Radiografía de la Policía de la Ciudad

12.8.2023

Por Adriana Meyer

La joven Policía de la Ciudad, fuerza de choque de los gobiernos de Juntos por el Cambio que acaba de cobrarse la vida del militante popular Facundo Molares Schoenfeld, llegó a ser más letal que la denominada “Maldita” Policía bonaerense. “En seis años y medio, la Policía de la Ciudad superó a la bonaerense en materia de gatillo fácil; entre el 10 de diciembre de 2019 y el 31 de diciembre de 2022, la Policía de la Ciudad fusiló 63 personas y la Policía Bonaerense 109”, explica la abogada María del Carmen Verdú, de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi). “Pero –advierte– la Policía de la Ciudad tiene poco más de 25.000 efectivos, mientras que su par provincial supera holgadamente los 100.000. Es decir, con una dotación cuatro veces menor, la Policía de la Ciudad cometió casi el 37% del total de fusilamientos de ambas fuerzas”. La organización que integra Verdú sistematiza cada año desde 1996 las muertes ocurridas a manos del aparato represivo del Estado.

La historia

El macrismo, que gobierna la Ciudad de Buenos Aires desde hace 16 años, tuvo la oportunidad de crear una fuerza desde cero, pero no le importó hacerla sin los defectos de fábrica de las anteriores. La antecesora de la Policía de la Ciudad fue la Metropolitana que, a poco de su creación en 2008, protagonizó feroces represiones en la Villa 31, la Sala Alberdi, el Hospital Borda y el Parque Indoamericano, además de ataques a la prensa. En el caso del Indoamericano –en 2010, cuando Rossemary Chura Puña y Bernardo Salgueiro fueron asesinados en un operativo de fuerzas de seguridad de la Ciudad y la Policía Federal Argentina–, el jefe de la fuerza policial porteña era el actual ministro de Seguridad Eugenio Burzaco, emblema de la mano dura con su defensa de las Taser y como asesor del exgobernador de Neuquén Jorge Sobisch cuando en 2007 fue asesinado el maestro Carlos Fuentealba, también en una protesta.
La Metropolitana estuvo conformada por exintegrantes de la Federal, Gendarmería, policías provinciales y hasta de las Fuerzas Armadas. La mayoría estaba en actividad y se pasaron porque el sueldo básico era superior. Los dos primeros jefes, Jorge “el Fino” Palacios y Osvaldo Chamorro, ambos expolicías federales, fueron desplazados de sus cargos en medio del escándalo por espionaje ilegal. De aquellos 52 altos mandos, 38 habían tenido actuación en fuerzas de seguridad durante la dictadura. Y de los legajos revisados para los puestos de conducción, 9 habían pasado a disponibilidad en 2004 como parte de una purga. La mitad de los oficiales separados tenía alguna causa judicial o sumario abierto. A finales de 2010, la Metropolitana reclutó a varios de los oficiales de la Federal que el Ministerio de Seguridad había pasado a retiro. Los perfiles de formación de varios de los agentes incorporados presentaban antecedentes en áreas de inteligencia, capacitación en “lucha antisubversiva” y “guerrilla urbana” en la época de la dictadura. Las impugnaciones de los organismos de Derechos Humanos en la Legislatura jamás fueron escuchadas por el gobierno porteño.
El 1° de enero de 2017 comenzó a operar en la CABA la nueva fuerza de uniformes bordó y celeste, fusión de la Metropolitana con la Superintendencia de Seguridad Metropolitana de la Policía Federal. Quedó constituida como una megafuerza de 25.000 efectivos y en su debut, opacó los 22 casos de asesinatos por gatillo fácil de su antecesora, entre 2011 y 2016: a noviembre de 2020 eran 91 los casos de la Policía de la Ciudad, desde enero de 2017.
El escritor y periodista especializado Eduardo Silveyra en su libro La Gorra, prontuario de la Policía de la Ciudad (Ciccus 2022), da cuenta de la doble vara del macrismo respecto a las diversidades, los casos de femicidios de uniforme, las implicancias de portar el arma fuera de servicio, el fenómeno de los “polichorros” y el racismo intrínseco de la fuerza, desplegado en el recuerdo del asesinato de Massar Ba, uno de los líderes de la organización senegalesa humanitaria Daira, de las primeras en asumir la defensa de los vendedores ambulantes ante los ataques policiales, de todos los colores de uniformes.
Es probable que el joven policía de origen armenio, Arshak Karhanyan, haya visto algo turbio o haya quedado en medio de la feroz interna que perdura tras la fusión de la Metropolitana y la Federal, porque está desaparecido desde el 24 de febrero de 2019. Casi ningún candidato lo recordó en esta campaña. A excepción de Victoria Montenegro y Leandro Santoro, que llevaron a la Casa Rosada a su madre Vardush Karhanyan, el tema no integra la agenda política.

