No hay plata para las escuelas porteñas mientras los agentes de la Metropolitana viajan a Congreso sobre antiterrorismo
10.6.2010
Según el gobierno porteño no hay plata para arreglar y construir escuelas, para darle alimentos a los comedores y mantener los contratos de los trabajadores, pero sí para que agentes de la Policía Metropolitana viajen a un congreso sobre antiterrorismo y lavado de dinero.
Las escuelas porteñas han aparecido reiteradamente en los medios masivos de los últimos días, pero una vez más se centró la información en un hecho puntual (una agresión por parte de alumnos, que realizaban un corte de calle, a un hombre que les pedía que dejaran libre un carril) y no el origen de la protesta: los colegios de la Ciudad de Buenos Aires no tienen gas, los edificios se caen a pedazos y los maestros están mal pagos o son despedidos, por mencionar solo algunos reclamos.
En las últimas semanas, se conocieron recortes salariales y despidos de 180 trabajadores precarizados del área. El ministro de Educación Esteban Bullrich recurrió al mismo discurso que utiliza el gobierno porteño desde los inicios de su gestión: “Eran ñoquis, que cobraban sueldo sin trabajar”, “Los contratos que se redujeron eran de nuestra propia gestión. Estamos reduciendo la estructura política, no la planta docente”.
Pero la Junta Interna A.T.E. Educación plantea que la realidad es bastante diferente: “Bullrich no está suprimiendo ´contratos políticos´, está despidiendo trabajadores y empezó por los más precarizados del ministerio a su cargo: los contratados por locación de servicios u obra. Pretende justificar el ajuste diciendo que son contratos generados a partir de 2008, pero esto es sólo una coartada para despedir trabajadores bajo la ya clásica y falaz acusación de ´contrato político´ o ´ñoqui´, ocultando que los ´ñoquis´ de Macri y sus funcionarios siguen protegidos (…) La gestión que llegó al gobierno de la Ciudad con el lema de ´limpiarlo de ñoquis´ está reconociendo que los ha generado, y en proporciones inusitadas. (…) La producción de ´ñoquis´ macristas vino de la mano de la creación de cargos de toda índole mediante cambios permanentes en la estructura y organigrama del Estado. Solamente en el Ministerio de Educación se han realizado, al menos, cuatro cambios de estructura en los apenas dos años y medio que lleva esta gestión (…) además sus funcionarios siguen creando nuevos e insólitos cargos, tal es el caso de la Directora General de Planeamiento Educativo, Mercedes Miguel (esposa del actual Jefe de Gabinete del Ministerio de Educación, Diego Fernández) que ha contratado además de sus asesores a un ´jefe de gabinete´ propio”, señalan en un comunicado.
A esto deben sumarse, los técnicos especializados en formación docente, en educación especial, en contenidos para la educación media o en diseño de materiales pedagógicos, que fueron echados de la Dirección Operativa de Currícula y Enseñanza, y los técnicos de la D. O. de Educación Técnica, que asisten a escuelas en la elaboración de planes de mejora y otros temas vinculados a la enseñanza, a quienes se les redujeron drásticamente sus salarios.
En tanto, padres, alumnos, docentes, cooperadoras, organismos de derechos humanos y el sindicato docente UTE-CTERA, realizaron una presentación judicial ante el Juzgado 8 del Fuero Contencioso Administrativo, para exigir la finalización de las obras del Polo Educativo de Saavedra. Su construcción (financiada con capital del Banco Interamericano de Desarrollo) quedó frenada en el 60% del total, y desde mediados de 2007 se encuentra en estado de abandono.
A través de la presentación se reclamó que se promueva una acción de amparo colectivo contra el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires solicitando que se le ordene articular un plan que permita que las obras en el Polo estén terminadas para el comienzo del ciclo lectivo 2011.
Pero los reclamos van más allá del área educativa. El Movimiento Barrios de Pie de la Ciudad denunció que a comienzos de abril, la ministra de Desarrollo Social, María Eugenia Vidal, se había comprometido con ellos a abastecer de alimentos secos y frescos a los 22 comedores y merenderos, que lleva adelante la organización en distintos barrios de la ciudad. A tres meses, nada de lo prometido se cumplió.
La frutilla del postre
El 31 de mayo pasado se publicó en el Boletín Oficial de la Ciudad que dos agentes de la Policía Metropolitana, Álvaro López y Enrique Sardella, fueron designados para viajar a la Academia Internacional para el Cumplimiento de la Ley (ILEA), en El Salvador. Allí participarán del congreso “Programa de Desarrollo Gerencial para Fuerzas Especiales y de Seguridad”, cuya organización está a cargo del gobierno de los Estados Unidos. Los temas que se abordarán son antiterrorismo, lavado de dinero y control de pasos fronterizos. Además, los efectivos recibieron por parte del gobierno porteño ocho mil pesos para gastos personales.
Desde el Observatorio de Derechos Humanos (ODH) afirmaron que esta actividad se contrapone con los objetivos para la fuerza metropolitana estipulados en la ley 2894 de Seguridad Publica de la Ciudad: “El capítulo III de la ley 2894, en su artículo 33, determina las funciones de la Metropolitana: a) brindar seguridad a personas y bienes; b) prevenir la comisión de delitos, contravenciones y faltas y c) hacer cesar la comisión de delitos, contravenciones y faltas, poniendo en conocimiento inmediato de los mismos a la autoridad judicial competente, debiendo actuar conforme a las disposiciones procesales vigentes en el orden nacional o local, según corresponda al hecho en el cual se haya actuado”.
Diversas organizaciones no gubernamentales y de Derechos Humanos internacionales han considerado a ILEA como una nueva Escuela de las Américas.
Vale recordar, como lo hace la ODH, que esta Escuela “fue uno de los símbolos del Terrorismo de Estado en Latinoamérica, y que por sus claustros pasaron mas de 64 mil soldados, muchos de los cuales tendrían una activa participación en las violaciones a los DDHH y el terrorismo de Estado de sus respectivos países”.