Asbesto en el subte: segunda audiencia pública en la Legislatura porteña

7.6.2023

Mientras los trabajadores preparan nuevas medidas de fuerza y mientras son atacados con descuentos y suspensiones, se realizó una nueva audiencia pública convocada por la AGTSyP y los bloques legislativos opositores. Trabajadores afectados, sanitaristas, médicos y abogados dieron cuenta de la peligrosidad de trabajar con este material cancerígeno y llamaron a rodear esta pelea por la salud de trabajadores y pasajeros.

Este miércoles la Legislatura porteña volvió a ser el escenario donde los trabajadores del subte y su sindicato AGTSyP denuncia de primera mano la contaminación por asbesto que se sufren bajo tierra hace años. Mientras no solo no son escuchados por las autoridades del Gobierno de la Ciudad, sino que incluso son atacados por la empresa concesionaria Emova con suspensiones y descuentos en sus salarios completamente ilegales por realizar medidas de fuerza en defensa de su salud.
El Gobierno junto a la empresa vienen realizando una campaña con falacias contra los trabajadores que no solo pelean por su salud y las de sus familias, sino incluso por la de los pasajeros. Como fuera en la audiencia anterior, los trabajadores volvieron a relatar de primera mano sus afecciones, más de 80 trabajadores afectados por asbestosis, seis con cáncer por contaminación y tres fallecidos es el saldo de este advertido crimen social. Los trabajadores siguen dando pelea, mañana jueves vuelven a paros escalonados en las seis líneas del subte y Premetro por la desasbestización total del subte y por la reducción de la jornada laboral semanal con dos francos.
Con la convocatoria de la AGTSyP y la presencia y coordinación de los legisladores del Frente de Todos, como Andrade, Barroetaveña, Velasco, Neira, junto al Frente de Izquierda con los legisladores como Alejandrina Barry y Gabriel Solano fueron pasando especialistas que acompañan la denuncia de los trabajadores y dan cuenta desde la ciencia los problemas que acarrear trabajar con asbesto en lugares cerrados como son los túneles y talleres del subte. Pasaron por el estrado médicos, sanitaristas, abogados, donde todos demostraron y explicaron lo peligroso de este material cancerígeno que es el asbesto, comúnmente conocido como amianto.
Hicieron uso de la palabra varios de los 80 trabajadores afectados por la contaminación con asbesto “No solo estamos preocupados por nosotros, sino también por nuestras familias, porque las fibras de asbesto las llevamos en la ropa a nuestras casas” denunciaban con gran preocupación.
Los especialistas dieron cuenta de que el asbesto existe en muchas industrias, como así también en hospitales y escuelas, “la lucha de los trabajadores del subte abrió la puerta y la alerta sobre este peligro que significa el asbesto. Material cancerígeno que se encuentra prohibido desde el 2003 y hoy existe en varios lugares”.
Al mismo tiempo proyectaron para los presentes y para los cientos que se encontraban en las puertas de la Legislatura siguiendo la audiencia filminas donde daban cuenta de la peligrosidad del asbesto, y donde relataron la historia de la lucha de los trabajadores del subte que comenzó por el 2003 al enterarse de la existencia de este material cancerígeno en su lugar de trabajo, completamente ocultado por la entonces empresa concesionaria Metrovías, hoy Emova, del Grupo Roggio.
Por parte del sindicato hicieron uso de la palabra Beto Pianelli y Néstor Segovia, Secretario Gral. y Adjunto respectivamente y Claudio Dellecarbonara integrante del secretariado por la minoría. Ellos dieron cuenta de las medidas de fuerza que viene realizando, como así también el llamado a que los rodeen de solidaridad para fortalecer su reclamo y el apoyo monetario para palear los descuentos ilegales y compulsivos que sufren por realizar medidas de fuerza.
Cerrando la audiencia pública hicieron uso de la palabra Matías Barroetaveña por el bloque del Frente de Todos y presidente de la Comisión de Trabajo de la Legislatura y Alejandrina Barry por el Frente de Izquierda Unidad. “Las palabras de los afectados, las denuncias de los especialistas y la tenacidad de los trabajadores del subte fueron el sostén para dar un impulso unitario para que esta pelea triunfe. Nos llevamos este compromiso” proclamaba Alejandrina Barry. Reducción de la jornada laboral semanal con dos francos y desasbestización total del subte, son consignas que superan a los metrodelegados y ahora son de todos.

