Algo huele mal en la Ciudad de Buenos Aires
Algo huele mal en la Ciudad de Buenos Aires
15.6.2012
Estudiantes y docentes de distintas escuelas porteñas denunciaron falta de calefacción, pérdida de gas, cierre de cursos, malas condiciones edilicias, y descuentos en sueldos de maestros. En tanto, desde el PRO solo respondieron con evasivas y acusaciones.
“Desde hace años que nosotros sentimos olor a gas, desde hace años que lo venimos denunciando ante las autoridades, desde hace años que nos prometieron que lo van a modificar y no pasa nada”, relató una de las estudiantes de la Escuela de Bellas Artes "Rogelio Yrurtia", del barrio de Villa Luro.
El 1ero de junio pasado, 18 personas de esa institución se intoxicaron con monóxido de carbono por lo que debieron ser hospitalizadas durante algunas horas y recibir oxígeno. Ante esta situación, padres, docentes y alumnos resolvieron suspender las clases hasta que se realicen las obras necesarias y puedan estudiar normalmente. Pero han pasado más de diez días y las respuestas por parte de las autoridades del colegio y de la Ciudad (el Yrurtia depende de la Dirección de Educación Artística del Gobierno porteño) son insuficientes. Se resolvió reemplazar la instalación de gas por calefacción eléctrica: “Uno suponía que esto era algo provisorio pero solo hablaron de cómo solucionar o cubrir la temperatura ambiente, pero nunca lo hicieron sobre cómo calentar los materiales, ya que las escuelas de bellas artes necesitan el equipamiento necesario para realizar las tareas que llevan adelante. Por ejemplo, en escultura y grabado se necesitan hornallas”, explicaron los estudiantes.
Los cambios y mejoras en la instalación de gas estaban previstos desde hace dos años, tras el reclamo de estudiantes y docentes que incluyó la toma de la institución y distintas movilizaciones junto a otros colegios en la misma situación. En aquel momento, las autoridades prometieron, entre otras cosas, que se iba acercar a la escuela un gasista matriculado que revisaría las instalaciones, hasta pusieron fecha, pero no la cumplieron. En el marco de una reunión en el Ministerio de Educación de la Ciudad, una estudiante le preguntó al propio titular de la cartera, Esteban Bullrich, por qué no había ido el gasista. El funcionario respondió simplemente: “No sé”.
También recibieron otras contestaciones poco serias, como las que intentaron explicar el olor a gas, que los alumnos denuncian desde hace dos años, como producto del sistema de gas que cuando se prende empieza a quemar la mugre acumulada, lo que provoca el olor. Aunque además se le echó la culpa al encierro: “Como trabajamos con modelo vivo se cierra el aula por mucho tiempo, entonces dicen que el olor surge del encierro, y nos proponen que abramos así se va. Pero el olor a gas es una realidad”, aseguran los alumnos.
Ante esta situación, los estudiantes vienen realizando distintas medidas de lucha como cortes parciales y totales de la Avenida Alberdi, para realizar pintadas con modelo vivo en la calle.
“Siento que los adultos responsables, tanto de adentro como de afuera de la institución, les están dando la espalda a aquellos que simplemente quieren educarse”, reflexionó uno de los estudiantes del Yrurtia.
Es un cierre, no una fusión
Los estudiantes del Colegio Tomás Espora de Liniers se encuentran en el noveno día de toma, para exigir la reapertura de los grados cuarto tercera y quinto tercera de la orientación en comunicación social. Estos cierres se dan en el marco de los 96 cursos que desde el Ejecutivo de la Ciudad mandaron a “fusionar”, tal sus propias palabras. La justificación de esta medida es la supuesta falta de docentes en la zona sur de la Ciudad, por lo que a través de la “fusión” de grados con pocos alumnos se podría reacomodar a los maestros y cubrir vacantes en los barrios más vulnerables. Pero esta explicación puede ser fácilmente rebatible. Gabriel Atlas es profesor de Sociología y Comunicación en el Colegio Espora y asegura que las escuelas que se encuentran en los barrios de Liniers y Mataderos tienen población vulnerable: “La vulnerabilidad social es el eje de las problemáticas en estas escuelas. (…) Tenemos chicos que vienen desde Ciudad Oculta, de Lugano, del Bajo Flores, del barrio Ejército de los Andes, más conocido como Fuerte Apache, por lo cual la tarea pedagógica es doble y justamente cuando estamos logrando aumentar la matrícula vienen a cerrarnos los cursos”, relató en una entrevista efectuada en el programa La Retaguardia. Es que, según afirmó Atlas, detrás de este cierre de cursos se esconde “un verdadero ajuste y vaciamiento de la escuela pública”.
A su vez, Atlas también desmintió las acusaciones realizadas desde el Ministerio de Educación que daban cuenta de destrozos efectuados por los estudiantes del Espora durante una movilización a esa cartera durante esta semana.
Al respecto, la comunidad educativa del Colegio 13 emitió un comunicado en el que desmiente rotundamente la denuncia realizada por el director general de Educación estatal, Máximo Gulmanelli: “Nos preocupa que un funcionario tome como medida recurrente una acción judicial en contra de la comunidad educativa a la que debería estar ayudando y para la que debería estar trabajando. Sobre todo cuando estas declaraciones son falsas. Por lo tanto declaramos que con estas acciones criminaliza la protesta al denunciarla judicialmente mintiendo. No se realizaron destrozos, ni hubo agresiones a funcionarios o persona alguna. En vez de perseguir debe resolver la reapertura de los cursos porque esa condición es irrenunciable para la comunidad educativa”.
Para hacer pública esta respuesta, llevarán adelante una conferencia de prensa mañana, viernes, a las 8, en el colegio, ubicado en Gallardo 149.
Por otra parte, docentes de varias escuelas porteñas encontraron en sus salarios importantes descuentos. Efectivamente, desde el Gobierno de la Ciudad descontaron los días de paro realizados en los últimos meses en reclamo por el cierre de grados, lo que ya generó varias movilizaciones hasta el Ministerio, en las que, para variar, no obtuvieron respuestas concretas a sus reclamos.