El caso Molares

Sobre la última muerte violenta donde aparece la Policía de la Ciudad, Verdú sostiene que “en vísperas de las PASO, después de una campaña electoral signada de promesas de pérdida de derechos y más, mucha más represión, la muerte de un militante a manos de la policía es usada por el responsable directo, sus aliados y sus ocasionales competidores para echar más leña al fuego de la mano dura y el punitivismo, lo que nos muestra con prístina brutalidad lo que nos espera, recargado, a partir de diciembre, si no somos capaces de frenar esta oleada reaccionaria y antidemocrática”. Para la abogada de Correpi, al gatillo fácil se suman “los impactantes hechos represivos que a diario protagoniza la policía porteña, especialmente contra los sectores más vulnerables de la sociedad”, por caso los operativos contra manteros o los violentos desalojos de viviendas ocupadas.
En tanto, Silveyra sostiene que “si hay algo que caracteriza a las políticas represivas de Cambiemos es la sistematización de la muerte o asesinatos, como en el caso de Molares, donde la maquinaria de encubrimientos siempre está disponible”. Indica que “cuando no es la justicia y/o los medios, son otros aparatos, como el SAME, donde su referente sale a declarar que la muerte fue por un infarto, sin aclarar qué lo provocó”. Para Silveyra, “Horacio Rodríguez Larreta se auto victimiza y hace referencia a la militancia de Facundo, pero no asume la más mínima responsabilidad en el hecho”. Y agrega: “Nada es casual, en sus discursos de campaña dicen que van a exterminar la protesta y dos días antes del acto electoral, se despachan con un asesinato, para mostrarles a sus electores lo cierto de sus promesas. Siempre hacen un uso político de las muertes, ya sea ‘carancheando’ como ocurrió con Morena en Lanús o con una muerte selectiva como ocurrió con Facundo”.
Por su parte, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) afirmó que los últimos momentos de Molares, “nos permiten verlo rodeado de funcionarios de seguridad que tampoco estaban capacitados para asistirlo”. El organismo expresó que “participar de una protesta no puede implicar riesgo de vida y el Estado tiene que cuidar a quienes protestan porque cualquier otro camino hace más frágil la democracia”. Además, destacó que “el gobierno de la Ciudad, antes de que cualquier investigación judicial haga su trabajo, salió a instalar la versión de que Facundo murió por causas que nada tienen que ver con el operativo, y ya hemos visto este tipo de respuestas en otras ocasiones”.

El rol de Alberto Crescenti y del SAME para apañar la teoría de Larreta del «infarto» de Molares

11.8.2023

El jefe de gobierno se apoyó en las palabras de “una eminencia como médico”. Crescenti sostuvo que “puede haber sido un infarto masivo. Yo no puedo decir que fue por un golpe de Policía realmente. Nosotros no vemos golpes bajo ningún punto de vista”. Lo que omitió decir, la demora de la ambulancia y el accionar represivo.