Alquilar sólo cuesta villa

5.6.2023

Por Nelson Santacruz

El mercado inmobiliario de la Ciudad de Buenos Aires es uno de los más desregulados del mundo, y en los barrios populares la situación empeora: el hacinamiento, los precios arbitrarios, la falta de derechos y la especulación son factores comunes. ¿Cuáles son las particularidades del mercado inmobiliario dentro de las villas porteñas?

El mercado inmobiliario de la Ciudad de Buenos Aires es uno de los más desregulados del mundo. Un informe privado, de “Zonaprop”, publicó que mayo batió récord al ser el mes con los precios de alquileres más altos desde 2012: un incremento del 10.8% en los precios. Hace poco el INDEC sacó a la luz que el 65,5% de la población del país, y el 52,9% de CABA, es dueña de su propia vivienda. Al mismo tiempo, el último censo de 2022 “muestra que en doce años creció un 70% la cantidad de inquilinos”, según un comunicado de Inquilinos Agrupados. Quienes cerraron con una afirmación que incomoda: “Coincide con el periodo en el que más viviendas se construyeron en todo el país”. Qué paradoja, ¿no? Que haya una vivienda por cada 2.6 personas y al mismo tiempo la mayoría de nuestros conocidos están sin casa.
Ahora bien, ¿cuáles son las particularidades del mercado inmobiliario dentro de las villas porteñas? El hacinamiento, los precios arbitrarios, la falta de derechos y la especulación son factores comunes en estos barrios. Pero ¿son responsables los propietarios que sobreviven a una hiperinflación histórica con las habitaciones precarias que logran alquilar? ¿Es lo mismo que una inmobiliaria con cientos de departamentos a la renta? Un hilo fino, un tema de mucha arquitectura e inoperancia estatal. Estos días llamé a unos corralones dentro de varias villas de la ciudad. El precio promedio del metro de arena rodea los $8.500, el metro de piedra llega en algunos casos a $15.000, cada cemento sale $2.000, la cal unos $1.500 por bolsa y cada varilla de diez sale $5.000. Son elementos básicos a la hora de soñar con un rancho propio, pero con un salario mínimo vital y móvil no se puede construir ni las columnas. Mil ladrillos están cobrando hoy $60.000 pero la próxima semana no sabemos. ¿A dónde nos vamos a vivir?
Los alquileres parecían una buena opción hasta antes de la pandemia. Costaba, pero algún que otro asado te podías permitir e incluso la idea de comprarte un terreno lejos de la urbe. Hoy la materialización de un techo propio es directamente imposible, sobre todo en los barrios más postergados, porque la valuación es en dólar y el concepto de ahorro es casi inexistente.

¡Con chicos no!

Romina Alegre convive con su pareja y sus dos niñas, de cinco y un año de edad. Una familia tipo de la Villa 21-24 de Barracas. Alquilan hace siete años y mientras su compañero se desenvuelve en carnicerías, a Romina le pagan mil pesos la hora por limpiar casas ajenas y un Potenciar Trabajo por laburar como cocinera en un merendero local. “Tengo un bañito privado, una cocinita y una piecita”, dice. Todo en diminutivo. Explicó que no la censaron y por eso no accedió al Mi Pieza, el programa que ayuda a mujeres de los barrios para mejorar las viviendas. Fuera de cualquier posibilidad habitacional, les toca pagar a lo justo los $20.000 al dueño de una casa hacinada. “Nosotros logramos comprar un terreno en provincia, pero se quedó ahí porque no podemos comprar nada de materiales”, se sinceró. Y nos contó que comprar una casa en su propio barrio es directamente un sueño.
Qué paradoja, ¿no? Que haya una vivienda por cada 2.6 personas y al mismo tiempo la mayoría de nuestros conocidos están sin casa.

