Ofelia Fernández: “Estamos abandonando la posibilidad de disputar ofensivamente con la derecha”

26.7.2023

POR DIEGO MONETA, AGUSTIN MENA Y MANUELABARES PERALTA

Ofelia Fernández, legisladora de la Ciudad de Buenos Aires sobre diversos temas que rodean a la campaña electoral.

Partamos desde el cierre de listas. ¿Por qué decidió no ser parte de las candidaturas en la Legislatura?
Ofelia Fernández: Hubo varias razones que ordenaron esa decisión, que fue muy pensada, pero fue tomada de un momento a otro. Por un lado, la situación particular de la Ciudad de Buenos Aires y las características del cierre. Con Pedro Rosemblat habíamos hecho un planteo en relación a lo que creíamos que había que hacer y finalmente la decisión que se toma es ir en lista única. Me pareció que lo más coherente u honesto era que ese proceso ocurra, apoyarlo, pero sin ser parte ni candidata, ni teniendo que dirigir algo que no es contrario, pero sí diferente a lo que prefería que pase.
Por otro lado, siendo sincera, antes de que aparezca la posibilidad de la propuesta con Pedro, ya venía pensando en no renovar meses atrás. Es un poco personal, sé que tal vez no es la mejor manera de orientar decisiones políticas, pero teniendo en cuenta que empecé muy temprano este proceso y que quizás me quede un largo tiempo, tuve la intención de no entrar ya en una dinámica de renovar automáticamente sin buscarle primero el sentido. En especial en este contexto particular del país, que es de apatía total, incluso de antipolítica, sobre todo pensado en términos generacionales, pero la sociedad en general. Se puede corroborar con el nivel de participación que viene habiendo en los procesos electorales.
Creo que es un buen momento para defender la política como herramienta de transformación de la realidad sin que parezca que estas defendiendo tu banca, sueldo, despacho y asesores. Creo que son los menos en nuestro espacio los que hacen política con esa intención, para no ponerme en el lugar de la correcta éticamente, siento que le va a venir bien a las transformaciones que queramos discutir en nuestros espacios institucionales, que es una disputa fundamental la de los espacios de definición y que si no ocupamos lo hacen otros. Eso me llevó a hacerlo en 2019, pero creo que va a venir bien para las discusiones que se den en esos ámbitos que algunos de nosotros los defendamos como militantes simplemente, y que recuperemos ese espíritu o volvamos a intentar contagiárselo al resto de la sociedad.

En otra entrevista usted explicaba que, según cree, tiene una plataforma para seguir su tarea sin estar en la Legislatura, donde tampoco estaba logrando demasiado. Bajarse también tiene sus complejidades. ¿Hay algo de vértigo en esa posibilidad de quedarse afuera?
OF: Sí, claro, pero ese planteo era genuino. Hay una particularidad, además, que es que con mi edad mi única posibilidad era reelegir en la Legislatura. Hay algo de un espacio que el oficialismo controla, que mediáticamente bloquea o neutraliza, en muchos casos con éxito, y que mi manera más cómoda de hacer política es del plano reivindicativo-programático, porque así fue toda mi vida si bien hay otros elementos de la discusión política que me son atractivos e interesantes.
Siempre mi mayor manera de ordenar políticamente lo que hacía fue el programa, desde que era piba en el centro de estudiantes. De la misma manera intenté trabajar en la Legislatura, encontrando conflictos específicos, pero intentando darle legitimidad a una respuesta que ofrezca yo misma. En un lugar que sabes que eso no pasa es un desperdicio. Ahí se me hizo un poco más fácil, pero en todos los escenarios hay riesgo. También renovar me iba a dar un vértigo porque es difícil reinventar tu rol en un lugar que ya conoces demasiado tus limitaciones.

El riesgo puede ser quedar en una banca gritando sola, que tampoco está bueno. Por otro lado, has hablado de distintas problemáticas que nos atraviesan y es importante ver que están siendo dichas por alguien.
OF: Sí, que tal vez me rinde por un tiempo. La idea fue un poco que la gente se entere lo que se discute en la Legislatura. Puedo constatar que con el bloque se hizo un esfuerzo enorme por intentar rediscutir la hegemonía macrista en la Ciudad y nuestra autoestima en esa pelea. Creo que con Lu Cámpora y Maru Bielli, sobre todo por un tema de perfiles, pero también con un montón de otros compañeros y compañeras en sus áreas, nos desvivíamos pensando estrategias para romper ese cerco e incomodarlos de alguna manera en las discusiones más internas, pero también hacia afuera, que es tal vez lo más difícil.
Creo que quedó como un espíritu para el trabajo del bloque. No es una discusión menor la de la representación en un sentido mucho más profundo del que conocemos. En esta cima de apatía, justamente, hay que discutir qué pretendemos representar además de cuadros de nuestras organizaciones, darles un volumen a esos espacios en términos de recorridos organizados. Es también la misión esencial de mi espacio político dentro de la coalición, que es el Frente Patria Grande, que es tener la pretensión de representar algo más que al electorado sino un recorrido más puntual.

¿En esa línea la convocatoria por parte de Juan Grabois en su momento?
OF: Sí, creo que es en parte para animarme a plantearlo con esta discusión, no asimilar las reglas del espacio e intentar estar a la altura de ese deber ser sino lo contrario. No fue fácil porque toda la primera parte del camino, por la hostilidad y la violencia, me daban la sensación de que tenía que acomodar un poco mejor. Fue al revés, una vez que decidí incluso asumir con mayor claridad ese rol de provocación, no sólo de construcción programática, de tensión con ese lenguaje lo más transparente posible, es cuando más pudo trascender la Legislatura.
No existe tal cosa como la mala prensa. Mi mayor lección del proceso fue aprender que esa hostilidad se me convierta en una oportunidad de ampliar el segmento de conversación, no siempre positivamente. Muchas veces, enojados o puteándome, reproducen mi agenda y eso es publicidad gratuita. Es una discusión que está ahí, en un lugar como la Legislatura que tiene como objetivo que no existan o, más bien, que no las vean ni se conozcan. Le conviene mantenerse en esa oscuridad.

