El 31 de agosto de 2012 la Asamblea de Flores conmemora 10 años de resistencia, lucha y construcción
29.8.2012
Seguimos constituyendo nuevas formas de articulación social y política, estrechando lazos de nuevo tipo y construyendo una nueva institucionalidad participativa, popular y superadora de la democracia actual.
A 10 años de nuestro nacimiento como organización seguimos luchando por las consignas que nos dieron vida:
Vivienda Digna para los trabajadores y trabajadoras. Construcción Autogestiva de Vivienda, sin especuladores ni negociados.
Cesión del terreno de la ex Clínica Portuguesa a favor de la Cooperativa de Vivienda “Casa Social de Flores ltda”.
Inicio del Plan de obra para construir 50 unidades habitacionales.
Educación Popular y gratuita, basada en la construcción colectiva del conocimiento.
Reconocimiento y oficialización de los Bachilleratos Populares.
Espacio físico acondicionado y propicio para el funcionamiento del Bachillerato Popular “20 Flores” (U.G.E.E. N° 12).
Reconocimiento de las parejas pedagógicas.
Financiamiento integral para el Bachillerato.
Cultura Comunitaria y Popular.
Presupuesto Estatal que fomente Centros Culturales comunitarios, populares y descentralizados.
Trabajo sin explotación.
Planes de financiamiento y desarrollo para cooperativas y emprendimientos autogestionados.
La Asamblea de Flores, como tantas otras Asambleas Barriales, nace al calor del 2001 y se desarrolla como espacio de participación y discusión popular en el marco de una crisis de legitimidad muy profunda. Además de ser un marco de convergencia para las inquietudes políticas de los vecinos, la Asamblea se organiza para paliar las necesidades acuciantes de una inmensa cantidad de personas del barrio. Desde las primeras reuniones en la plaza, organizamos ollas populares, y una vez instalados en la ex Clínica Portuguesa constituimos primero el merendero y luego el comedor.
Aprovechando el espacio que teníamos en la Clínica, recuperada por la asamblea el 31 de agosto de 2002, se decidió acondicionar sus viejas habitaciones como vivienda transitoria para los compañeros y compañeras con dificultades habitacionales. La recomposición económica tras la debacle económica del 2001-2002 no contribuyó a matizar la crisis de vivienda sino que por el contrario la potenció. El Estado en la Capital Federal se ausentó completamente de la articulación de políticas progresistas en este aspecto y permitió a las corporaciones inmobiliarias la más absoluta libertad. El valor de las propiedades creció exponencialmente. La contracara de este fenómeno fue el déficit habitacional de una inmensa cantidad de familias porteñas que se hacinaron en hoteles y villas de emergencia. Esta realidad nos golpeó en la cara y desde la Asamblea apostamos más allá de la solución coyuntural y construimos la Cooperativa de Vivienda “Casa Social de Flores Ltda.” que hoy aglutina unas 50 familias.
Desde la Asamblea también entendimos la importancia de ofrecer un espacio de creación artística y cultural abierto, solidario, popular y así nació el Espacio Cultural “VeinteFlores” que hoy continúa. En ese marco nació también el proyecto de Murga “La Luchadora de Flores” que ya tiene dos años de vida y convida a más de 50 personas, niños y adultos en su experiencia de “resistir con alegría”.
Desde el primer momento, nos propusimos construir lazos y estructuras duraderas que nos permitan trabajar más allá de la emergencia de las necesidades inmediatas. No solo peleamos y conseguimos oficializar el comedor y la cooperativa de Vivienda, logrando el reconocimiento por parte del Estado, sino que también decidimos poner en marcha la Cooperativa de Trabajo Textil “Hilando Sueños” para constituir un espacio de trabajo autogestivo, que permita a los compañeros vivir de su propio trabajo sin tener que someterse a la explotación de los talleres de costura clandestinos.
Este camino no lo transitamos de manera aislada, fuimos parte de un contexto que encaminó a las organizaciones sociales hacia destinos similares. En nuestro caso particular en el año 2005 decidimos ingresar a la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) ya que consideramos que es la única Central Obrera que plantea la unidad de la lucha entre los trabajadores y las organizaciones sociales, estrategia fundamental para la transformación social y política en un contexto de reflujo de las organizaciones piqueteras y resurgimiento de las conflictividades sindicales.
Un hito fundamental en este camino fue la creación y posterior reconocimiento estatal del Bachillerato Popular de la Asamblea. El Bachi “20 Flores” (U.G.E.E. N° 12) abrió sus puertas en el año 2010 y desde entonces pasaron por sus aulas más de 150 compañeros/as estudiantes y docentes, provenientes de distintos barrios de la CABA y del conurbano bonaerense. El Bachi es una organización educativa popular, una escuela pública autogestionada por sus trabajadores, que busca aportar a la transformación del sistema educativo tradicional resignificando los vínculos entre los docentes y los estudiantes a partir de reconocernos como portadores y productores colectivos de conocimiento, fortaleciendo nuestros sentidos democráticos, ampliando sus significados y posibilidades desde la base, a fin de construir conjuntamente herramientas que potencien la expresión, la participación y la incidencia política de nuestros compañeros/as estudiantes y docentes en el marco más amplio de nuestra comunidad, nuestro barrio, la sociedad y el Estado.
A 10 años de la recuperación de la Clínica y casi 11 años de la gesta popular del 2001, retomamos aquella idea de “nueva institucionalidad” que aunque utópica en su momento, hoy se materializa en espacios concretos. Queremos vivienda, sí; pero no queremos que el estado las construya alimentando el circuito perverso de la especulación inmobiliaria, sino que queremos que el Estado nos proporcione los medios para que nosotros podamos construirlas. Queremos educación pública y gratuita, también; pero no queremos repetir el esquema de la educación formal-tradicional, deseamos una educación que contemple las particularidades del ámbito donde se desarrolla y de los individuos que se propone educar. Queremos trabajo, pero sin explotación; Cultura, pero no Alta Cultura sectaria y exclusiva, sino Popular y Comunitaria. Y así avanzar con nuestra idiosincrasia sobre todos los temas hasta organizar la vida entera bajo nuevas reglas.
A 10 años del surgimiento de nuestro espacio, miramos hacia atrás el recorrido sinuoso que transitamos. Llegamos a este momento con el saldo positivo de ver nuestra organización florecer de vida y de contenido político. Seguramente no realizamos el ideal que creíamos “acá nomás” en el 2001, pero avanzamos firme y marcamos las bases para el crecimiento sostenido que nos proponemos de acá en adelante. Seguimos buscando y construyendo nueva institucionalidad participativa, popular y superadora de la democracia actual. ¡Vamos por mucho más!