−¿En dónde encontrás vos el mayor obstáculo para alquilar?
−Comprarse una pequeña casa en el barrio puede salirte desde los tres millones de pesos. Los alquileres van, dependiendo del tamaño, entre $20.000 y $50.000. Más caros, menos caros, dependiendo de tu suerte. Pero el principal tema que veo es que a nosotras nos discriminan por tener hijos, nadie los acepta. Me siento pésimo cuando me dicen ‘no te alquilo porque venís con chicos’.
Romi, con 24 años y trabajos inestables, es parte de la titánica rueda de prejuicios para acceder a un techo para sobrevivir. Pero las características de estos espacios están lejos de las normas. Gran porcentaje de las habitaciones en las villas no poseen ventilación, se comparten las cocinas o los baños, tienen humedad y los servicios básicos insatisfechos: agua, luz, cloacas. Los veranos y los inviernos suelen ser de terror. “Me está costando comprar lácteos, pañales, carne. Las mujeres hacemos trueques o cuando vemos que algo está en oferta directamente compramos rápido porque dentro de tres días el precio ya aumentó. Así nos vamos defendiendo”, resumió. Y lo remarcamos porque a la hora de pensar en el acceso a la vivienda, en estos barrios, es fundamental pensarlo de manera integral: abarcando la comida, los servicios básicos, la perspectiva de género y un trabajo digno.
Muchas veces se oye que sube el dólar por la tele y al mes siguiente ya te quieren aumentar el alquiler.
Fabiana Colman, de Villa Fátima, no está lejos de esta realidad. Ella, en cambio, es estudiante en una tecnicatura administrativa, trabaja de eso en una cooperativa y haciendo changas en la venta de ropa o de la fotografía de eventos: “A inicios del año pasado vivía en un espacio de 2×2 con techo de chapa y me entraba agua de arriba y de abajo. No tenía donde irme y pasé semanas buscando un lugar para alquilar”. A sus 22 años hoy tampoco llega a fin de mes, paga 14 mil pesos por una pieza con baño y cocina compartidos, un lugar con sucesivos cortes de luz. “Por acá te piden uno o dos meses por adelantado, es un montón. Si la clase media no puede, nosotras menos. No nos prestan atención con la urbanización, menos van a venir a regular contratos o a implementar la ley de alquileres”, respondió seriamente.

−¿Qué percibís en el mercado inmobiliario de los barrios, Fabi?
−Muchas veces se oye que sube el dólar por la tele y al mes siguiente ya te quieren aumentar el alquiler. Todo es más a la palabra por acá, casi no hay papeles. Además, quienes lo sufren bastante son nuestros abuelos que muchas veces tienen dificultades motrices para subir una escalera caracol. Es más, sus jubilaciones no alcanzan para comer, alquilar y comprar medicamentos. Todo es muy inestable.
−Es decir, para alquilar con más chances tenés que ser un hombre soltero… −Los medios tienen mucho peso en nuestros barrios. Muchas veces lo que vende la tele, el estigma, los vecinos se lo creen. Es muchísimo más fácil que te alquilen si sos un hombre solo. Si sos mujer, jóven y sola es casi inviable. Pero también si sos mamá, porque hay una idea de que no podemos pagarlo porque “el hombre es el sustento” o de que si te metés con pibes vas a tomarles la casa. Es tonto, pero pasa. Tantos años de “se embarazan por un plan” tiene estos efectos.
Integrantes de la Secretaría de Inclusión Social y Atención Inmediata del Gobierno de la Ciudad, desde donde se emiten los subsidios habitacionales, hablaron para Cítrica resaltando un error en los requisitos para acceder: «Enorme cantidad de personas de las villas no obtiene esta ayuda porque se les exige una factura de Aysa o ABL que no tienen», señalaron. Según estos trabajadores que prefirieron el anonimato, el subsidio aumentará de $20.000 a $35.000 para una persona sola pero lejos está de ser integral y accesible. La pandemia fue, para estos empleados del Estado, un punto de quiebre: «La fila en la Secretaría era y es terrible. Mucha gente está viviendo al día con su sueldo, otros tantos recurren a comedores porque se encuentran con la pregunta de qué priorizar, si comer o juntar para pagar su alquiler».
Fabiana, por ejemplo, intentó conseguir un subsidio habitacional. «Me sorprendió lo de la factura porque acá en el barrio no hay pero sobre todo por la gente que está en calle, ¿cómo lo consigue?», acotó y nos dejó una tarea para el hogar: «Para acceder al subsidio del Gobierno de la Ciudad te dicen que no tenés que trabajar en blanco. Al mismo tiempo, si trabajás en blanco, no te alcanza el salario para poder alquilar dignamente. ¿Cómo resolvés esta ecuación?».