¿Cómo fue la convivencia con el oficialismo porteño dentro de la Legislatura?
OF: Tranquila, todos entendemos las diferencias por las que estamos ahí. En general, no me pasó nada muy turbio. Sí, tal vez, cuando terminaba la sesión y yo acababa de tirar una me hacían chistes. Hace poco, en el marco de la discusión de un conjunto de medidas para el acceso a los alquileres, eran muy malas y me irritó mucho ese proceso. Había salido con una campaña y había construido un lugar de interés en el tema. Intenté discutir de manera poco dogmática, hay muchos tipos de herramientas, pero la Ciudad no usa ninguna ni considera pertinente su intervención en el problema. Eso es contrario a sus potestades establecidas.
Al final, les reconocí que al menos reconocieron que los gobiernos locales tienen herramientas, pero eligieron las peores. Hay ciertos temas sobre los que eligen no hacer para que parezca que sólo el gobierno nacional puede tener intervención y entonces cuando la cosa esté mal no se lleven la responsabilidad política. Fue un avance que digan cuáles eran sus medidas para contener la crisis de los alquileres. Los reconoce en un lugar de posibilidad, que para mí ya es una ventaja porque asumen que son interlocutores con los que discutir esta falta.

Medidas que de por sí eran muy malas.
OF: El punto es que todo ese proceso fue a las apuradas, se notaba mucho que era un paquete de campaña. Algo que es quizás el principal drama de la Ciudad, por su transversalidad en términos generacionales y sociales, tenía ganas de que al menos la comisión de la que soy vicepresidenta se reúna y tenga una buena cantidad de reuniones. Tenía comentarios específicos, incluso con algunos puntos de lo que ellos habían traído, con otros ya el problema era conceptual.
Eso nunca pasó, en una semana te mandaban el dictamen diez minutos antes y tenían que tener el anuncio de campaña. Había un proyecto de suma gravedad que era la modificación de la ley de plusvalía, que es una de las pocas herramientas que hay para condicionar desarrollos inmobiliarios en función de posibles necesidades que tiene el Estado, como contraprestación de la norma que les facilitas, que era sólo económica, planteaban una exención del pago. La única herramienta funcionando bien se volvía prácticamente gratis, lo que para mí era criminal, por lo que dije que no me sorprendería que alguno se lleve un departamento.
Ahí se enojaron mucho los legisladores, pero creo que es más arriba donde se pone oscura la cosa en el Poder Ejecutivo de la Ciudad de Buenos Aires y no sería la primera vez. Yo sigo con mi planteo firme. Con proyectos que no le sirven de nada a la Ciudad, pero sí tanto económicamente a grupos muy específicos, me cuesta pensar que haya gente que pueda regalar tanto a su ciudadanía y a quienes gobiernan gratis. Tal vez estoy equivocada y soy muy conspirativa.

Al principio de su camino se encontró con mucha agresión, como aquella vez de Roberto García Moritán durante el mundial, tanto por su edad como por ser mujer, lo que le pasa a muchas más que quieren disputar lugares de conducción. Para esas mujeres también fue una referencia. ¿Qué puede decirles?
OF: Aquella vez Moritán hizo toda la performance en Twitter pero me llamó pidiendo perdón muy preocupado. Si estaba arrepentido tenía que decirlo públicamente, a mí no me importaba ni que me pida perdón ni el video. En definitiva, lo peligroso es que se volvió una estrategia de algunos sectores y personajes de la política para crecer, es decir, tomar de punto y hacer contraposiciones de falsa rebeldía o incorrección con referentas mujeres.
Yo le decía a Moritán: no me pidas perdón porque sé que lo haces a propósito. Su presidente de bloque estaba en Qatar y el venía a mi despacho. Era lo que sabía que le podía dar likes en esa red social. Se convirtió en una estrategia para que crezcan personas mediocres, y así como lo pone un poco jodido, lo despersonalizó. No es personal, no tiene que ver conmigo, sino con que, como a mí entender no llego por mis propias virtudes sino por un momento histórico.

El movimiento de mujeres y sus demandas.
OF: Claro, el movimiento feminista ocupando la agenda pública y exigiendo a la política institucional con algo tan contundente y masivo. Soy resultado de un momento histórico, con características generacionales muy potentes. Tiene sentido que me pichen, es una manera de intentar domar esa potencia, que saben que es más grande que yo, sino no se esforzarían tanto. Entender que no era personal, pero sobre todo que ese temperamento tiene un efecto, que lo estamos viviendo. Han logrado estigmatizar, burlar, silenciar una parte de esa agenda en nombre de cosas bastante asquerosas y también por concesiones nuestras. Estamos en una etapa rara del campo nacional y popular donde somos adictos a hacer concesiones narrativas y simbólicas.
Al principio no me molestaban tanto esos ataques como cuando los propios compañeros pasaban a asumir como lo canchero despegarse de lo mío o lo mío del espacio, que en 2020 pasaba. Más feo que el ataque sistemático de un grupo o de una fuerza política que se va a construir y crecer en base a ese contrapeso, como los libertarios, como pueden ser los libertarios que querían sumar jóvenes, entonces armaban en mí la joven que no tenía un sentido político fuerte, que yo podía entenderlo que les sirva como contrapunto para fundarse generacionalmente, lo peor es cuando te entregan los compañeros, que después se calmó.
Lo traigo para hacer una reflexión y pensar como revivimos esas potencias. A pesar de que siento que salí bien parada de ese proceso, creo que muchas de mis reivindicaciones, agendas y discusiones no. Eso es lo que me preocupa al final del día. ¿Cómo lograr que nuestro campo abandone esa tendencia? Están todo el día diciendo que los planeros son unos vagos y nosotros no vamos a decir eso, pero hacemos concesiones narrativas. Ellos nos narran, les creemos y armamos nuestra nueva verdad que es que hay convertir los planes en trabajo.