«Lo de ayer en el Obelisco fue un infarto, lo dijo claramente Alberto Crescenti, que es una eminencia como médico y fue muy claro sobre las causas de muerte». Las palabras del jefe de gobierno porteño y precandidato a presidente (JxC), Horacio Rodríguez Larreta, reflejan la estrategia y actitud del macrismo desde que se conoció la muerte de Facundo Molares en la represión de la Policía de la Ciudad en el Obelisco este jueves a un grupo de no más de 25 personas.
A pesar de que un video muestra claramente cómo los efectivos pisoteaban y aplastaban las cabezas y los cuerpos de los manifestantes detenidos, y Molares se puso morado sin respirar, en la Ciudad siguen sosteniendo la teoría del infarto. Y ahí cumple un rol central el titular del SAME, que ya tiene un antecedente con un hecho falso años atrás en la toma del Indoamericano.
Crescenti dialogó horas después del hecho con La Nación y dio su versión: “Este hombre se desplomó aproximadamente a las 17:08. Aparentemente esa descompensación fue por un infarto. Instantes después se le produjo un paro cardiorrespiratorio. Un agente de la Policía lo empezó a masajear y llamó a la central operativa. Llegó la primera ambulancia del Same, le hizo tres disparos de cardiodesfibrilador y colocó una vía femoral con adrenalina, medicación de avanzada para sacarlo de esa situación”.
Por un lado, el relato omite que la víctima estaba siendo aplastada por el efectivo. Pero a su vez, testigos (y el propio video lo refleja) aseveran que el policía tardó en reaccionar, no le efectuó RCP en el instante, y la ambulancia demoró al menos media hora en llegar. A pesar de que era en el Obelisco, un sitio central del distrito porteño. Ayer mismo fuentes oficiales le admitían la demora en el traslado a Infobae: «le realizaron maniobras de reanimación durante 30 minutos y luego fue trasladado por el SAME.»
“A las 17.18 cayó la segunda ambulancia del Same para apoyar a la primera ambulancia. Ambos lo cargaron en la ambulancia, se fueron los médicos masajeando hasta el Hospital Ramos Mejía. Allí, se le siguió haciendo disparos de cardiodesfibrilador. El paciente no respondió a las maniobras y falleció a las 17.45″. “Puede haber sido un infarto masivo”, agregó Alberto Crescenti a La Nación.
Y añadió: “Desconozco, pero por lo que yo veo, y seguramente tenemos que esperar la autopsia. Puede haber sido un infarto masivo. Yo no puedo decir que fue por un golpe de Policía realmente. Nosotros no vemos golpes bajo ningún punto de vista. Tenemos las imágenes de un policía haciéndole reanimación cardíaca. Yo creo que el peso del corazón en la autopsia va a ser definitorio. Pero por los años de experiencia, me da la impresión que esto es un infarto masivo”.
Ayer, Crescenti habló junto al secretario de Seguridad porteño, Eugenio Burzaco. Al lado del médico, Burzaco justificó el accionar de las fuerzas en que los manifestantes intentaron quemar una urna y unas banderas: «La policía avanzó para demostrar que esa actitud no podía seguir».
El primer comunicado oficial, basado en la comunicación del SAME, afirmó: “Las causas del descenso se relacionan con un paro cardíaco producto de factores de riesgo”.

«Profesionalismo»

Este viernes, Rodríguez Larreta volvió a respaldar el accionar de la Policía de la Ciudad: “Actuó con total profesionalismo, como siempre. Se estaban generando hechos de violencia y por eso actuó, la violencia es el límite, nosotros no permitimos acciones de violencia”, a pesar de que las imágenes muestran claramente que el grupo de manifestantes estaba compuesto por no más de una veintena de personas.
También Patricia Bullrich salió a respaldar la versión de que Molares murió por sus factores de riesgo, sin decir nada del accionar policial: era “una persona que estaba enferma” y que su fallecimiento “es tomado por un asesinato político” por sectores políticos y sociales adversarios de Juntos por el Cambio: “Es un muerto que tenía problemas de salud y quieren endilgarle eso al gobierno (porteño) y a la Policía de la Ciudad de Buenos Aires”.

El antecedente de Crescenti

En 2010, durante la represión en el Indoamericano que había provocado tres muertos, el director del SAME, Alberto Crescenti, confirmó la muerte de un cuarto joven que había sido herido y estaba siendo llevado al Hospital Piñero, cuando fue “sacado por la fuerza por desconocidos” cuando ya estaba dentro de la ambulancia. “Lo remataron en el lugar”, aseguró en ese momento.
Sin embargo, desde la morgue judicial llamaron en ese momento al fiscal de Instrucción porteño Número 24, Sandro Abraldes, y le advirtieron que aún no disponían de registros del fallecimiento de ese joven. «No hubo una cuarta víctima», afirmaron. «Toda la repartición está muy dolida. Nosotros no tenemos que ser el blanco de este ataque. Fuimos los que dimos la cara con la gente», se justificó luego, dolido. Dos años después el titular del SAME declararía a La Nación: «Yo no hago preguntas, salvo vidas».

Muere manifestante tras ser detenido por policía en una protesta en Buenos Aires

10.8.2023

Por DÉBORA REY y NATACHA PISARENKO

Un militante de una organización de izquierda que se manifestaba en pleno centro de Buenos Aires contra el sistema político a pocos días de las primarias en Argentina murió el jueves a causa de un paro cardio respiratorio que sufrió aparentemente mientras la policía lo sujetaba contra el piso durante un operativo para dispersar la protesta.

La alcaldía de Buenos Aires informó en un comunicado que un hombre de entre 40 y 45 años que se encontraba manifestándose en el Obelisco, emblemático monumento de la capital argentina, sufrió un paro cardíaco y fue trasladado al hospital Ramos Mejía.
“Durante más de media hora se le hicieron maniobras de reanimación hasta que se constató su fallecimiento”, agregó la alcaldía.
Las autoridades locales no identificaron a la víctima porque no llevaba documento de identidad. Militantes que participaron de la protesta lo identificaron como Facundo Molares, un activista de izquierda que integró durante más de una década las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y que en la actualidad se desempeñaba como fotoperiodista de medios alternativos.