El rancho a precio dólar

Uno de los programas más actuales, anunciado con rimbombancia por el Instituto de Vivienda de la Ciudad, es el «Alquilar + Fácil». Una herramienta que dice afrontar los gastos iniciales de una mudanza gracias a créditos de 36 cuotas. «Sabemos lo difícil que es acceder hoy a un alquiler. Conocemos muy bien las principales barreras de ingreso: la garantía propietaria, el mes de depósito, el mes de pago por anticipado, el flete e incluso los gastos para equipar tu próxima vivienda», explicó en un reel Christian Werle, presidente del IVC. El detalle es que está dirigido a personas que cuenten con ingresos entre los 80 mil y los 560 mil pesos. Además de tener al menos seis meses de antigüedad laboral en dependencia, monotributista o responsable inscripto. No es para la mayoría de las personas de los barrios populares.
En la Ciudad de Buenos Aires disminuyó un 30% la oferta de alquileres. Esto se debe a un combo explosivo de factores que nos explicó el abogado y fundador del Observatorio de la Ciudad, Jonatan Baldiviezo. “La mitad de la población porteña no es propietaria de donde vive, la sociedad propietaria así se fue rompiendo para pasar a ser una sociedad inquilina”, empezó y unió su definición con nuestra coyuntura: “El gobierno ahora busca, con algunos paquetes de medidas que no van a funcionar, más apoyo electoral. Hacen una gran quita para recaudar una caja política y para cubrir sus negocios”.
−Jonatan, ¿cómo se podría solucionar estas realidades en CABA?
−Es complejo. Lo primero que se tiene que hacer, desde mi punto de vista, es tomar un combo de medidas para marcar una regulación al mercado inmobiliario. Es prohibir la dolarización del mercado, ¡no puede ser que un bien que no se exporta ni se importa se comercialice en dólares! En segundo lugar, el Estado tiene que tener una actitud proactiva para otorgar créditos y tiene que saber dónde, quiénes y para qué construyen. Es muy evidente que muchas empresas lo hacen para blanquear capital de forma legal o ilegal pero no para hacer viviendas de uso efectivo. Por último, el Estado debería garantizar la accesibilidad rehabilitando las viviendas vacías y antiguas, o incluso comprando las ociosas para la gente de sectores vulnerables. Son alternativas, pero lo digo porque Capital Federal es una jurisdicción muy rica, del presupuesto del año pasado quedaron 130 mil millones de pesos sin usar… podrían haber dado hasta diez mil soluciones habitacionales con eso.
−Pero ¿son los vecinos que alquilan a otros vecinos de las villas la raíz del conflicto?
−No. Cuando hablamos de propietarios en estos barrios lo leemos desde el sistema en el que estamos, que es capitalista. No estamos criticando un kiosco con sus empleados. Apuntamos a esos grandes propietarios, no a quienes alquilan una habitación para complementar su jubilación o su sueldo en negro. Se tiene que prestar especial atención a empresas como IRSA y a esos enormes inquilinatos con cincuenta o cien habitaciones.
Las historias como las de Fabiana y Romina no se les escapa a Baldiviezo: “En las villas directamente no tienen regulación”, admitió. El ejercicio violento del mercado paralelo de los alquileres en las villas se caracteriza por la precariedad. “El Estado abandonó los barrios a su suerte y cuando pasa eso, en caso de los alquileres y en otros temas también, gana la ley del más fuerte”. El proceso de urbanización a nivel nacional y en los barrios porteños está perdiendo la pulseada inmobiliaria. El abogado nos argumentó esto al demostrar que “las inversiones están mal planificadas, no cubren al total de personas que sobreviven rentando”.
Y cerró su idea: “A este ritmo de urbanización este problema no tiene solución. No es solo construir viviendas de manera azarosa sino hacer un control integral del mercado de la Ciudad y más intervención en los barrios”.