Es un engaño tramposo.
OF: La realidad es que no se puede vivir sin trabajar, viendo los montos de esa política social fácilmente te das cuenta de que no se puede vivir con un Potenciar Trabajo. La gente trabaja y complementa. Hay un problema en que nos hayamos pasado cuatro años contándole las costillas a los pobres midiendo la política social. Algo que Cristina expresó muy bien cuando discutía que esto era el 1,9% del PBI y hay un 4,5% en exenciones al poder económico concentrado, quizás la obsesión en lo primero es un poco desmedida.
En la misma línea, perder la elección de 2021 y que lo primero que se nos ocurra, a nosotros mismos, sea decir que el problema de exceso de agenda de minorías, un exceso de ampliación de derechos, que se pierde por el aborto y el cupo laboral trans. Hasta donde yo sé, la ampliación de derechos también es un elemento crucial en la construcción de los gobiernos populares, así como la justicia social y la redistribución de la riqueza, que son las partes que faltaron. ¿Cómo le vas a echar la culpa a lo único que se hizo que es una parte fundamental? Tal vez el problema es que no hubo justicia social, redistribución de la riqueza ni autoridad política.
Esas lecturas eran de los nuestros, entregando rápidamente a esos movimientos en el afán de intentar proteger no sé qué cosa, porque creo que lo mejor que se podía hacer en ese momento era asumir la necesidad de un cambio de rumbo. Ojalá hubiese sido ese mensaje, hubiéramos llegado mejor a este momento, que es el de las reales definiciones. Creo que nosotros estamos abandonando lentamente la posibilidad de disputar ofensivamente con la derecha violenta y reaccionaria.
Como máximo, retrocedemos un poquito y nos atrincheramos algunas cosas, pero siempre retrocediendo. A mí eso es lo que me preocupa a largo plazo y la razón por la que, en definitiva, me la banqué y seguí intentándolo, porque entiendo que hay una serie de cosas en pugna en este momento de la discusión política que me preocupan y siento que puede profundizarse, que es nuestra manía de hacer concesiones para las discusiones que no nos estamos animando a dar o a defender con más temperamento.

Parte de su campaña con Pedro Rosemblat fue pujar para que se den algunas discusiones que no se estaban dando en la Ciudad de Buenos Aires. ¿Qué cuenta pendientes hay en este distrito para el campo nacional y popular?
OF: Lo cierto es que no teníamos ninguna posta, lo discutíamos con la dirigencia que se sentía atacada al pedo. Lo que decimos es que hay que asumir algo diferente a la resignación en el distrito, entonces hay que abrir y habilitar una discusión sobre cuál es la mejor estrategia. Ahora, habiendo pasado un tiempo, creo que se abre una oportunidad por las dificultades que está teniendo el oficialismo de la Ciudad para tramitar su relevo en una interna particular que ya arrancó media accidentada.
Ahí hay una oportunidad y a Leandro Santoro lo veo entusiasmado. No es que la única manera de hacer esa demostración era la que creíamos, esta lista tiene una oportunidad de demostrar estar a la altura y estoy muy expectante de que así sea. Es lo que voy a militar, votar y acompañar. De todas formas, el planteo era que si ellos están 16 años ganando vos estás 16 años perdiendo, lo cual es una obviedad, aunque no haga efecto en las discusiones del distrito.
Ellos tienen una maquinaria jodida de enfrentar y tienen virtudes para llegar a esas victorias, pero en el medio estamos perdiendo esas elecciones. Nosotros tenemos que hacer una revisión de la estrategia, adaptada a lo que creemos puede ser lo más jodido de afrontar para esa maquinaria justamente. Esa era la idea para abrir una nueva discusión, dos campañas o miradas, ni siquiera te digo dos programas porque creo que ahí es donde más nos encontramos. Si hay algo que esta fuerza política ha hecho en la Ciudad es esforzarse mucho en construirlo, en tener esas ideas, en estar presente en los conflictos y traducirlos en alguna propuesta. El problema es que eso no se ve. No tenemos una fuerza política capaz de mostrar y canalizar ese trabajo. Ideas nos sobran, hay que poder nuclearlas en una alternativa que sea igual de creíble para el resto de las y los porteños.

¿Qué es lo que pudieron demostrar?
OF: Quedó la intención de demostrar una cosa que le pasa mucho al peronismo porteño, que es sentir una contradicción esencial en lo peronista y en lo porteño como conjunto, como ser orgullosamente peronista y vergonzantemente porteño. Lo que también intentábamos hacer es dotar de orgullo a las dos partes.
Hay algunos de nosotros que tenemos que asumir un rol activo en la discusión sobre la Ciudad en lo particular, incluso a riesgo de que personas de otras provincias nos digan que no le interesa, lo cual es legítimo también. Hay un montón que asumen ese rol, no es ninguna revelación. A pesar de que no está pasando, algo del espíritu de lo que hicimos y las discusiones que fuimos dando cale o pegue en la campaña que se está haciendo.

Matías Lammens le reconoció que la van a necesitar para la campaña.
OF: Sí, cuando dije “entregada” no me refería a ninguno de la fuerza política sino en términos más abstractos. Con Matías hicimos la campaña en 2019 re contra juntos, lo requiero y para mí fue muy buena, obvio atado a un contexto nacional que ayudaba. Se armó algo potente, la pasé bien y él me pareció un buen candidato. Me dice eso y me lo espero porque siempre hablé y crucé ideas, sobre todo con Manuel Socías, que es del espacio de Lammens en la Legislatura y es uno con los que más laburé muchísimos temas, en especial vivienda y alquileres.
Siempre me sentí compañera de esos compañeros. Con Mariano Recalde también. El planteo que hicimos fue político, incluso lo fui hablando con gente que creía en la otra estrategia y no está mal. Tenemos esta idea y tenemos que ser capaces de articularla e ir a buscar distintas conclusiones sobre lo que pasa en la Ciudad. Le cuesta eso a nuestra fuerza política, a nivel nacional también.