Policía antimotines ante una protesta en el Obelisco en Buenos Aires, Argentina, el jueves 10 de agosto de 2023. Mientras la policía trataba de dispersar la protesta convocada por organizaciones de izquierda, un hombre murió de un paro cardíaco cuando estaba siendo detenido.
El ministro de Seguridad y Justicia de la capital, Eugenio Burzaco, confirmó al canal local América que el activista sufrió el ataque cardíaco mientras estaba arrestado. Detalló que cuando la policía quiso dispersar a los manifestantes respondieron “con palos”.
“A partir de eso, la policía detuvo a cinco agresores y a los minutos uno de ellos empezó a sufrir un paro cardio respiratorio”, indicó el funcionario.
Un video captado por una testigo y viralizado en redes sociales muestra al hombre aparentemente inconsciente mientras agentes de la policía lo sujetaban contra el piso.
La mujer la reclama a los agentes que lo suelten porque “está morado, le está agarrando un infarto, llamen a una ambulancia”.
“Nos juntamos a hacer una asamblea con los compañeros para hablar sobre la situación del país… No sabemos por qué (la policía intervino), no hicimos nada, no cortamos la calle. No fuimos violentos, no hicimos nada”, relató a la AP la activista Delia Delgado, de la organización Teresa Rodríguez, una de las que había convocado a la manifestación. “Lo arrastraron al compañero Facundo Molares. Hicieron un círculo con los policías y él, en el medio…. Al compañero lo mataron”.
Una manifestante con un cartel de reclamo por la muerte de uno de ellos en una protesta en Buenos Aires, Argentina, el jueves 10 de agosto de 2023. La protesta original, convocada por organizaciones de izquierda, se intensificó después de que la policía tratara de dispersarla y un hombre muriera de un paro cardíaco mientras era detenido.
Delgado detalló que “el mismo policía que lo estaba asfixiando con la rodilla le hizo RCP”.
La alcaldía de Buenos Aires atribuyó el paro cardíaco en el comunicado a “factores de riesgo”. Agregó que el cuerpo fue trasladado a la morgue judicial para la autopsia.
El alcalde de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, quien es precandidato presidencial por la coalición opositora Juntos por el Cambio, respaldó el accionar de su policía.
“Quiero destacar y respaldar completamente el accionar de la Policía de la Ciudad que actuó con profesionalismo conteniendo los hechos de violencia. En la Ciudad, la violencia es el límite”, expresó en sus redes sociales.
En contrapartida, distintos organismos de derechos humanos cuestionaron el comportamiento policial y reclamaron el esclarecimiento del caso.
“Morir por participar en una protesta no tiene nada que ver con la vida democrática”, expresó el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS).
Las Abuelas de Plaza de Mayo dijeron en un comunicado que “repudiamos la brutal represión de la Policía de la Ciudad que causó la muerte de Facundo Molares. Nos solidarizamos con sus familiares y exigimos que se investigue y castigue a los culpables”.

Una fiscalía de Buenos Aires investiga el hecho

Molares se sumó a las FARC a principios de este siglo. Apodado “Camilo, el argentino”, fue organizador político y colaboró en el armado de centros estudiantiles y del movimiento obrero, según detalló en una entrevista reciente con la agencia estatal Télam. En 2018 dejó las FARC y se radicó en Bolivia.
La justicia colombiana acusó Molares por el secuestro del concejal Armando Acuña, caso por el cual fue detenido en 2021 en el sur de Argentina. La justicia de su país rechazó la extradición. Actualmente militaba en la agrupación Rebelión Popular, una fracción que se desprendió del Partido Comunista.
La protesta de este jueves había sido convocada por distintas organizaciones de izquierda y movimientos sociales “contra la farsa electoral y la democracia del pueblo”, a cuatro días de las primarias que definirán los candidatos para las elecciones generales de octubre.
La muerte del manifestante es el segundo hecho trágico que enluta la previa de las elecciones tras la muerte el miércoles de una niña de 11 años en un asalto que llevó a las principales fuerzas políticas a suspender los actos de cierre de campaña.