UNA JORNADA INOLVIDABLE

4.6.2023

Por Palermo Resiste

En el barrio de Palermo de Caba se realizó un evento cultural para visibilizar y protestar por la desmedida construcción de viviendas que está acabando con árboles, plazas, luz en las calles y casas, aumentando ruidos que impiden escuchar los pájaros y que impiden la vida vegetal comunitaria. La identidad de los barrios está siendo vulnerada: “Basta de mutilar, de demoler, de cemento, basta de código urbanístico, basta de ruidos y ocupación del espacio público”, son algunas de las demandas de este colectivo y de muchos más barrios de la ciudad que se van sumando a esta iniciativa. El próximo paso será que se acepte el nuevo proyecto de ley que han presentado en la Legislatura que está en contra completamente del código urbanístico actual.

Réquiem para una casa nos permitió despedirnos de algunas de las tantas casas históricas del barrio de Palermo que están desapareciendo, a causa de la voracidad inmobiliaria, facilitada por el nuevo código urbanístico.
Pero lo más importante nos permitió reunirnos como vecinos, no sólo de Palermo, sino de Chacarita, Ortuzar, Villa Crespo, Colegiales, Núñez entre otros.
Sigamos defendiendo nuestros barrios y nuestra calidad de vida.
Más para conocer datos sobre la sobre construcción y demoliciones:
La organización vecinal no se detiene. Villa Ortúzar, Bajo Belgrano, Barrio River, Núñez, Colegiales, Chacarita, Villa Urquiza, Palermo, Villa Devoto. La lista crece a medida que llega a los barrios el impacto de los cambios que se introdujeron por ley en el Código Urbanístico, en 2018. El más sustancial de ellos es el que habilitó un mayor volumen constructivo, lo que está provocando una densificación brutal. La desaparición de las viviendas unifamiliares es la punta del iceberg de este cambio que impacta en la traza urbana de estos barrios.
Para tener una dimensión de lo que significa en números, los vecinos y vecinas se organizan relevando sus propios barrios. Por ejemplo, en Villa del Parque, en el polígono delimitado por las calles Joaquín V. González, Alvarez Jonte, Francisco Beiró y Avenida San Martín, el colectivo “Conciencia Urbana Comuna 11” contó más de 300 propiedades en venta y 118 obras en construcción. Estos números son hasta febrero, cuando realizaron el trabajo y geolocalizaron todas las direcciones en un Google maps.
En Palermo la situación es similar: los vecinos y vecinas organizadas a través de “Palermo resiste” tienen identificados 180 nuevos emprendimientos edilicios, 80 viviendas demolidas para construir en altura y más de 130 casas en venta (todo esto sólo en la zona comprendida por lo que se conoce como Palermo Viejo).
La magnitud de los números se replica, en mayor o menor medida, en el resto de los barrios. Esto explica que muchas organizaciones barriales y vecinales esten acudiendo a la Legislatura para transformar sus demandas en leyes. Básicamente, adecuar la normativa para que sus barrios no se terminen degradando.