¿En qué sentido?
OF: Ahora se puede ver muy claro con la primaria que hay en Unión por la Patria, en la cual estoy militando la candidatura de Juan Grabois, pero nos está pasando algo insólito que es pasar mucho más tiempo discutiendo la interna, empleando mayor despliegue y tenor argumentativo en disputar los votos que están adentro, que buscando los votos que están afuera. Somos nosotros los que reniegan o resignan capacidad para articular roles diferenciados en una fuerza política que obviamente tiene matices.
La unidad del peronismo o del campo nacional y popular no es gratis, viene con matices. El problema nuestro es no poder asimilar una manera natural o normal de procesar esas diferencias. Cuando pienso en esos planteos, de diferencias en la estrategia, creo que tenemos que aprender a procesar que eso pase y democratizar esas definiciones, porque en lo táctico capaz es menos necesario, pero en la estrategia lo menor es abrir a que los compañeros y las compañeras puedan ser parte y aceptarla más sanamente.
Estoy cansada de los cruces massismo-graboiscismo que no intentan buscar votos afuera. Soy imparcial, pero siento que sólo me estoy dedicando a intentar generar programas o discusiones que queden o puedan ser entendibles para cualquier elector. Entiendo que todo el mundo juega un poco a eso y que, por mi propio humor o animosidad en la discusión, veo que es sobre todo el más massista que Massa el que se pasa de rosca y vigilantea un volante en aymara pero después no te puede dar un argumento más que haber bajado la inflación a 6%, que no va a alcanzar para convencer a un voto en blanco.

¿Qué opina de la interna oficialista en la Ciudad?
OF: Como primera aclaración, porque aparece mucho entre compañeros esto de votar a Martín Lousteau en la primaria, soy testigo de que el bloque radical vota las mismas cosas, trabaja en la misma línea y construye los mismos sentidos que el PRO. En los temas que se diferencia ahora discursivamente no se diferenció en ninguna votación. Serán versión de buenos y malos modales del mismo programa y la misma lógica, que para mí está agotada en un punto en la Ciudad.
Me preocupa que, muchas veces, nuestros propios compañeros y votantes consideren que la única manera de renovar la conducción del distrito sea que la haga la Unión Cívica Radical. Tenemos que confiar en que nuestra fuerza política, con nuestro candidato, que es uno y su contexto, puede estar ahí para garantizar ese cambio de rumbo. Además, estoy harta del “voto politólogo”, votá lo que quieras y ya.
Es una interna que está mostrando muchas dificultades que nosotros tenemos que aprovechar. Creo que nuestros candidatos van a estar ahí para intentar aparecer como esa alternativa. Cuando ellos, cada uno desde miradas distintas, asuman su propio desgaste, ojalá lo podamos hacer. En eso estamos.

Bregman y Adaro: “La Ciudad de Buenos Aires no puede ser un botín de Juntos por el Cambio eternamente”

25.7.2023

Jorge Adaro, docente perseguido por el macrismo y precandidato a jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires por el Frente de Izquierda, destacó la pelea contra el modelo de ajuste y la especulación inmobiliaria. Acompañado por Myriam Bregman, precandidata a presidenta por el mismo espacio, destacaron la importancia de fortalecer a la izquierda y volver a poner en el eje del debate “las necesidades de los trabajadores y los sectores populares de la ciudad que son permanentemente expulsados”.

Jorge Adaro, docente perseguido por el macrismo en la Ciudad de Buenos Aires y precandidato a jefe de Gobierno por el Frente de Izquierda, participó en el programa Conflicto de Intereses que conduce Juan Amorín por C5N. Junto a Myriam Bregman, precandidata a presidenta por el mismo espacio, destacaron la importancia de la pelea de la izquierda de CABA y por qué es importante levantar un modelo opuesto por el vértice al modelo de ajuste y negocios inmobiliarios de Larreta y Juntos por el Cambio.
“Es un desafío que lo tomamos con mucho gusto, con todo lo que podemos brindar desde la experiencia de ser un trabajador que en la Ciudad de Buenos Aires es parte de una organización sindical que viene planteando y denunciando todas las políticas del gobierno, en una lista que mi partido Izquierda Socialista integra junto con el PTS que lleva a Myriam Bregman y a Nicolás del Caño como candidatos” comenzó señalando Adaro. Y agregó: “Lo primero que tenemos que ver nosotros es, por un lado, que hay cierta correspondencia entre lo que sucede a nivel nacional en términos de ajuste y que hay una unidad también en la ciudad de seguir planteando un modelo de esas características. Por eso es importante para nosotros tener la voz de la izquierda que plantee cosas distintas, nosotros necesitamos hablar de mejorar el presupuesto educativo, de mejorar el presupuesto en salud. Pero también hoy hay un hecho que nos parece muy importante, porque es un problema de la ciudad, que tiene que ver con la vivienda. Hoy a la mañana en Chacarita, en un asentamiento, se produjo un incendio por las condiciones precarias en las que se vive, en una ciudad donde hay más de doscientas mil viviendas ociosas. El día en el que Larreta presentaba su proyecto de vivienda. Uno dice ‘este hombre me está cargando’, porque lo que uno por lo general presenta es lo que ha hecho y lo que ha hecho Larreta en la Ciudad de Buenos Aires es totalmente distinto a lo que plantea. En términos habitacionales ha privilegiado los negocios inmobiliarios, no hay construcción de viviendas populares para una familia joven, tener que alquilar es casi una hazaña”.
Por su parte, Bregman señaló: “En el PRO y en Juntos por el Cambio tienen esa facultad de decirse ’Jorge’, ’Mauricio’, ’Patricia’, ’Martín’ y se están dando con todo porque se están peleando por un botín que es la Ciudad de Buenos Aires. Para ellos no es más que un botín y una plataforma de lanzamiento que utilizan para sus distintos proyectos nacionales. Entonces es una pelea dura la que están dando y es difícil dar la discusión en la ciudad porque han corrido tanto la agenda a la derecha que estás discutiendo cosas delirantes. Incluso la propia Patricia Bullrich recuerdo cuando había sacado el protocolo antipiquetes, lo debe tener muy bien guardado porque no lo pudo aplicar. Salimos a la calle a pelear junto a la docencia de la capital federal y no lo pudo aplicar. Para nosotros es muy importante dar esta discusión porque ellos se pelean por lo que entienden que es para ellos un botín, una fuente de negocios. La oposición de Unión por la Patria, si yo te pregunto quiénes van en la lista con Santoro difícilmente me lo puedes decir, porque está completamente borrada, no los ves, antes hacían como que le podían pelear la ciudad, hoy ni siquiera eso, después de cuatro años de este gobierno están en un silencio bastante profundo. Presentar una alternativa de la izquierda es muy importante, nosotros cuando discutimos que Jorge sea nuestro candidato también es especialmente por eso, porque es un docente de Villa Soldati que está todos los días en los barrios donde la mano del PRO no llega, no le importa. Algunos piensan que es provincia de Buenos Aires y que tienen que preguntarle a tal intendente. Bueno, él no. Yo estuve en la escuela con Jorge, Acuña lo persigue especialmente, la ministra lo quiere expulsar.
Sobre la lista que encabeza Adaro junto a Andrea D’Atri como primera precandidata a legisladora, subrayó: “Nosotros dijimos ‘¿qué tenemos para mostrar en esta ciudad?’. Que enfrentamos a Larreta, que no vamos a bajar los brazos, nuestra candidata legisladora en primer lugar es Andrea D’Atri, una feminista socialista en esta ciudad que supo vestirse de verde, que supo vestirse de violeta y hoy han eliminado la agenda de las mujeres. Creemos que es un momento muy particular, como decía Jorge, de discutir la vivienda, es una ciudad llena de viviendas ociosas, de casas sin gente y gente sin casa. Tenemos que ir con nuestras mejores luchadoras y luchadores a dar esa pelea porque no vamos a aceptar que hay que aguantar esta situación de que sea el botín de Juntos por el Cambio eternamente”.
Consultado por la causa armada en su contra por la ministra Acuña, Adaro relató cómo se encuentra actualmente esa situación: “Efectivamente, tengo un pedido en curso. Una causa donde pide el desafuero sindical para poder aplicarme una sanción administrativa que fue escandalosa. Estamos esperando el fallo del juzgado, la verdad que sería insólito porque precisamente lo que se está haciendo acá con esta medida es intentar disciplinar a la docencia que sale a luchar por mejores condiciones para los pibes y pibas, para tener una escuela digna, para tener un sistema de salud que también contemple y contenga a los trabajadores de la Ciudad. Hay que volver a poner el eje en lo que necesitan los trabajadores y los sectores populares de la ciudad que son permanentemente expulsados. Esto es lo que ha hecho Acuña, por supuesto que Myriam estuvo y hemos contado con un amplio arco de solidaridad por la medida que ha iniciado la ministra”.