Repudio de la RNMA

10.8.2023

Desde la Red Nacional de Medios Alternativos repudiamos enérgicamente el asesinato a manos de la Policía de la Ciudad del periodista y militante Facundo Molares. Facundo se encontraba en un acto realizado por las organizaciones Votamos Luchar y Rebelión Popular “contra la Farsa Electoral” en el Obelisco, en CABA. Según compañeres presentes, en pleno avance de la represión de la Policía de la Ciudad, Facundo había reaccionado para defender a las mujeres que estaban siendo reprimidas. La policía una vez más reprime al pueblo y asesina a un comunicador.
En un contexto donde las prensas hegemónicas construyen un discurso de mano dura fogoneado en pleno contexto electoral, desde la RNMA nos solidarizamos con la familia y compañeres de Facundo Molares y con mayor fuerza sostenemos que comunicar no es delito.
¡Basta de asesinar a les luchadores y comunicadores populares!
Inundades de bronca e indignación exigimos justicia por Facundo Molares y responsabilizamos a la Policía de la Ciudad y al gobierno de Horacio Rodríguez Larreta, que dio la orden de reprimir.

Jorge Macri amenazó con quitarle la personería gremial a Metrodelegados

8.8.2023

“Tenemos que debatir en el Ministerio de Trabajo si corresponde que los metrodelegados sigan teniendo personería gremial”, apuntó el precandidato a jefe de gobierno porteño. Y desde la Asociación Gremial de los Trabajadores del Subte y Premetro lo acusaron de querer “instaurar una dictadura totalitaria”.

Jorge Macri amenazó con que, si llega a ser jefe de gobierno porteño, pedirá discutir en el Ministerio de Trabajo la personería gremial de los Metrodelegados, quienes salieron a responderle: “Si él lo que quiere es un país donde no haya más protestas, tiene que cambiar la ley e instaurar una dictadura totalitaria “.
En un artículo de La Nación, Macri respondió qué haría para mejorar el transporte. Lo primero fue apuntar a las bicisendas, un caballito de batalla de la gestión de su propio partido en CABA. Propuso “construir el viaducto elevado en la traza del tren Sarmiento y eliminar barreras que complican el tránsito, sobre todo, en hora pico. Hay que revisar nuestra red de bicisendas y ciclovías para evaluar cuáles dieron los resultados esperados. Podemos mejorar otras, como la de Avenida Del Libertador”.
Y luego se metió con el tema subte: “La Justicia tiene que obligar el funcionamiento del subte y descontaremos los días de paro porque la Justicia, en diferentes fallos, nos autorizó a hacerlo. Tenemos que debatir en el Ministerio de Trabajo si corresponde que los metrodelegados sigan teniendo personería gremial, porque vienen incumpliendo de manera sostenida las instancias de discusión previas a llegar al extremo de parar. Los gremios se tienen que mover en el marco de la ley”.

Respuesta de Metrodelegados

Quien salió a responderle, en diálogo con Tiempo, fue Beto Pianelli, secretario general de la Asociación Gremial de los Trabajadores del Subte y Premetro (Metrodelegados): “Lo primero que tendría que hacer Jorge Macri, si quiere ser jefe de gobierno, es conocer las leyes. Si no, están en problemas”.
“Nosotros efectivamente somos un sindicato con personalidad jurídica, no personalidad gremial. Y todas las veces que convocamos a medidas de protesta que afectan a los servicios, son anteriormente avisadas, no solamente a los organismos, sino también es avisada la opinión pública. Si él lo que quiere es un país donde no haya más protestas, eso en realidad no tiene que ver con la ley. Tiene que cambiar la ley e instaurar una dictadura totalitaria”, acotó.
Y continuó: “Nosotros vamos a seguir protestando, sobre todo cuando se trata de cuestiones que tienen que ver con nuestra salud. Y sería importante que si quiere ser jefe de gobierno de la ciudad, que se interiorice sobre las consecuencias que dejaron las compras de su primo, el ex jefe de gobierno Mauricio Macri, cuando compró trenes con asbestos a Madrid, cancerígenos, y los hicieron funcionar en la Ciudad de Buenos Aires; lo cual está altamente demostrado en la justicia y en los estamentos de salud laboral que corresponden. Así que tendría que saber eso, y que si el actual jefe de gobierno no termina de sacar el asbesto que está matando a trabajadores, va a tener que hacer él, o se lo vamos a exigir a él”.
Desde Metrodelegados completaron: “Jorge Macri ya habló de usar las taser, habló de sacar la personería, habló de judicializar reclamos que están en el marco de ley argentina de la Constitución Nacional y de los tratados internacionales, de lo que no habla es de solucionar la problemática del asbesto, ni de las razones por las que su primo compró trenes con asbesto (algo que ya decían los manuales). Tampoco dice por qué su partido, que gobierna la ciudad, no cumple con el fallo de la justicia porteña que dice que hay asbesto en el subte, que su presencia es peligrosa para trabajadores y usuarios, y que tiene que sacarlo en su totalidad porque no existe grado de exposición segura a un material cancerígeno”.

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