La casa tomada de Jorge Macri

2.6.2023

POR FELIPE MELICCHIO

“Tenemos que levantar un poco la vara y recuperar ese afuera para el vecino”, dijo Jorge Macri, precandidato a Jefe de Gobierno por Juntos por el Cambio, refiriéndose a los hombres y mujeres en situación de calle que pasan sus noches durmiendo cerca del umbral de los hogares porteños. No solo el adentro le pertenece al vecino, no solo es soberano de su propiedad: también hay un afuera suyo que está siendo amenazado.

Estas personas en situación de calle “se apropian de algunos sectores de la Ciudad”, apunta el primo del ex presidente Mauricio Macri, como lo hicieran esas presencias anónimas en el cuento “Casa tomada” de Julio Cortázar. Ya no están solamente en situación de calle, el fenómeno se lee de manera inversa: están en situación de casa, y justamente no en la suya, sino demasiado cerca de una casa ajena.
Un hecho reciente nos puede ayudar a comprender un poco más esta situación. Me refiero a la licitación N° 7162-1862 LPU22, del ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana de la Ciudad de Buenos Aires, para la contratación de un servicio de relevamiento de las condiciones de higiene urbana, que incluye objetos a los cuales el gobierno los califica como “susceptibles de producir contaminación visual”.
Entre estos elementos se encuentran: “Residuos domiciliarios, de comercios e industriales. Restos de podas de jardín, residuos voluminosos, materiales descartados”, entre otros. Sin embargo, en este listado cuyo objetivo sería instruir a la empresa que ganase la licitación, también se destaca: “presencia de asentamientos precarios producto de personas en situación de calle y presencia de recuperadores”.
Las organizaciones de cartoneros y desde el Frente de Todxs, denunciaron rápidamente esta asimilación de seres con residuos, de trabajadores y marginados con restos de podas, y la justicia porteña suspendió de manera temporal la licitación. Pero más allá del impacto que podría tener el financiamiento de dicho “relevamiento”, es irrevocable un punto fundamental: la derecha piensa desde la Higiene Urbana las problemáticas sociales.
Margaret Thatcher, reconocida por nuestro pueblo como la mandataria británica en los tiempos de la Guerra de Malvinas, dijo en 1987: “La sociedad no existe. Hay individuos, hombres y mujeres y hay familias”. Poniéndonos los lentes de Jorge Macri podríamos rehacer la frase: la sociedad no existe, solo hay vecinos preocupados y personas mal ubicadas ¿Cómo llegaron estas personas ahí? ¿Qué está pasando en el afuera del hogar? ¿Qué es ese afuera?
Alejandro Dolina nos da una pauta: “no se puede crear una sociedad igualitaria con quienes creen que el mundo se termina en la verja de su propiedad”. Ese espacio que constituye el afuera es el campo de las otredades; es cuestión ideológica pensar que todo eso me es externo o, en cambio, que el contexto es indisoluble de mi existencia. Que el otro, en fin, es la patria. El hombre que sueña junto a mí en el colchón que ha arrastrado a mi puerta ¿qué me está diciendo?
Una pregunta similar se habrá hecho el precandidato a presidente Juan Grabois cuando, a sus 18 años, observaba a un grupo de cartoneros que se reunían en la esquina de su casa ubicada en el límite de los barrios de Almagro y Palermo ¿Qué es ese afuera que, a pesar de estar allí, ingresa al percibirlo con mis ojos? ¿Qué tan lejos estoy de eso que veo?
El joven decidió salir de sus adentros (permítanme el plural) con mate cocido para compartir y así palpar, ahora también con los oídos, un epifenómeno de las políticas neoliberales —hombres y mujeres recolectando cartones para sobrevivir— que unos meses después llegarían a su consecuencia más crítica: diciembre del 2001.
La clase media sufriría el corralito y ya no sería cosa de desocupados el problema del país. La verja se rompería y amplios sectores se sentirían simétricamente situados con los desempleados y cartoneros desorganizados. Esas casas no podrían contener un mundo disociado y privado. El adentro y el afuera serían fuertemente borroneados.
Hoy Domingo Cavallo, ministro de Economía en aquel momento, tiene minutos en la televisión y alabanzas por parte de un aspirante a la presidencia. Hoy un número considerable de cartoneros están organizados, pero la cantidad de hombres y mujeres en situación de calle es cada vez más visible. Tantas personas salen (como los propios sujetos se refieren) a manguear por las casas, pidiendo ropa, alimento, dinero o trabajo; o venden medias, repasadores, pañuelitos, también optando por interpelar el orden hogareño.
¿No es esta cercanía, estas interacciones, un llamado a comprender que el mundo que intenta montarse en ese adentro es inescindible de un afuera azorado por la miseria? ¿Hace falta otro corralito para que se tome conciencia de que la verja es una invención para mantenernos desunidos en pos de vehiculizar una concentración económica más acusada, acompañada de una transferencia de recursos que afecta a todo el pueblo en mayor o menor medida?
Mientras el higienismo colme las percepciones, mientras a los desfavorecidos se los acuse de extraños invasores, será muy difícil luchar por una sociedad igualitaria. Creo que Jorge Macri en algo ha acertado: debemos recuperar ese afuera, pero no limpiándolo o eliminando la diferencia, sino integrándolo al propio mundo personal para luchar por la desigualdad que se hace carne en aquel hombre durmiendo en nuestro umbral.