Trabajadores del Borda realizan medidas de fuerza tras varios hechos de inseguridad

25.7.2023

Por Martín Suárez

“Luego de varios hechos de inseguridad que ocurrieron en el Borda, la gota que rebalsó el vaso fue lo que pasó hace unos días, donde una persona ingresó en el horario de la noche a uno de los servicios. De casualidad había dos enfermeras porque una de ellas había ido a dejar sus pertenencias al locker, porque si no después del mediodía solo contamos con una enfermera para casi 30 pacientes”, cuenta a Tiempo Nancy Albornoz, enfermera del turno de 12 a 18. Familiares de pacientes y trabajadores que asisten a diario al centro de salud, coinciden que la zona se encuentra liberada hace varios años, es más, sus trabajadores desconocen por dónde realizó el ingreso esta persona que fue en busca de psicofármacos. Este martes, los gremios decidieron movilizar al ministerio de Seguridad de CABA para exigir que se cumpla el pliego respecto a la cantidad de vigiladores que tienen que estar al resguardo del hospital y las inmediaciones del mismo.
“No sabemos si se metió saltando el muro, por uno de los laterales del hospital, pero ingresó al servicio pateando la puerta que estaba cerrada, robó la medicación y objetos personales de las enfermeras y a una le sacó la chaqueta para camuflarse entre personal del hospital y poder escapar”, agrega Albornoz y sintetiza: “las compañeras se defendieron a los sillazos porque esta persona las quería lastimar. En medio de este hecho llegó personal médico de la guardia que debía tomar el turno y al escuchar ruidos extraños lograron avisar al 911 y varios minutos después detuvieron al agresor”.

Les ofrecieron un «botón antipánico»

Las trabajadoras que resultaron víctimas de este hecho solicitaron a la ART la habilitación de una licencia tras el episodio de violencia. Desde el organismo respondieron que, como no tienen lesiones, ni heridas, ni golpes visibles no les corresponden los días reclamados y las están instando a volver a sus puestos de trabajo. “Vamos a trabajar con mucho miedo, porque además estamos viviendo una situación de emergencia sanitaria en salud mental gravísima, porque falta muchísimo personal de enfermería, no contamos con elementos ni insumos de trabajo. La única respuesta que dieron a nuestro reclamo fue ofrecernos botones antipánico para ir a trabajar”, agrega la trabajadora. La “propuesta” vino de parte de Horacio Rodríguez O’Connor, titular de la dirección de Salud Mental del gobierno porteño.
Desde la Asociación de Licenciados y Licenciadas en Enfermería (ALE), le exigen a Rodríguez Larreta, Quirós y al precandidato Martín Lousteau, que “aflojen un poquito con el marketing de campaña y que den alguna respuesta al Borda. Cómo puede ser que tengamos que ir a trabajar con miedo? Es indignante: el gobierno de la Ciudad no garantiza salario digno, no garantiza presupuesto para personal y no puede asegurar que no arriesguemos la vida para cuidar a nuestros pacientes, que es lo que queremos y nuestro trabajo. ¿Ustedes creen que alguien del Ministerio de Salud se comunicó con las compañeras agredidas? ¿O qué Quirós nos convocó a reunirnos? Nada de nada. Siguen como si no hubiera pasado nada haciendo marketing electoral. No se aguanta más esta situación”, subraya Andrea Ramírez, presidenta del sindicato.

