que planificarlas. Hay una epidemia como ahora y no hay reactivos, más allá de los que habitualmente uno usa por año. Como ellos no planifican a veces hay reactivos y muchas veces faltan porque hay demanda y no estás cubriendo la demanda que tenés”, analiza Rosenstein.
El médico clínico profundizó sobre la falta de planeamiento de la Ciudad y cuestionó, además, la ausencia de controles del Gobierno porteño en los lugares donde hay acumulación de agua y carencia de descacharreo como en todas las obras existentes en el distrito.
“En el Tornú todavía tenemos los restos de árboles que se cayeron en la tormenta de diciembre. Sumado, por ejemplo en la Comuna 15 tenés el viaducto del tren San Martín que está absolutamente abandonado ahí nadie del Gobierno realizó el descacharreo, y tampoco ni hablar de las obras en construcción que hay en toda la Ciudad. Nadie controla esas obras donde después de una lluvia hay acumulación de agua, materiales, chapas y diferentes elementos por todos lados”, continúa Rosenstein.
De acuerdo a información oficial del Gobierno porteño y ante el aumento de las consultas por casos de dengue, se habilitaron Unidades febriles en 18 hospitales públicos. Según el Ministerio de Salud porteño, “estos circuitos cuentan con protocolos de atención específicos” que consta de cuatro pasos: “Cuando el paciente llega a la unidad de atención se realiza la admisión del mismo, con el empadronamiento. Luego pasa a una sala de espera, con médicos y enfermeros que contienen al paciente. Allí se realiza el examen clínico y, en caso de que se requiera, la hidratación local, ya que en estos casos es muy importante prestar atención a los posibles cuadros de deshidratación que se generan”, argumenta la información oficial.
En ese sentido, el licenciado en enfermería Héctor Ortiz, desmiente la instalación de unidades febriles en todos los hospitales. “Por ejemplo, la UFU (Unidad Febril de Urgencia) antes en el ex hospital Casa Cuna estaba y ahora no está, y además me gustaría dejar algo en claro porque las UFU están trabajando sin los insumos necesarios, ni mosquiteros te ponen para evitar el ingreso de los mosquitos y ni hablar de repelentes que no enviaron a ningún hospital”, destaca el profesional de la salud.
Ortiz subraya la importancia del trabajo que están realizando en cada uno de los nosocomios y la falta de escucha al reclamo del conjunto de los profesionales médicos y de enfermería: “De las 200 personas que pasan a testearse por los hospitales, el 60% está dando positivo de dengue y nos enteramos a los 15 días porque no hay reactivos. Es decir, no hay un seguimiento real de la enfermedad hasta que el Gobierno se digne a comprar los reactivos, es un problema muy grave que se suma a la falta de campaña y necesitamos que fumiguen aunque la fumigación no mata a la larva ni a los huevos pero ayuda bastante”, suma.
A la carencia de recursos y materiales que reclaman los profesionales, se suma la falta de garantías respecto a la salud del personal médico y de enfermería. “Es urgente que el GCBA comience una campaña de vacunación con los trabajadores de la salud, en especial sobre quienes ya tuvimos la enfermedad como es mi caso. Pero no solamente a los trabajadores sino a la población, esto es una epidemia y diferentes estudios advierten que el año próximo va a ser mucho peor”, concluye Ortiz.
El Ministerio de Salud de la Nación informó que en lo que va de la temporada 2023/2024 “se registraron en Argentina 180.529 casos de dengue (90% autóctonos, 7% en investigación y 3% importados), de los cuales 163.419 se registraron desde la semana 1 a la semana 12 de 2024. La incidencia acumulada hasta el momento para el total país es de 384 casos cada cien mil habitantes”.
Ante esta situación el GCBA reconoce la epidemia y “frente al aumento de casos en toda el Área Metropolitana, la Ciudad le pide a los vecinos reforzar al máximo las medidas de prevención”, señala el comunicado porteño y deja sólo en manos de los habitantes la prevención de la epidemia destacando algunas medidas como: dar vuelta botellas o baldes para evitar que se acumule agua; limpiar, cepillar y cambiar todos los días el agua de aquellos recipientes que contienen o acumulan agua, como el drenaje del aire acondicionado, floreros y bebederos de animales; y tapar los recipientes que son utilizados para la recolección de agua, como tanques, barriles o toneles; entre otros.
“Si bien la prevención es responsabilidad de todos, con la falta de recursos e insumos que padecemos en los hospitales, el GCBA no se hace cargo de su parte que es la más relevante de todas”, destaca Rosenstein.