Juicio por Lucas González: un policía rompió el silencio

1.6.2023

Por Santiago Brunetto

Se quebró el silencio entre los catorce policías que enfrentan el juicio por el crimen de Lucas González. El principal Héctor Cuevas, uno de los acusados por el encubrimiento del homicidio, señaló este jueves con nombre y apellido a la persona que, según su versión, plantó la pistola de juguete con la que intentaron inculpar a Lucas y a sus amigos: “Es Gabriel Isassi”, declaró Cuevas para acusar así a uno de los tres agentes de brigada imputados también por el homicidio agravado del chico de 17 años. Además, Cuevas dijo que el subcomisario Roberto Inca, superior de la brigada, fue quien le ordenó directamente a Isassi que plantara el arma con la frase “andá a poner eso”.
“Es mi deber decir qué vi ese 17 de noviembre. Si no lo hice antes es porque tengo pánico, miedo de lo que le pueda llegar a pasar a mi familia y a mis hijos”, dijo Cuevas al sentarse frente a los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal N°25. El hombre se mostraba nervioso, tieso, y por momentos con la voz entrecortada. Acerca del momento clave del encubrimiento, sobre el que hasta el momento no se habían escuchado testimonios concretos, el imputado dijo que ocurrió aproximadamente a las 10.30 de la mañana, una hora después del momento en que se data la balacera de Isassi, Fabián López y José Nieva.

“Veo llegar una moto que depende de la comuna, la manejaba el oficial Torres, al que le dicen ‘cachorro’, con una persona atrás de civil. Se baja esa persona de civil con una gorrita blanca, va y habla unos segundos con el subcomisario Inca. Yo escucho cuando Inca le dice ‘andá a poner eso’”, relató Cuevas. “Esa persona de civil se acerca al auto, a la parte trasera donde la puerta estaba abierta, y tira el arma”, prosiguió, y agregó que logró identificar a la persona de civil en los días siguientes, cuando en los medios comenzaron a difundirse las fotos de los detenidos por el homicidio: “Después de ver las noticias y las detenciones de los tres identifico que uno era el que había puesto el arma. Es Isassi”.
Cuevas fue uno de los primeros agentes porteños en llegar a la esquina de Alvarado y Perdriel la mañana del 17 de noviembre de 2021. En esa esquina ya estaba detenida la Vokswagen Surán con Lucas agonizando y sus amigos pidiendo auxilio. Él ordenó que los esposaran. Horas más tarde, en la Surán aparecería el arma de juguete clave en la trama de encubrimiento del crimen. De los 14 imputados, Cuevas era el único señalado por el peritaje odorífero que se le realizó a esa pistola de juguete. En sus conversaciones telefónicas, en tanto, se habían extraído mensajes en los que le decía a otra agente que había visto cómo plantaban el arma, pero sin señalar a nadie en específico. El mencionado oficial Torres, en tanto, no está imputado en la causa.