Negocios con los neuropsiquiátricos

Para el PRO, el hospital Borda siempre fue un espacio en disputa. El 26 de abril de 2013, la Policía Metropolitana ingresó a los terrenos del nosocomio con la intención de garantizar el comienzo de las obras del Centro Cívico: una dependencia que albergaría varios ministerios del Gobierno de la Ciudad que funcionaban en el Palacio del Plata, edificio vendido al empresario “amigo” de la gestión macrista Eduardo Elsztain. Para lograr ese objetivo, uniformados de las fuerzas de seguridad ingresaron de madrugada, violando una orden judicial, y derribaron el edificio del Taller Protegido 19, en medio de una brutal represión contra quienes se opusieron a la medida. ¿El saldo? al menos 50 heridos, entre ellos, periodistas que fueron a cubrir el desalojo clandestino, pacientes y trabajadores de la institución psiquiátrica.
Tras la imposibilidad de edificar el tan ansiado centro cívico en los terrenos del nosocomio, la gestión de Rodríguez Larreta inició un proceso de abandono del hospital y en las inmediaciones del mismo. Diez años después, los trabajadores y trabajadoras del centro de salud, afirman que la zona se convirtió en una de las más inseguras.

El Moyano sufre la misma desidia

A 600 metros del Hospital José T. Borda se encuentra el otro centro especializado en tratamientos neuropsiquiátricos: el Hospital Braulio A. Moyano. Sus trabajadores y trabajadoras aseguran que, si bien están consternados por lo ocurrido en el Borda, no los sorprende porque en el Moyano se viven a diario situaciones similares. “La realidad es que los hospitales de la Ciudad están abandonados por esta gestión, hay una desidia total, una desinversión de hace años, y la zona está liberada. Los compañeros y compañeras, sobre todo del turno noche, son víctimas de varios robos”, detalla a Tiempo Mariano Veiga, Secretario General de AGIHM, sindicato que nuclea al personal del Hospital Moyano. Para el trabajador y referente sindical, éste abandono está vinculado a los negocios que el gobierno porteño intentó llevar adelante con los hospitales neuropsiquiátricos. “Como no pudo, desde hace años se dedican a desinvertir y vaciar los hospitales. Eso se nota en la infraestructura, pero también en la carencia de insumos, de personal y de aparatología. Lamentablemente la población no puede acceder a un servicio de salud mental de alta calidad”, remata Veiga.

Un agente de seguridad de la UBA agredió a estudiante que protestaba contra la represión en Jujuy

25.7.2023

Por Martín Suárez

El personal privado responde a Emiliano Yacobitti, vicerrector de la UBA, diputado nacional de JxC y mano derecha de Martín Lousteau. Estudiantes organizan una manifestación para repudiar este hecho.

“No es la primera vez que pasa. La seguridad de la facultad se maneja así contra quienes quieren discutir otra realidad”, cuenta a este medio Julio Pérez, estudiante del último año de la Licenciatura en Economía y compañero de la joven agredida. Los hechos ocurrieron el martes de la semana pasada cuando estudiantes de la Facultad difundían en las puertas del edificio la situación por la que atraviesa la provincia de Jujuy, en el marco de la brutal represión que lleva adelante Gerardo Morales, actual gobernador y precandidato a vicepresidente de Rodríguez Larreta en Juntos por el Cambio. El agresor, que aún no fue identificado con sus datos personales, responde a la guardia de seguridad privada de la UBA que fue contratada por Emiliano Yacobitti, vicerrector de la Universidad de Buenos Aires y diputado nacional por la UCR dentro de la alianza JxC.
La joven estudiante golpeada es Magali Peralta de 22 años, y fue agredida física y verbalmente por este agente contratado por la casa de altos estudios, mientras repartía volantes contra la represión en Jujuy.
“Las autoridades de la Facultad y la agrupación que dirige el Centro de Estudiantes Nuevo Espacio (manejada por Juntos por el Cambio y la UCR) mandaron a la seguridad de la Facultad a hostigarnos, a agredirme, llegando al punto de golpearme y de rebolearme el celular para que no pueda seguir filmando lo que estaba pasando”, explica a Tiempo Peralta que se postula como candidata a comunera porteña en la lista de Myriam Bregman y Andrea D´Atri en el Frente de Izquierda.
El agresor aún no fue identificado y las autoridades de la UBA resisten brindar sus datos personales
Las imágenes son contundentes: en la filmación realizada por la propia estudiante, se ve al agresor de la seguridad privada del edificio universitario, identificado sólo con sigla “FCE (Facultad Ciencias Económicas) Control Interno”, que obliga a salir a las y los estudiantes que estaban repartiendo volantes contra la represión en Jujuy. Mientras Peralta le recordaba que la universidad es un edificio público y que no los podía echar, rápidamente el hombre respondió con un fuerte golpe a la cara.
“Esto nos parece algo completamente repudiable y en la Facultad tanto docentes y estudiantes rechazaron este hecho completamente nefasto que no puede volver a suceder. Vemos que las autoridades y Nuevo Espacio hacen esto porque son de Juntos por el Cambio, están con el gobierno de Gerardo Morales, apoyan la represión en Jujuy, están con el Lousteau que festeja el uso de pistolas Taser por parte de la policía de la ciudad. Ellos lo único que quieren es represión”, suma la estudiante y remata: “Estamos organizando una movilización hacia la Facultad y evaluando medidas legales por este hecho”.
Desde la Agrupación Gremial Docente de la facultad (AGD) repudiaron este grave hecho mediante un comunicado: “No podemos permitir estas agresiones físicas y verbales sobre estudiantes, totalmente contrarias al espíritu de la educación pública y el derecho de las y los estudiantes a poder organizarse y debatir lo que pasa en la Universidad y el País.” Julio Pérez, compañero de Magalí y estudiante del último año de Economía, recordó que recientemente se quiso poner un posgrado antimapuche dictado por dos gendarmes. Ante el reclamo de docentes y estudiantes, el posgrado finalmente se dio de baja: “Ahí acusaban al indigenismo como una amenaza nacional, justamente en el marco de la lucha de Jujuy, donde las comunidades originarias enfrentan al gobierno de Morales, que es de la misma línea política, de la facultad”. Ciertamente, los vínculos entre Gerardo Morales, la UBA, Martín Lousteau y Rodríguez Larreta, se instauran en la figura central de Emiliano Yacobitti.
La violencia de Juntos por el Cambio en la UBA
Desde que Emiliano Yacobitti desembarcó en el rectorado de la UBA, los hechos de violencia se profundizaron en las diferentes facultades. A mediados del mes de abril pasado, la Franja Morada llevó patovicas a la Facultad de Derecho de la UBA. Estas “fuerzas de choque”, como denunciaron los estudiantes, impidieron con violencia el acceso de alumnos del Centro de Estudiantes a una asamblea para votar una reforma estatutaria de esa institución. El hecho ocurrió el 19 de abril pasado en el edificio de Figueroa Alcorta 2263, en una asamblea extraordinaria que reformó el estatuto del Centro de Estudiantes de Derecho de la UBA, que preside la alianza Franja Morada y Nuevo Derecho (Juntos por el Cambio). Los estudiantes que integran otros espacios desconocieron esa asamblea ilegal, y la propia Inspección General de Justicia (IGJ) emitió una resolución administrativa donde obliga a la conducción de Franja Morada a convocar una nueva asamblea.
Apenas un mes después de estos hechos de violencia, en mayo de este año, la Franja Morada volvió a realizar una asamblea clandestina en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, para suspender las elecciones del Centro de Estudiantes que deben realizarse este año. “Está claro que no quieren que tengamos ninguna instancia de debate en la universidad, al punto de que sacaron las elecciones estudiantiles que, desde la vuelta a la Democracia se hacían de forma anual. Ahora no van a ser más así, no vamos a poder votar todos los años y de forma antidemocrática se autoextendieron el mandato para que no tengamos esa instancia de discusión”, agrega Peralta.

Las Taser siguen en la mira de las críticas

24.7.2023

Por Patricia Chaina

Una semana después de que la Policía de la Ciudad comenzara a usar pistolas Táser, las críticas de especialistas y de las organizaciones sociales y de derechos humanos insisten en la letalidad de estas armas, mientras que el Gobierno porteño las habilitó como armas no letales. “Las Taser ya registran casos de muertes en los últimos años en Estados Unidos y en Australia”, advirtió Ismael Jalil, abogado de Correpi. “En el manual -sostiene Jalil- dice que se trata de ‘un arma menos letal’, ponen la palabra ‘menos’. No se habla de que sean ‘no letales’. “Estos dispositivos pueden provocar la muerte”, aseguró por su lado Victoria Darraidou, coordinadora de Seguridad Democrática y Violencia Institucional, del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). Y aclaró que la ONU señala que “el 90 por ciento de las personas abatidas con estos dispositivos está desarmada al momento del ataque”.

Hoy, cuando 250 efectivos de la policía de CABA, han sido instruidos para utilizarlas en centros de transbordo: estaciones de tren y del subterráneo, los organismos vuelven a poner el foco en la necesidad de correr la discusión sobre la letalidad, o no, de estos dispositivos. “No hay un arma que sea menos letal: letales son todas –resume Jalil–, la historia de que la Taser no es letal la tienen que contar en otro lado porque ya registra varios casos de fallecimiento en estos últimos años en EE.UU y en Australia, fallecimientos de personas luego de haber recibido una descarga de Taser”, explicita ante la consulta de este diario. Y según Amnistía Internacional “en los EE.UU, entre 2002 y 2014 se produjeron 602 muertes, por el uso de Taser” aporta el abogado de Correpi.
Su nombre, que se popularizó como un genérico, proviene de la empresa que las fabrica, y las comercializa como “armas no letales, pero que disparan, como en este caso, dos dardos con electrodos”, advierte Jalil. Pero en las estadísticas, y siguiendo “las afectaciones que produjeron en los países que las utilizan –señala Darraidou—, estos dispositivos pueden provocar la muerte, por eso seguimos diferenciándonos de las gestiones de gobierno que hablan de armas menos letales: son letales”, puntualiza.
En la propia página de la empresa que las produce, Axon Enterprise INC, el modelo T7 -el que llegó a la Argentina-, no se descarta que incluso “perfore la piel”, advierte Jalil. La Taser, en rigor, consiste en una aplicación de 400 voltios en 5 segundos. “Puede ser mayor si la descarga es mayor a ese tiempo porque tira cables con dardos electrificados que, además, pueden perforar la piel” insiste. Y esto se inscribe “en el contexto de cómo aborda la seguridad un gobierno que tiene una concepción clasista del tema de la seguridad: la incorporación de armas cada vez más sofisticadas, responde a un gobierno de estas características” refiere.
Desde el CELS se hace foco en la necesidad de reducir las intervenciones violentas de la fuerza. En este sentido destacan que según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) “el 90 por ciento de las personas abatidas con estos dispositivos está desarmada al momento del ataque”. De ahí que se Darraidou recupera las directrices que la ONU establece para el uso de estas armas, para los Estados: “son directrices, que entre otros elementos hablan de las distintas armas menos letales, por esto se insiste en tomar en cuenta la peligrosidad sobre su uso en embarazadas, adultos mayores, personas con enfermedades cardiacas, o intoxicados por alcohol o drogas, o padecimientos de salud mental, donde se observa mayor riesgo en el uso de estas armas”, detalla.
Estas guías plantean advertencias, como también en personas que se encuentren en situación de altura “porque podría provocar una caída grave como daño secundario no previsto” aporta Darraidou. No se pueden utilizar en un mismo espacio físico con gas pimienta “o con gases lacrimógenos, por las combustiones que puede generar el gas y la intervención de la descarga eléctrica, y también se ponen alarmas sobre el uso en zonas vitales del cuerpo como el corazón, los genitales y el rostro” completa, desplegando al enunciar estas directrices, un espiral de situaciones que en el imaginario social de la ciudad refieren al uso abusivo de la fuerza.