Barry cruzó a Jorge Macri: “Es grave, sus dichos habilitan persecución a las personas en situación de calle”

Ante los dichos del candidato a Jefe de Gobierno del PRO, sobre que “las personas en situación de calle transformaron los cajeros en sus monoambientes”, la legisladora porteña Alejandrina Barry del PTS en el Frente de Izquierda presentó un proyecto de repudio. “Todos debemos repudiarlo, esos dichos habilitan la persecución contra quienes son las victimas más vulnerables de la crisis habitacional de la Ciudad”, declaró.

La legisladora por el PTS en el Frente de Izquierda presentó este jueves en la Legislatura un proyecto de repudio ante los dichos de Jorge Macri. El candidato a Jefe de Gobierno por el PRO había expresado en una entrevista radial que “las personas en situación de calle transformaron los cajeros en sus monoambientes”.
En esta presentación Barry señala que las declaraciones de Jorge Macri “dejan habilitada la persecución y represión contra quienes sufren el problema de acceso a una vivienda” reconociendo de esta forma la “profunda crisis habitacional existente”.
Entre sus fundamentos destaca que “miles de personas -incluidas familias enteras con niños y niñas pequeñas- se la deben rebuscar para encontrar un lugar donde pasar la noche justamente por no ser propietarios absolutamente de nada”. Y refirió que “la crisis y la pobreza que golpean en todo el país” sumada a la especulación inmobiliaria descontrolada que existe en la Ciudad “arrasan con todo a su paso, haciendo que cada vez sea más difícil alquilar y casi imposible el sueño de una vivienda propia”.
En la Ciudad de Buenos Aires (que tiene la mayor proporción de inquilinos del país) más de un tercio alquilan y la mitad viven hacinados y expuestos a crímenes sociales como el derrumbe en Floresta. Esto afecta sobre todo a las mujeres jefas de hogar y a la juventud, quienes destinan una mayor parte del salario devaluado para el alquiler. Pero “el eslabón más débil es quienes Jorge Macri ataca: las personas en situación de calle que tienen que refugiarse en cajeros automáticos para tener un techo mínimo donde pasar la noche” continúa el proyecto. Cabe recordar como ejemplo de esta cruda realidad el fallecimiento de una beba en situación de calle a metros de la Casa Rosada.
“Jorge Macri se muestra duro con los más débiles mientras avala el modelo de ciudad en la que los especuladores inmobiliarios son más ricos y concentran más propiedades. La mitad de las construcciones son para viviendas lujosas que se mantienen vacías, Existen más de 200.000 viviendas ociosas destinadas a la especulación”.
Como respuesta a la crisis habitacional, Barry propone que “con destinar un mínimo porcentaje de esas viviendas destinadas a la especulación (…) se terminaría con el drama de personas y niñxs que tienen que pasar, frío y hambre a la intemperie en esta ciudad de casas sin gente y gente sin casas”.
Finalmente expresó que “las declaraciones de Jorge Macri no hacen más que dejar en claro el desinterés por la crisis habitacional que existe en el país y en la Ciudad particularmente, y el desprecio hacia la gente que se encuentra en situación de calle” y señaló que esa es “la política que ha dirigido el PRO en la ciudad, muchas veces con la complicidad del peronismo porteño: promotores de los negociados inmobiliarios, con contratos escandalosos y una ciudad entregada a manos de empresas como IRSA”.

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