La palabra oficial

Sin embargo, el Gobierno de la Ciudad las pone en funciones. “Es un arma de avanzada”, sostiene Eugenio Burzaco, al frente del Ministerio de Justicia y Seguridad de CABA. “Una herramienta capaz de contener una acción violenta sin tener que usar un arma terminal” explica. Y contrapone estadísticas: “En Europa y Estados Unidos los estudios indican que un 80 por ciento de las personas, depone su actitud ante una Taser” insiste Burzaco.
Están pensadas “para enfrentar situaciones ante personas que no portan armas y se busca inmovilizarlas”, reza la fuerza al anunciar la instrucción que recibieron 250 efectivos: “la Taser trabaja sobre inmovilización motora y sensorial” describen. Y el ministro Burzaco insiste ante la prensa en que son “armas no letales que buscan reducir el número de muertos en las calles, tanto civiles como uniformados”.
Estas armas de descarga eléctrica vienen pidiendo pista hace unos años para la gestión de la seguridad en la Ciudad: “Se sabía que se estaba encaminado el proceso desde hace tiempo” detalla a este diario la coordinadora de Seguridad Democrática del CELS. Incluso otras fuerzas “como la Agencia Federal hizo una adquisición de estas armas, pero solo se utilizarían para las intervenciones de grupos tácticos, no para tareas de prevención, por ser consideradas precisamente menos letales” afirma.

Violencia institucional

Para Jalil, la desigualdad económica como generadora de violencia, se evidencia y confronta con las propuestas de un gobierno como el de CABA “para el que es más fácil utilizar armas que atender a las razones verdaderas de incremento de inseguridad y su respuesta desde lo institucional: lo económico, lo educativo, lo sanitario, no solo la salubridad sino también las condiciones de urbanización de los barrios; es complejo, la vida digna no depende de un parámetro meramente económico” señala.
Pero en materia económica en Argentina esta desigualdad se agudiza y se legitiman las herramientas que vulneran derechos, para sostener la matríz socioeconómica: “Hoy hay una concepción del manejo de las armas, de la policía y las Fuerzas de Seguridad en general, que tiende a ejercer el control social de modo cada vez más cruel y violento porque cuentan con licencia del poder”, describe Jalil, con una simpleza que contrasta con la profundidad del abismo que relatan sus palabras.
Y esto no se refiere tanto a una cuestión de “discriminación por cuestiones raciales –considera Jalil– como de clase. Se ha concentrado tanto la riqueza que esto potencia las condiciones para que la inseguridad crezca a partir de ahí”. Por eso, insiste, la maniobra desde el poder apunta a sostener la desigualdad y el uso de las Taser se encuentra allí su legitimidad. Se presentan socialmente como “armas de prevención”. Pero “si te metés en el manual de uso de la Taser, de la propia firma –avanza Jalil–, vas a ver que dice ‘un arma menos letal’, ponen la palabra ‘menos’. No se habla de que sean ‘no letales’ y es la distinción más importante”, subraya.

Seguridad democrática

“Es de esperar que los gobiernos generen regulaciones que tengan en cuenta las directrices de la ONU para no generar daños mayores” señala Victoria Darraidou, de la coordinación de Seguridad democrática del CELS. “Además en la Argentina observamos un problema en el accionar de la fuerza cuando la policía usa balas de goma como en Jujuy, donde la represión de la protesta fue con balas de goma –, y fue muy dañina, con perdigones al rostro de los manifestantes por caso–, por eso decimos que el uso abusivo de la fuerza se puede extender al uso de armas de descarga eléctrica y por eso es necesario protocolizarlo”, insiste.
Otros países orientan esta idea de menor letalidad, a la utilización de estas armas en situaciones que no requerían intervenir con un alto nivel de violencia. Pero estas armas se terminan utilizando y en general –un 90 por ciento–, en personas que no estaban armadas, esto es, sobre situaciones que no requerían responder con este tipo de violencia. Hay que tener a la vista el uso abusivo de la fuerza”, remarca Darraidou.
Desde el CELS señalan también la falta de control que justamente la Oficina de Transparencia, del Ministerio de Seguridad, que controla a las fuerzas sobre los usos de estas armas. Es total “la ausencia de intervenciones de esta Oficina que debe publicar sus investigaciones”, revela Darraidou. “Este trabajo está absolutamente incumplido por el gobierno de CABA”. No hay control. “Y si van a permitir que la policía las utilice, es importante que la ciudad tenga sistemas de control activo para monitorear el uso de estas armas” completa.

El uso de armas desde el Estado

“Hay principios que reglan el uso de armas desde el Estado: proporcionalidad, excepcionalidad, progresividad y racionalidad. Esto es -llanamente- emplearlas cuando ya no queda opción” sintetiza Ismael Jalil, abogado de la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (Correpi). “Hace tiempo que planteamos al Estado nacional disminuir los armamentos de las fuerzas, porque estos principios son violados por la policía sistemáticamente, de modo tal que la mayor parte de los casos de gatillo fácil se produce por esto” sostiene el abogado.
La Correpi presentó, además, aporta Jalil: “una agenda vinculada al uso de armas, para modificar este accionar policial: que la policía deje de portar armas fuera de servicio”. Más del 50 % de los casos de violencia policial “se producen con el arma reglamentaria estando fuera de servicio. El 20 por ciento de los femicidios, con el arma reglamentaria. El arma tiene que ser dejada en la repartición policial”, define.
Y repasa el uso de las Taser en situaciones sociales donde se utilizan: “En Chile se transformaron en instrumentos de control social: se utiliza en manifestaciones con tremendas consecuencias; tal como las balas de goma; fueron efectivas e hicieron daño. Las habían vendido como que no mataban. Y se utilizó para el control social” refiere. Aquí, no disminuyen las armas, y suma las Taser: “La sociedad queda desprotegida. Por eso hay un alto índice de policialización y de casos como el de Lucas González que tuvo condena para los efectivos involucrados”, y añade: “un vértice en el poder político”.
Los protocolos de uso de armas “en general no se cumplen”, agrega. Y pone blanco sobre negro, sobre “la electricidad”, y la tensión de quien dispara esta picana portátil: “El riesgo de letalidad que hay es sobre el manejo de la carga –describe–, porque dicen que son 5 segundo apretando el gatillo. Pero quién los cuenta, se pregunta. “¿Y si son 15 segundo?… se multiplica el voltaje. Y si el dardo perfora la piel… el riesgo es mayor. Esto nos da idea del uso de un arma de estas características”.

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